Hace poco escribí un artículo que hablaba del jugador cansado, del jugador que juega desde el malestar y, además, con pocas expectativas en su propio disfrute. Hoy, al contrario que la última vez, os hablo de uno de esos pocos títulos que es capaz de levantar oleadas de miles de alabanzas y criticas; no en vano hablamos de una saga que, sin duda, nunca deja indiferente a la industria y que siempre golpea dos veces.
Y es que, ahora que ha pasado la tormenta de información de Leyendas Pokemon: Arceus, nos replanteamos su trascendencia dentro de sus posibilidades y de las muchas quejas y cumplidos que ha ofrecido la comunidad a la compañía nipona de cara al futuro de la franquicia.
Hoy nos metemos con el análisis con una entrega que, desde mi perspectiva personal, sí me hace mirar a un futuro mas brillante dentro de una saga que estaba atascada en su propio bucle.
El saber repetirse
Le pasa lo mejor cuanto todo le funciona y lo peor cuando las cosas no le funcionan
En Leyendas Pokémon: Arceus, encontraremos un nuevo mundo donde se nos introducen múltiples recursos narrativos que nos llevarán a conocer diversos términos, criaturas y personajes que probablemente ya conozcamos con respecto a otros títulos de la saga.
En esta aventura de Game Freak llegaremos a lo que, al principio, consideraremos como un nuevo mundo, y lo haremos desde una distorsión espacio-temporal en la que, aparentemente, intuiremos que algo tiene que ver Arceus con nuestra presencia en Hisui.

Los diversos elementos jugables que componen la jugabilidad del título se nos presentarán en el momento exacto en el que tengamos que capturar a los tres Pokemon iniciales de esta última entrega: Cyndaquil, Rowlet y Oshawott.
Una vez que pasemos de la determinante decisión que supone la elección inicial de cada entrega de Pokémon, nos veremos sumidos en un -inmenso- tutorial mezclado con una especie de contextualización de los elementos interactivos con los que podremos jugar a lo largo de nuestra aventura. Se nos presentará a nuestros compañeros de viaje: El profesor Lavender, nuestro compañero o compañera, los diversos miembros del Clan Diamante y Perla y los antepasados de personajes que ya conocemos de Diamante y Perla, como el caso de Cyllene con Cyrus.

Es imposible no hablar de lo mucho que recuerda esta disposición de elementos a Monster Hunter o como; las laderas, las praderas, la geología o la topografía nos generan un vago recuerdo a ese Breath of the Wild, siempre referenciando a casi todo lo que ha venido detrás y, de nuevo, marcando escuela.
En esta entrega de Game Freak encontramos un juego que brilla por luz propia pero que se ve eclipsado por muchos de sus primos hermanos como Zelda o Monster Hunter. Y es que un juego que pretende consolidar y solidificar el futuro de una franquicia apuntando a muchísimas direcciones es algo que conlleva un serie de riesgos.

Algunas de las diversas decisiones de Leyendas Pokemon: Arceus funcionan muchísimo mejor que otras; hablamos de cómo, yendo a por todas, le pasa lo mejor cuanto todo le funciona y lo peor cuando las cosas no le funcionan. Es un punto importante hablar de que el juego engancha muchísimo en sus primeras horas. En mi caso, en tres días ya tenía 17 horas jugadas y estaba cerca del final del título.
Es clave mencionar la personalización dentro de los pequeños detalles que lo componen gracias a un sistema de misiones secundarias bastante divertido. Disfrutaremos los guiños a la extensión del lore con varios personajes concretos y las diversas submisiones que, aunque aparezcan en avalancha, completarán una lista de recados divertida, apetecible y que recompensa al jugador insistente. Además, gracias a estas submisiones, tendremos constantes mejoras en la aldea que complementarán la profundidad de la personalización y mejorarán el nuevo sistema de crafteo que incluye el título.

