Análisis de Hot Wheels Unleashed 2 – Turbocharged para PC

Hot Wheels Unleashed 2 – Turbocharged ya está aquí, pero antes, un pequeño comentario sobre el género de las carreras: hace un par de semanas, con la salida de Forza Motorsport para Xbox Series X/S y PC, en Twitter se armó un debate comparándolo con Grand Turismo 7 tratando de definir cuál de los dos era un mejor título de velocidad, usando como argumentos elementos puramente visuales como si el realismo garantizara su calidad.

En los últimos años, el género de carreras se ha ido descantando cada vez más por la simulación realista por encima de lo arcade. Need For Speed Unbound se publicó el año pasado y pasó muy por debajo del radar e incluso títulos con tonos más desenfadados como Forza Horizon, terminan adoptando una fidelidad que mezcla desde lo visual hasta lo mecánico. No existen los giros imposibles.

La otra vertiente que se mantiene vigente es la que casi podríamos como Party Cars. Obras donde se deja completamente de lado el realismo y en cambio se apuesta por pistas cortas donde el azar toma importancia, ayudado por una serie de poderes que se consiguen mediante cajas de objetos que pescamos en el camino. Este 2023 salió Disney Speedstorm como la apuesta del gigante mediático para entrar en el circuito. Aun así, incluso esta faceta se ha ido deteriorando. Cada vez hay menos lanzamientos de este estilo. El último Mario Kart, representante máximo de los Go Karts, salió hace nueve años.

En medio de esta evolución, avanzando por el carril derecho como quien no quiere la cosa, apareció Hot Wheels Unleashed el 30 de septiembre del 2021. Era una propuesta nueva que se distanciaba mucho de cualquier otro título del género ofreciendo unas carreras muy arcades, pero sin llegar a la aleatoriedad de usar poderes especiales, sino ofreciendo unas mecánicas lo suficientemente pulidas para ser exigente a la par de divertido.

Ahora, dos años después, el 19 de octubre, de la mano de Milestone, se estrena su secuela: Hot Wheels Unleashed 2 – Turbocharged, una continuación que mantiene lo mejor de la entrega anterior, pero ofreciendo algunas ideas nuevas que ayudan a refinar el gameplay.

 Más profundo de lo que parece

Hot Wheels es una marca que alcanzó su pico de popularidad durante los años 90 y a inicios de los 2000. Es la principal línea de automóviles de juguete a escala en todo el mundo, cuyos modelos más importantes han superado el valor de un millón de dólares. Mattel, dueña de la marca, ha sabido mimar la línea de autos y cada cierto tiempo estrena una serie o película animada dirigida a los más pequeños de la casa. Tomando eso en cuenta, sería fácil pensar que un juego de Hot Wheels tiraría hacia lo simple con un enfoque parecido al título de Disney, pero nada más alejado de la realidad.

En Hot Wheels Unleashed 2 – Turbocharged conducimos autos coleccionables y el título lo deja muy claro en su diseño. Los escenarios son literalmente pistas de juguetes construidas en espacios humanos que se ven gigantes en comparación. Las físicas nos hacen sentir ligeros y la más pequeña colisión nos hace saltar por los aires como para recordarnos que no medimos más de diez centímetros. Aun así, estos pequeños autos tienen una profundidad mecánica digna de admirar.

Lo primero que transmite el título es una sensación de velocidad extrema. Parece un axioma del género, pero la verdad es que no hay otro juego de carreras que inyecte adrenalina como el de Hot Wheels. El hecho de ser pistas artificiales dentro de la propia realidad del juego, les da la posibilidad de ser creativas e inundarse de giros bruscos y saltos imposibles que nos hacen estar atentos en todo momento. El derrape, mecánica que está muy bien cuidada dentro del título y que se siente muy natural, se vuelve primordial para poder atravesar los circuitos. Además, esta nueva entrega añade la posibilidad de realizar saltos (y doble saltos), y los niveles lo aprovechan muy bien con pistas de mayor verticalidad y rampas separadas por grandes espacios que debemos saltar en el momento justo o nos iremos al vacío.

Otra mecánica nueva de esta secuela, son los empujones laterales. Podemos golpear al vehículo que esté a nuestro lado. Al principio parece un movimiento que no tiene mucho sentido porque el empujón no es muy fuerte, pero cuando aprender a utilizarlo vale totalmente la pena. Empujar a un rival en el momento perfecto de la carrera para hacer que se desvíe de la pista es muy satisfactorio y te puede regalar la victoria. Por supuesto, nos pueden aplicar lo mismo a nosotros y créanme que ver cómo te empujan en el frame exacto para que te desvíes y te vayas por el barranco o te salgas del carril, duele en el alma.

