AnálisisPS5

Análisis de King’s Bounty II para PS5

Un RPG táctico que intenta abarcar demasiado

Aunque había oído hablar de la marca Heroes of Might and Magic, nunca me había sumergido en ella en profundidad. Buscando de dónde podía venir este «2» que acompaña al juego que nos ocupa, descubrí que la primera parte de este título tuvo un éxito descomunal, plagado de expansiones y una larga vida útil. Quizás por ello, el desarrollo de esta segunda entrega perece estar marcado por un exceso de ambición. King’s Bounty II mezcla un complejo combate de RPG táctico por turnos con la estructura de un mundo abierto, con su exploración y esquema de misiones, tanto principales como secundarias, con el objetivo de encontrar una narrativa más compleja, con espacio incluso para cierta toma de decisiones. El resultado es un juego que, fuera de lo que define su (excelente) núcleo más puro, se siente como un riesgo innecesario.

Ya pude jugar en su momento cuando salió hace dos años, aunque el análisis lo realizó nuestro compañero Regas, que sí era un conocedor del universo en el que se ambienta. Ahora he podido volver a engancharme a él gracias a la actualización que ha llegado a consolas de nueva generación. Vamos a ver qué tal ha aguantado el paso del tiempo este título.

La historia comienza con una elección de personaje principal, pudiendo escoger entre un guerrero, una maga o una paladina, que será el héroe que encarnemos durante toda la aventura. Hemos sido llamados para salvar el reino de Nostria de La Plaga, una manifestación de la oscuridad que amenaza con destruir el mundo. El bien y el mal, luz y oscuridad, todo ello ambientado en una extremadamente clásica visión de la fantasía medieval.

Aunque al principio parece una elección importante, sobre todo por el tema de clases, no os preocupéis porque luego el juego nos permite evolucionar a nuestro protagonista hacia dónde queramos, independientemente de esta elección. La historia tampoco se modifica significativamente, por lo que no estamos ante una fuente de potencial rejugabilidad.

Junto al protagonista se nos obliga a escoger un tipo de personalidad, una tendencia moral que tendremos que seguir toda la partida a la hora de tomar decisiones: orden/anarquía o poder/astucia. Aunque en un principio estaremos tentados de ceñirnos a esta elección, y el juego no siempre nos permitirá salirnos de ella, llegará un momento en el que ciertas ventajas de la progresión estén limitadas a otra alineación, por lo que puede que tarde o temprano terminemos traicionando estos principios, al estar todo ello unido a la evolución del personaje en términos jugables. De hecho de estas alineaciones morales dependerá que nuestras tropas funcionen adecuadamente o no, ya que si tienen morales diferentes, no desplegarán todo su potencial. Al final, nuestras acciones se verán muy condicionadas por las consecuencias a nivel jugable, algo que termina por pervertir este sistema.

A pesar de que la historia, que nos llevará cerca de 45 horas completar, debería ser uno de los mayores alicientes para continuar nuestra partida, lo cierto es que en ningún momento llega a atraparnos, ni a través de su historia ni de sus personajes. Los villanos no son extremadamente carismáticos, y tendremos que enfrentar tantos encargos secundarios entre medias de las misiones principales que no será raro que perdamos el hilo de qué estábamos salvando exactamente; tampoco es que las misiones secundarias escondan narrativas especialmente complejas o destacables. Las virtudes de King’s Bounty II vienen exclusivamente desde su faceta jugable, que será lo que nos enganchará y nos animará a seguir.

Tendremos un mundo abierto a nuestra disposición para explorar y recorrer, que al final se transforma en un mero trámite entre misión y misión. Una de las principales pegas que tenía el juego de lanzamiento, y que aún no se ha corregido, es la exasperante velocidad a la que camina nuestro personaje; a caballo no mejora mucho la cosa, porque tendremos que bajarnos de él para interactuar con el entorno. de esta forma, King’s Bounty II falla a la hora de incentivar una exploración que se vuelve innecesariamente tediosa debido a un mal planteamiento de la navegación y las animaciones del protagonista.