Todo esto y lo divertido que resulta investigar cada mapeado montado sobre un enorme Wyrdeer, se suma a un sistema de batallas y de capturas que funciona y aporta frescura y fluidez. Los nuevos estilos de pelea, tanto el rápido como el fuerte, dan profundidad y rodaje a un combate sin transiciones y con muchas más posibilidades. Eso sí, en ocasiones, se tornará injusto e injustificado cuando el enemigo tiene tres o cuatro turnos seguidos. Este sistema se repite y se repite, pero sabe diferenciarse e ir rompiendo poco a poco para no ser monótono según vamos avanzando en el juego. Sabe repetirse.
Hablemos del potencial gráfico…
No me parece un juego feo
Por otra parte, también debemos hablar de un sistema de combate que, si bien ya hemos comentado que funciona, es muy impreciso de cara a los turnos del jugador y tremendamente injusto cuando no sabe resolver una situación y te plantea un combate poco apropiado.
Otro tema importante es la potencia gráfica del título, la cual es sumamente baja y no cumple las expectativas a las que solemos estar acostumbrados, algo que no sería problema si no se tratase de una empresa consolidada en el sector y que lleva impreso un sello de calidad que aquí, en este aspecto, no hemos visto reflejado.
Por otra parte, y hablando de este mismo tema a la vez, he de decir que no me parece un juego feo; me parece un juego con pocas capacidades técnicas; pero no es un juego feo. Hay praderas, melodías, atardeceres y cinemáticas que brillan por si mismas y que, acompasadas a la fluidez de la animación, generan un gusto y un satisfacción al jugador.

Cuando hablamos de la visualidad del título, no solo hablamos de su potencia: hablamos de paletas de color, de los diseños e interacciones de los personajes o de, mismamente, de las animaciones in-game y, si se me permite, no encuentro un juego maltratado en este aspecto; encuentro un título que no esta a la altura, técnicamente hablando, de lo que debería ofrecer una promesa como la de Nintendo en un aspecto tan fundamental como la potencia gráfica de uno de sus buques insignia.
A lo que voy es que, siendo un producto de especialidad –un producto con una audiencia tan insensible al precio y que hace semejante esfuerzo en su compra- no se encuentra a la altura, visualmente hablando, de aquellos competidores en el mercado que puede que no tengan esta imagen de marca. Sin embargo, sí encontraremos un trabajo artístico notable en sus colores, formas, estilos y motivos. Considero que deberíamos atender ante las cosas que esconde su globalidad.
Conclusiones
Es un Pokémon diferente, uno que apuesta por una formula reinterpretativa y no clónica, lo que supone un paso para la saga, aunque mucha gente se empeñe en desprestigiarlo por una decisión concreta. Saben que es simple, conciso y que engancha, y lo repiten hasta la saciedad sin que acabe cansando.

Por otra parte, tenemos que renegar de las condiciones con las que se ha presentado el título; con múltiples errores, algún que otro tirón y un criticado apartado visual que si bien ya he dejado clara mi opinión, está claro que hay un descontento general que se debe cuidar y atender.
Y termino hablando de lo mismo con lo que empecé: igual el jugador cansado es el que va y viene, que su contexto es condicionante y en determinadas ocasiones nos hace más o menos efecto ese narcótico jugable e interactivo que es el videojuego.
Indudablemente, Pokémon viene acompañado de muchísimas cosas: Un nuevo sistema de misiones, un nuevo sistema de crafteo, nuevas posibilidades en la captura y en la lucha y mucho más. Ilusiona ver un cambio de paradigma dentro de la saga y más apuntando a tantas direcciones, siempre ilusiona. Que vaya, que tendrán que corregir muchas cosas, pero ha cambiado en favor de su evolución. Es posible que esta vez sí me haya gustado Pokémon.
Leyendas Pokémon: Arceus
Puntuación Final - 7.5
7.5
Recomendado
Es un Pokémon diferente, uno que apuesta por una fórmula reinterpretativa y no clónica, lo que supone un paso para la saga. Debe cuidarse y mejorarse de cara al futuro, debemos esperar muchísimo más de un título que viene de una posición ventajosa y asentada.