Si por alguna razón nos salimos del circuito, podemos volver en segundos presionando un botón que nos hace aparecer de vuelta. Obviamente, regresamos detenidos y toca acelerar para recuperarnos. Aquí entra la dificultad del juego y es que Hot Wheels Unleashed 2 penaliza mucho los errores. Un mal derrape o caer en el lugar equivocado te puedes hacer pasar de la primera a la última posición en un par de segundos. No obstante, si eres bueno, casi siempre tienes posibilidad de recuperarte. La opción del nitro es muy importante para saber aprovecharlo en el momento exacto y así utilizar su aceleración en rectas en vez de estamparte contra una curva por ir demasiada velocidad. Este nivel de desafío mantiene emocionante las carreras. Nunca debes confiarte si vas de primero, ni rendirte si vas de último.

La aceleración, el nitro, los saltos, las embestidas, los derrapes, los obstáculos de las pistas… Todos los elementos se unen para crear un sistema que es fácil de aprender, pero difícil de dominar.

 El camino de héroe

En nuestro camino de pasar de ser el taxista del barrio al mejor competidor de todos los tiempos, contaremos con una serie de modos donde competir. El principal de ellos es el Modo Trayectoria, también llamado “Hot Wheels Creature Rampage”, y es el modo campaña donde, curiosamente, tenemos que completar una historia.

A mí siempre me ha gustado cuando en este tipo de juegos arcade se agrega un modo historia que sirve de motivación extra para seguir jugando. Sin embargo, en esta ocasión la trama resulta un poco… Verán, el asunto es que un profesor llamado Tanabe inventa una maquina capaz de encoger y agrandar lo que sea. El experimento se le fue de las manos y terminó volviendo gigantes a una serie de criaturas que ahora amenazan con destruir la ciudad. Desesperado, el profesor, en vez de acudir con las autoridades militares de su país, llamó a su equipo: dos jóvenes corredores (becarios, probablemente) que lo ayudarán a resolver el problema.

El profesor Tanabe les cuenta lo sucedido y les comunica que ya no es posible simplemente encoger las criaturas porque si lo hacen, solo durarán en ese estado unos minutos antes de volver a agrandarse, por lo que hay que derrotarlas. Yo creo que todo el asunto se resolvería encogiendo a estos bichos y pisándolos al instante, pero bueno, ¿quién soy yo para cuestionar sus métodos?

La historia no se da mucha importancia, pero sirve de detonante para los desafíos que tenemos que enfrentar, aunque antes de pasar a ellos, quiero mencionar un detalle más: las actuaciones de voz son terribles. No es algo demasiado crucial (las cinemáticas son pocas y cortas), pero el trabajo parece hecho por un grupo de actores baratos pagados por ElXokas. También cabe acotar que me refiero a los actores de voz latinos. En las versiones Europea y Estadounidense mejora un poco la cosa, aunque tampoco están para tirar cohetes.

 Calidad y cantidad

Hot Wheels Unleashed 2 – Turbocharged consigue ser “más y mejor” que su antecesor. En el Modo Campaña avanzaremos a través de un mapa con una serie de circuitos cuya ubicación irá cambiando a medida que vayamos completándolos, dándole variedad a los entornos que recorremos. Cada circuito es un desafío distinto. Algunos serán las carreras clásicas de toda la vida donde gana quien llegue primero a la meta. Otras son Carreras Contrarreloj. También están los desafíos Drift Master donde debemos hacer una cantidad mínima de derrapes para superarlo, los desafíos de Parada donde estamos en un mapa abierto que debemos recorrer siguiendo una serie de puntos, y mi favorito: los desafíos de Eliminación.

En el modo Eliminación cada cierto tiempo irán desapareciendo los últimos competidores. No es un modo innovador, pero se ajusta a la perfección con ese diseño de juego que les mencione antes donde el más pequeño error te puede dejar en la última posición. Aquí es donde más se siente la tensión de que no puedes equivocarte. Cuando te toca ser eliminado, te quedan cinco segundos y estás apenas a unos metros de pasar al que tiene por delante, de verdad te quedas con la emoción de darlo todo por sobrevivir.

