Maglam Lord – Análisis Switch

Hace poco pude analizar otro título que mezclaba dos géneros, visual novel y RPG, una mezcla que suena bien a priori, y que, si encima van acompañados con un apartado artístico estilo anime, debería de cerrar el círculo de la perfección.

Desarrollado por Felistella, un estudio de desarrollo japonés, que fue fundado por ex miembros de Flight-Plan, nos llega Maglam Lord. Un título al que tenía bastantes ganas cuando pude ver su tráiler, ya que no solo junta dos géneros que me apasionan, sino que también cuenta con simulador de citas. No podía salir nada mal, o eso pensaba.

Maglam Lord ya se encuentra disponible tanto para PlayStation 4 como Nintendo Switch, además, cuenta con una edición física distribuida en nuestro país gracias a Meridiem Games. Ahora, sin más dilaciones, adentrémonos en esta aventura para recuperar nuestra antigua gloria.

 Para recuperar lo perdido

Chica o chico, dos protagonistas que podremos escoger según nuestro gusto personal, ambos diseños tan increíbles que dudaremos sobre cual escoger. Una vez tengamos nuestro protagonista, comienza nuestra aventura.

Nos pondremos en la piel de Killizzerk, uno de los señores demonios que está detrás del título de Señor de las Espadas. Somos enemigos de todos los seres superiores, ya que nos consideraban un peligro. Pero por suerte todo esto es cosa del pasado, ya que hemos caído derrotados y el mundo ha cambiado, ahora somos bienvenidos y admirados en el mundo de los humanos y todos nuestros enemigos han desaparecido.

Conforme avancemos iremos encontrado diferentes humanos poseedores de maglams, es decir, armas imbuidas que son las únicas capaces de herir a los seres inmortales. No solo tendremos que aliarnos con ellos para recuperar nuestro poder, sino que también podremos enamorarnos de ellos.

¿Viviremos tranquilamente ahora que nuestros enemigos han desaparecido? ¿Dónde están nuestros enemigos? ¿Encontraremos el amor? Muchas preguntas que necesitan respuestas y que iremos respondiendo mientras intentamos conseguir otra vez nuestro poder de Señor de las Espadas a base mucho amor y de absorber el poder de nuestros enemigos.

 A veces menos, es más

El juego se divide en dos, la parte de visual novel y la parte de RPG, donde tendremos que realizar diversas misiones para ir avanzando a través de los capítulos en los que se divide la historia principal.

Buenas ideas, pero el resultado final es simple

En la parte de visual novel podremos elegir diversas opciones, cada una de las cuales nos definirá como protagonista. Podemos ser un Rey Demonio divertido o de lo más demoniaco, nosotros elegimos. Cuando sepamos quién será nuestro objetivo para enamorar, tendremos que elegir la opción que esté marcada con ese personaje, es bastante intuitivo, de esta forma, fácilmente podremos seleccionar la opción que más agrade al personaje que nos interese.

Ahora bien, hablemos de la parte de RPG que es la que baja el nivel general. Nos encontraremos con diferentes misiones, cada una de ellas marcada para ser realizada con un nivel determinado; hasta aquí genial. El problema es que muchísimas de estas misiones, que son imprescindibles para subir de nivel y poder avanzar, son más de lo mismo. Consigue unos objetos, derrota a ese monstruo y luego repítela otra vez. Todas estas mecánicas me han recordado enormemente a los juegos de móviles que se basan en el farmeo.

Nos moveremos por escenarios pobres visualmente y que no están demasiado bien cuidados, en ellos nos encontramos con diferentes monstruos. Los combates son simples y básicamente es darle al botón y atacar. Suceden en tiempo real, movemos al personaje de manera lateral y es posible cambiar de armas en todo momento. El personaje que tengamos equipado será el encargado de luchar y hacer que la barra de DG vaya aumentando, de manera que cuando esta barra se llene podremos invocar a nuestro protagonista y luchar con él en su versión demoniaca.

Farmear y más farmear, de eso se trata. Con los objetos que vayamos encontrando podremos crear nuevas armas con diferentes rangos, cada arma con efectos diferentes y, además será posible decorarlas con los objetos que nos encontremos en nuestras expediciones.

Como es habitual en los otomes, podremos consultar nuestro nivel de afinidad con los diferentes personajes y ver en qué punto estamos con ese personaje.

 Conclusiones

En definitiva, Maglam Lord se compone de ideas interesantes, pero el resultado final es muy simplón. En cuanto a sus puntos fuertes tenemos el diseño de los personajes, sobre todo los de ambos protagonistas y sus voces, la parte de visual novel no está mal, aunque su historia sea genérica, puede llegar a resultar interesante.

Dentro del apartado de acción, la jugabilidad es pobre, los modelados simples y los combates que se basan en machacar el botón. Los escenarios son increíblemente repetitivos, ya que, aunque iremos desbloqueando nuevos, tendremos que revisitarlos muchas veces y lo único que cambiará será, que algunas veces no podremos pasar por X puerta. Las misiones… Solo hay de dos tipos (mata al objetivo y recolecta el objeto) y se repiten hasta la saciedad. En definitiva, creo que, si se hubieran omitido muchas de estas, el juego te aportaría más.

Los enemigos, una vez más también son repetitivos, salvo que cambia sus colores, pero, al fin y al cabo, es más de lo mismo. El nivel de dificultad es bajo, no es para nada desafiante, acabaremos con nuestros enemigos rápidamente, sin embargo, en el caso de los bosses, estaremos un buen rato dedicándonos únicamente a machacar el botón, ya que cuentan con una excesiva barra de salud y ninguna mecánica que pueda hacer el enfrentamiento más interesante

Pero, aun así, por extraño que parezca, tiene su encanto y consigue mantenerte ahí; a pesar todas sus carencias, puede engancharte. Como he dicho más arriba, me ha recordado totalmente a un juego de móvil, que puede que no sea el más puntero, pero consigue tenerte pegado a la pantalla.

Maglam Lord no está disponible en español, solo en inglés y con voces en japonés. Si a pesar de todos estos fallos sentís curiosidad, este título puede conseguir teneros enganchados unas cuantas horas ya que no es especialmente largo.