Los canguros llevan poblando nuestra industria durante años y, bueno; no te voy a decir que tengan pensado dominarla pero si han hecho acto de presencia incontables veces. Desde Roger en la saga Tekken hasta Kangaskhan en Pokémon, pasando por aquellos anecdóticos canguros del Pro Evolution Soccer.
Hoy analizamos al más grande de todos -con el perdón de Roger y sus guantazos-, el buque insignia de los mismos y una de las tantas mascotas que, hace tiempo, asolaron la industria representando un género, un estilo y un momento concreto de la misma.
Kao the kangaroo funcionó y robó los corazones de varios «segeros» y «nintenderos» en Dreamcast y en GBA. Hoy, regresa (en forma de reboot) a nuestras pantallas como nunca antes le habíamos visto.
K.O
Tate Multimedia (Kao the Kangaroo 2: Round 2, Urban Trial Tricky) nos transporta a un sólido plataformas 3D que recoge el estilo y el cariño visual de aquellos juegos de una época dosmilera, en la que saltabas con la X, pegabas con el cuadrado y así te ibas apañando todo el juego, uno que posiblemente estuviese repleto de animales antropomórficos, villanos clónicos y mundos estilizados.

Recoge el estilo y el cariño visual de aquellos juegos de una época dosmilera…
Que si bien puede ser una fórmula poco atendida en estos días que corren, no deja de ser una aventura tremendamente disfrutable. Y es que, siendo francos, Kao the Kangaroo presenta una serie de bases jugables mascadas hasta la saciedad, pero de la forma idónea para presentar un medio y una industria a los más pequeños de la casa o a los más desconocedores de la misma.
Kao, bajo mi punto de vista, pasa a ser un tremendísimo tutor de aventuras que orienta sus esfuerzos hacia este target concreto, tomando como referencia algunas aventuras como Spyro o Banjo-Kazooie; además de, obviamente, sus predecesores.
Repartiendo derechazos
Kao the Kangaroo nos situará en una llamada a la aventura en busca de Kala, la hermana perdida de Kao, y en una misteriosa situación que circundará la desaparición del padre de Kao, Koby.

Podríamos decir que esta historia es la excusa perfecta para introducir e interesar a el usuario y así poder jugar con los escenarios, uno de los puntos más favorables y curiosos del juego, me explico.
En la aventura, Kao avanzará de forma completamente lineal hasta llegar a ciertos puntos que se abren, se ensanchan, y es entonces cuando los caminos se dividirán bajo términos de coleccionables, runas y monedas; mediante las runas podremos desbloquear nuevas rutas que desbloquearán más ítems para así poder superar las fases de una zona y pasar a la siguiente.

De la misma forma, en estas concentraciones de caminos, también podremos gastar (en ropa y accesorios) y conseguir más monedas para dar continuidad a las diversas posibilidades que se irán abriendo paso en el título, que no dejan de seguir el mismo esquema que presentaban Banjo-Kazooie, Spyro o el ejemplo incombustible que supuso en su día Super Mario 64.
Estos escenarios denotan un gusto por aquella época pasada, aquel tiempo donde esa estética sobretexturizada, de formas poligonales y muñecos animalizados de ojos altones se paseaban por campiñas o selvas frondosas atizando a todo lo que se meneaba, como Crash o Rayman.

Esto regala cierta nostalgia al jugador conocedor de lo referenciado, pero también aporta una perfecta y bonita entrada para todo aquel que quiera iniciarse, de forma casual, a una propuesta de plataformas mínimamente lineal.
Hopalloo Island
Un esquema cercano a Banjo-Kazooie o a Spyro
Ahora bien… ¿Cómo se presenta el regreso de Kao? He de decir que, como ya he comentado, me pongo en la piel del usuario objetivo del producto de Tate Multimedia y solo me salen halagos que se pueden resumir en un plataformeo cumplidor que ofrece exacta y rigurosamente lo que promete dejándose ensuciar por una ligera (y entendible) carencia de ambición y algunas puntualizaciones técnicas que, aún siendo minucias, acartonan la experiencia y me sacan un poco de la obra.
Como ya hemos dicho, los escenarios son uno de los aspectos más resultones de la obra, escenarios que comban y se armonizan con el espectacular diseño de cada personaje que, si nos ponemos a investigar en el apartado conceptual externo al producto final –como por ejemplo el trabajo de Kamil Smala– veremos que hay un gusto, un criterio y un saber hacer innegable.

Por otra parte, rompe todo lo comentado algunos fallos en las colisiones con diversos elementos del decorado o con algunos enemigos. Además, he de decir que la versión de Nintendo Switch no termina de ayudar, pues si bien la estabilidad de la tasa de frames es la correcta, la visualización de algunas animaciones y su recorte no está rematada de la mejor forma posible y da lugar al pixelado de algunas de las muchas animaciones que existen en el título.
No pondría como problema algo como esto si no fuese porque Nintendo Switch ha demostrado se capaz de aguantar cosas muchísimo más cargantes para el sistema; como por ejemplo, sin ir más lejos, Crash Bandicoot 4: It´s About Time.
Kao the Kangaroo sorprende para bien y presenta una iniciación jugable perfecta para todos los usuarios a los que va orientado; jugadores más primerizos, más jóvenes o, simplemente, más casuales. Con un apartado visual fantásticamente resultón, unos personajes tremendamente carismáticos y un plataformeo tan funcional como melancólico – sobre todo para los jugadores de los principios de 2000- Kao the Kangaroo resulta una propuesta muy interesante para aquellos grupos ya citados.
Una propuesta que, en ocasiones, se acaba acartonando por carencias técnicas, alguna animación tosca o algún problema de rendimiento visual en Nintendo Switch. Problemas que no dejan de ser minucias para una aventura bastante disfrutable para las 8-9 horas que puede llegar a durar la misma.
Kao the Kangaroo
Puntuación Final - 7.5
7.5
Recomendado
¡Kao the Kangaroo vuelve a brincar 17 años después! El título de Tate multimeda sorprende para bien y presenta una iniciacion jugable perfecta para el plataformas 3D de toda la vida que, en ocasiones, puede llegar a ensuciarse por diversos bugs o colisiones poco deseadas.