Fuera del Modo Trayectoria tenemos el Modo Libre donde podremos escoger la pista y el desafío que queramos.  En ambos modos podemos cambiar de auto a nuestro antojo y aquí la secuela supera por mucho lo ofrecido en la entrega anterior. La variedad de vehículos es enorme. Se agregan las motocicletas, ATVs y Monster Trucks como vehículos seleccionables, por lo que tenemos para todos los gustos. Pero, además, hay un detalle interesante: cada vehículo tiene estadísticas específicas. Algunos tienen un mejor derrape, mientras que otros destacan en aceleración, otros por la velocidad máxima, etc. Los Monster Trucks se adaptan mejor a todo tipo de terreno (hay pistas que nos hacen cruzar tierra, por ejemplo), pero las motocicletas tienen mayor velocidad.

Estas características son importantes a tener en cuenta para escoger el vehículo adecuado según la pista en la que vayamos a correr. Por supuesto, eso no significa que no podamos usar cualquier vehículo; todos son igual de válidos. Pero aun así es un detalle que agrega un punto de estrategia a la selección del auto.

También hay un sistema de mejoras en los que podemos modificar levemente las estadísticas de los vehículos. Lo hacemos gastando la moneda interna del juego que conseguimos ganando carreras. Estas mejoras son armas de doble filo, pues cada una añade a la vez que quita. Por ejemplo: puedes mejorar la velocidad del vehículo, pero su cargador de nitro se rellenará más lento. Me parece un sistema adecuado para evitar crear un vehículo perfecto y roto cuando ya has farmeado suficientes monedas.

Hablando de las monedas, se han eliminado las lootboxes del juego anterior (una de cal) a cambio de un sistema donde puedes comprar una limitada cantidad de autos cuya selección va cambiando cada cierto tiempo. Puede sonar molesto esto de tener que esperar para que aparezcan autos nuevos, pero la verdad es que hay tantos que apenas se nota la espera. Además, puedes acelerar el proceso con monedas del propio juego. A parte, también hay vehículos especiales que se pueden comprar, aunque para esos necesitas dinero real (y otra de arena).

 ¡A los Pits!

Si nos bajamos del auto (metafóricamente) nos encontramos con dos modos extras bastante interesantes: el personalizador de autos y el constructor de pistas. Ambos son exactamente lo que sus nombres indican.  En el primero puedes tomar cualquiera de tus vehículos y rediseñarlo a tu antojo cambiándole los colores, los stickers, los rines y el chasis. Puedes subir el resultado a la comunidad para compartirlo al mismo tiempo que ves y descargas los diseños de otros jugadores. Sin ser ninguna maravilla, la capacidad de personalización es bastante decente.

En cuanto al Track Builder, aquí sí que es una barbaridad lo que puedes llegar a crear. El sistema es algo engorroso al principio, pero cuando te acostumbras puedes llegar a crear circuitos increíbles lleno de curvas. rampas, obstáculos, enemigos… de todo. Los diseños que pueden llegar a verse creados por la comunidad, no tienen nada que envidiar a los originales del juego.

El único modo que sí me pareció un poco decepcionante, fue el online. Por obvias razones es el modo más desafiante y donde más ves las capacidades mecánicas del título. Cuando te encuentras con jugadores que hacen todas las curvas perfectas, regresas con la cola entre las patas a seguir mejorando en los modos locales. Por otra parte, le falta mucha variedad de opciones. No hay torneos, circuitos especiales, modos batallas, ni nada de la enorme variedad que existe en la campaña. Ni siquiera un ranking que justifique el querer enfrentarte a otros jugadores. Supongo que irán agregando contenido con el paso del tiempo, pero tal y como está ahora, se siente vacío. Además, tarda bastante en encontrar partida.

En el modo multijugador local con pantalla dividida pueden reunirse dos jugadores y aquí sí que están todos los tipos de desafíos disponibles.

 Conclusiones de Hot Wheels Unleashed 2 – Turbocharged

Hot Wheels Unleashed 2 – Turbocharge es un juego divertido y desafiante. Al igual que su predecesor, es una ráfaga de aire fresco para quien busca disfrutar de la velocidad sin dar demasiadas vueltas entre menús de personalización realista y circuitos de curvas. Aquí todo es rápido, dinámico y perfecto para echarte unas horas de mucha adrenalina.

Visualmente es muy parecido a su antecesor, con tan solo algunas pequeñas mejoras en las texturas de los autos (ahora lucen más reales y menos de juguetes), pero del resto mejora y añade lo suficiente para considerarse una digna secuela y un título de carreras a tomar en cuenta si buscas priorizar diversión por encima de realismo.