Por fortuna, una vez empezamos a combatir en King’s Bounty II es cuando vemos sus mayores virtudes. El protagonista que hemos elegido no luchará directamente en las batallas, sino que será una suerte de general. Situando nuestro ejército y el rival en un plano de cuadrículas, tendremos que movilizar nuestras tropas para derrotar a los enemigos. Habrá muchos tipos diferentes de tropas, cada uno con sus características (muy diferentes también según el alineamiento moral que presenten); saber combinarlos y explotar sus fortalezas, así como una buena dosis de ingenio, será necesario para triunfar. Además, no creáis que podréis ir a lo loco: si vencen a nuestros personajes tendremos que volver a reclutarlos, y si no tenemos dinero para ello podemos estar en un serio problema debido al rígido (si no rácano) sistema económico del juego.

Hay que tener muchos factores en cuenta en los combates: la elevación del terreno, las características de nuestras tropas y las enemigas, la posibilidad de intervenir con habilidades de nuestro protagonista e incluso nuestro equipamiento. Cada vez accederemos a mejores tropas, y averiguar qué sinergias funcionan mejor, así como los puntos fuertes y débiles de cada una, o cómo se comportan con respecto a ciertos enemigos, será un proceso muy divertido de aprendizaje. La progresión a través del árbol de talentos también está muy bien integrada y, en general, todo lo relacionado con el combate es extremadamente satisfactorio; esto es un alivio, porque tendremos que combatir MUCHO. Se siente como un juego de mesa, tanto a nivel visual como mecánico, y es algo que le sienta muy bien, aunque a veces dependamos mucho el ensayo-error y de cargar la partida.

Hay un sistema mediante el cual el juego nos dice las posibilidades que tenemos de vencer en combate a los enemigos que nos encontramos en el mundo abierto; debido a los costes de las posibles pérdidas, es un sistema del que no podemos fiarnos demasiado. Además, sin ser una experiencia excesivamente grindy, sí que nos obligará a cumplir sus misiones secundarias si queremos progresar al ritmo que dicta la historia.

También es justo admitir que, si bien los modelados de los personajes y sus animaciones dejan mucho que desear, los escenarios sí que da gusto explorarlos a nivel visual, sin ser tampoco un portento técnico en nueva generación. En general, a todo el conjunto le falta una mayor personalidad y carisma, algo distintivo que la aleje de otras iteraciones de fantasía medieval; aún así, la ambientación está muy bien conseguida, y disfrutarás con el juego si te gustan este tipo de propuestas. Es una lástima que la exploración se vea entorpecida por los aspectos que hemos comentado antes, porque los escenarios siempre esconden nuevos encargos, objetos y tesoros e incluso algún que otro puzle. Sin ser un juego con una identidad visual memorable, sí que supone un viaje agradable mientras dura.

Esta versión de King’s Bounty II en PS5 y Xbox Series X/S es una actualización del juego base, que además incluye compatibilidad con los archivos de guardado previos, por lo que, aunque no estemos ante un portento técnico, sin duda es la mejor forma de disfrutar actualmente de King’s Bounty II; el juego va bastante fluido y hay estampas en las que consigue explotar su diseño artístico, sobre todo en algunos combates más épicos o en algunos puntos de los escenarios. Aunque, como he comentado antes, hubiera sido una buena ocasión para arreglar ciertos errores fundamentales que mejorarían mucho la navegación del título.

King’s Bounty II falla en la exposición de su historia y en la introducción de un mundo abierto demasiado convencional, tanto a nivel estético como mecánico. Por contra, su premisa más fundamental, su estupendo combate por turnos, funciona a la perfección.

Unido a un desarrollo en el que siempre tendremos cosas que hacer (además con cierta variedad), tenemos una experiencia que, aunque no destaque por encima de otros exponentes del género, puede ser una opción adecuada y de larga duración para los fans de la fantasía medieval más clásica.

King's Bounty II

Puntuación Final - 6.5

6.5

Interesante

King's Bounty II falla en la exposición de su historia y en la introducción de un mundo abierto demasiado convencional, tanto a nivel estético como mecánico. Por contra, su premisa más fundamental, su estupendo combate por turnos, funciona a la perfección.

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Alejandro Morillas Tellez

Fisioterapeuta/osteópata de día, hipnoterapeuta cuando es necesario y apasionado jugador de videojuegos por la noche. Los primeros juegos que relaciono como favoritos son Catherine, Vanquish, Overwatch y Kingdom Hearts. Pero siempre estoy disponible para un Tekken, un Vermintide o una maratón de Metal Gear.
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