Con un largo tiempo de desarrollo a sus espaldas, INDUSTRIA llega a Steam prometiendo, según sus autores, ser un juego influenciado artísticamente por Half Life 2 y el cine de David Lynch, con una jugabilidad que unirá la acción de cualquier FPS con un fuerte componente narrativo y de supervivencia, pero además todo esto acompañado de una trama apasionante.
Y bueno, después de haberlo jugado no cabe duda de que el juego tiene muy buenas ideas detrás con muchísimo potencial para crear una obra maestra. El problema es que si las buenas ideas no se exprimen todo lo necesario, se nos queda un juego que nos deja a medias, y eso es justo lo que ha sucedido en INDUSTRIA. Así que vamos a destripar el juego y veamos qué es lo que nos puede ofrecer.
Viajando a una dimensión alternativa de Berlin
En el juego encargaremos a Nora, una científica que trabaja para la corporación maligna de turno, de estas que cada vez que toca algo la lía muy parda. En esta ocasión parece que uno de sus proyectos se ha desmadrado y eso ha provocado que Walter, nuestro querido amante, haya tomado un viaje de no retorno a la ciudad de Hakavik, una especie de versión alternativa de la Berlin de 1989 que parece haber sido dominada por robots asesinos.
Así que tenemos un buen combo de viajes entre realidades, paradojas temporales, robots asesinos y tintes románticos; todo esto se irá descubriendo, como no, mediante la vieja técnica de encontrar los diarios que todo el mundo ha dejado tirados por ahí. Pero el problema es que estamos ante un juego muy cortito (unas dos horas bastarán para completar la aventura), y en ese tiempo, al juego no le da tiempo a profundizar todo lo que debería.

Por ejemplo, parece ser que los habitantes de Hakavik no dejaron tirados los suficientes diarios para que nosotros los encontremos y nos enteremos de todo, pero además tampoco los detallaron lo suficiente. Además, nuestra relación, tanto con Walter, como con otro tipo que nos hablará por radio a lo largo del juego quedará totalmente relegada a un segundo plano. Y para terminar, el trasfondo de la ciudad de Hakavik tampoco termina de quedar claro.
Todo esto nos llevará a un final que llega de forma muy abrupta, dejando más preguntas que respuestas ( y no precisamente por su libre interpretación). Muchas veces hemos jugado títulos de una duración similar que son capaces de abarcar toda la trama en unas pocas horas, pero en el caso de INDUSTRIA da la sensación de que faltan grandes fragmentos de trama. Una trama que parece haber demasiado ambiciosa para una duración tan corta.

Acción con un poco de puzles
El juego unifica una serie de mecánicas diferentes, algunas mejor llevadas a cabo que otras. Por ejemplo, tendremos que resolver algunos puzles, recoger objetos en nuestro inventario y ese tipo de cosas, algo que solo se ha utilizado al principio de la aventura, y ya no volveremos a encontrar ni un solo puzle más. También tendremos que explorar en busca de munición, lo que destaca sobre todo en la dificultad más alta, donde apenas tendremos medios para enfrentarnos a los enemigos y, mucho ojo, también tendremos que guardar la partida utilizando máquinas de escribir.
Pero bueno, a pesar del componente narrativo, estamos sobre todo ante un juego de acción en el que tendremos que hacer frente a robots asesinos. En esta parte el juego se desenvuelve mejor que en el resto de sus apartados (aunque sin llegar a ser la gran cosa), ofreciendo unos enfrentamientos pausados pero intensos (de nuevo, destacando en la dificultad más alta), donde con un repertorio de cuatro armas haremos frente a todos los peligros.

Y vale, sí, podemos pensar que quizás cuatro armas sean un arsenal demasiado escaso, y de hecho, estando una dimensión alternativa plagada de robots, se echa de menos un arsenal algo más de ciencia ficción, pero lo que hay cumple para la acción que el juego plantea.
También hay que decir que puede que la IA enemiga resulte demasiado simple, pero bueno, estamos ante un juego indie, y por tanto, no se le puede pedir lo mismo que a otros en aspectos como este. Aquí los enemigos vienen detrás nuestra a intentar darnos una paliza, sin más.

La ambientación
Aquí es donde la famosa influencia de Half Life 2 y del cine de David Lynch entra en juego, de hecho, hay muchas localizaciones y construcciones en Hakavik que se dan un aire a Ciudad 17. Además, aún con las claras influencias e inspiraciones de sus autores, se nota que también se le ha querido dar un toque de personalidad propia al juego para que este tenga un universo único.
Encontraremos, eso sí, que las zonas exteriores están mucho mejor llevadas a cabo que las interiores, donde muchas veces exploraremos habitaciones vacías y sin apenas detalle que además padecen de ciertos defectos gráficos. De todas formas, con sus más y sus menos, no cabe duda de que al apartado artístico de INDUSTRIA pocas pegas se le pueden poner.

Conclusiones
Pues ha sido un análisis corto, pero con un juego que también es corto, no es que haya mucho que decir. Todo se resume en que la obra parte de una base con muchísimo potencial pero el sabor que deja es realmente agridulce.
Es un juego que te deja con ganas de más y que, de hecho, se merece mucho más. Pero su corta duración juega totalmente en su contra dejando a medias lo que podría haber sido una experiencia única. De todas formas, para quienes quieran disfrutar de un apartado artístico surrealista que además les recuerde a Half Life 2, puede ser una buena opción.
INDUSTRIA
Puntuación Final - 5.5
5.5
Correcto
Aun con su apartado artístico y su personalidad, INDUSTRIA es un juego que nos deja con un sabor muy agridulce.