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Análisis de Minabo: A walk through life

Un paseo por la vida

A veces acostumbramos a relacionar juegos con diferentes etapas de nuestra vida. Un primer Super Mario, aquel Crazy Taxi que echábamos juntos o, incluso, cualquier título que amenizase cualquier espera del metro. La vida va pasando y por ella se van sucediendo títulos, experiencias o personas. ¿Qué pasaría si un estudio se dedicase a desarrollar esta idea en términos de estaciones, nabos y estadísticas vitales?

Entones saldría Minabo: A walk through life, la experiencia jugable que hoy circundamos para conocer sus mejores virtudes y sus peores defectos.

Y no, no nos referimos a la canción de Melendi, sino a la principal propuesta de Minabo. Si bien en su día el título fue un fenómeno mediático debido a los particulares matices que pueda tener su título (…),  nadie imaginaba que eso fuese a dar forma a un juego que, al margen de lo divertido o no que nos pueda parecer, promueve unos valores tan importantes y puros como la pertenencia, el amor y la comunicación entre todas las personas que apreciamos y conocemos en la vida.

Todas las partidas empezarán con el nacimiento de nuestro nabo.

Bueno, sin dar muchos más rodeos, podríamos decir que Minabo es un «simulador de vida» (cogiéndolo con muchísimas pinzas), uno en el que encarnamos a un nabo que, dejando de lado el camino profesional y material que podríamos conocer en otros juegos de simulación, tendrá que atender, gestionar y valorar los distintos intangibles que se irán sucediendo a lo largo de su vida.

Cada partida será un nabo diferente que podrá hacer amigos diferentes, parejas diferentes y, en general, relaciones interpersonales diferentes.

Mi idea inicial era crear un juego que invitase al jugador a reflexionar sobre las relaciones sociales a lo largo de la vida, es decir, quería hacer un juego donde naces, vives y mueres y por el camino se va forjando tu personalidad en función de cómo sean tus relaciones con los demás.

David Ferriz

Mecánicamente hablando, estamos ante un título bastante sencillo en el que, principalmente, usaremos los botones derechos del mando para elegir las condiciones sociales que nos interesa trabajar con nuestros congéneres nabos y, en definitiva, para tomar las decisiones que se nos vayan presentando en cada una de las partidas, las cuales estarán divididas en un sistema de misiones.

Las elecciones estéticas del título no podrían ser más acertadas.

Este sistema de 25 misiones pretende dar al juego una diversidad y unas alternativas que realmente no tiene, pues, a pesar de que una partida a Minabo pueda resultar divertida, sí que, con el suceder de las misiones, el juego nos puede empezar a resultar repetitivo, sobre todo por el hecho de que los objetivos nunca serán mucho más diferentes entre sí de lo que en un principio podremos pensar: tener hijos, pareja, amigos, mascotas y vivir un mínimo de años. Más allá de eso no encontraremos muchas más opciones en Minabo.

Para tratar de romper la monotonía, el título procurará ofrecer diferentes alternativas que no acaban de resultar más que apaños para que el jugador no se percate de la falta de opciones existente, como el método de recolección de sombreros. Hay pocas elecciones y nos pasaremos la mayor parte del juego tomando las que necesitemos en favor de completar las misiones que ya hemos comentado con anterioridad.

¡Podremos tener amigos de todos los tipos!

No está hecho para ser un cúmulo de contenido que de lugar a muchas horas de distintas variaciones de su misma formula, y con todo, cumple mínimamente con su propuesta y, sin duda, ofrece un soplo de aire fresco al catálogo de 2023. Su filosofía y las formas que encuentra para narrar las cosas casan completamente con la propuesta que busca: hacernos un camino en la vida plagado de decisiones.

Un amor que se va, un amigo que regresa, incorporaciones familiares y un montón de variantes que dan lugar a la senda que vamos siguiendo según vamos dando pasos en la vida de nuestro nabo (y en la nuestra).

Minabo es un cúmulo de buenas ideas que se quedan en una experiencia divertida, pero muy pasajera debido a la falta de contenido de podría diferenciar y variar las distintas partidas del título. Al final, cada partida, aunque pretenda ser diferente a la anterior, nos dará lugar a un cúmulo de partidas clónicas que se diferenciarán por la aparición de Topota, por las distintas motivaciones que nos dé la misión de turno o por el gorro que lleve nuestro nabo.

Visualmente está resuelto de una manera sencilla, pero tremendamente vistosa, que cumple perfectamente con la estética del título; por otra parte, las mecánicas del juego dejan entrever una conciencia emocional bastante cuidada, pero no es especialmente divertido tener que estar pulsando el botón X durante cada uno de los minutos del título. Da la impresión de que trata de compensar la falta de alternativas jugables que podrían existir.

Es una experiencia que recomendamos probar, pero que se queda coja en la ejecución de variantes jugables que puedan dar pie a las propias ideas que promete. Para los más pequeños de la casa puede ser una opción más que interesante, no tanto para aquellos que busquen algo más profundo y con matices más concretos dentro del género.

Minabo: A walk through life

Puntuación Final - 6

6

Interesante

Minabo es una experiencia que recomendamos probar, pero que se queda coja en la ejecución de variantes jugables que puedan dar pie a las propias ideas que promete.

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Carlos González

Buscadme en Tokio-3 o junto con mi gato, que se llama Wanda y es de Wakanda.
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