AnálisisSwitch

Fire Emblem: Engage – Análisis Switch

Una fórmula más clásica, pero igual de excelente

Fire Emblem: Engage es una muestra de cómo se amplía el mercado. Hace una o dos décadas los juegos tácticos de estrategia eran algo que se podía considerar de nicho. Fuera del PC encontrabas pocas alternativas, como Final Fantasy Tactics. Pero poco a poco, en las últimas generaciones, este género ha ido cobrando fuerza. El reboot de la saga X-COM puede ser uno de los mayores indicativos, pero también tenemos Mario+Rabbids o Fire Emblem: Three Houses. En especial este último, cuya saga tenía una gran base de fans en Japón, pero que nunca llegó a ser popular en occidente hasta la llegada del primer título en Switch.

Fire Emblem: Three Houses ha sido lo que fue Monster Hunter World. Un título más accesible, rompiendo algunas de sus reglas, y enfocado para globalizar su franquicia en un mercado occidental donde siempre han sido de nicho. Así pues, Fire Emblem: Engage es el equivalente a Monster Hunter Rise. Una continuación que mantiene las características más exitosas de su predecesor, pero volviendo a una fórmula más clásica.

El mundo que Fire Emblem: Engage nos plantea es bastante común dentro de la saga. Un mundo dividido en varios países, cada uno con su cultura, su líder y sus costumbres. Nuestro avatar es nada más y nada menos que el hijo de la dragona divina. La persona con mayor poder del mundo y cuya función es cuidar del mismo y de su balance. Para ello cada mil años los doce anillos emblemas, que contienen los espíritus de poderosos guerreros de otros mundo, se activan permitiendo, a través del rezo de un dragón divino, su uso otorgando un poder increíble.

Pero esto es una carrera a contrarreloj. Los seguidores del Dragón Caído, un ser que busca el poder de los anillos para sembrar el caos y la destrucción, buscan también estos anillos para que su señor pueda volver a sembrar el caos, después de haber sido derrotado hace 1000 años.

Cinemática de Fire Emblem: Engage donde se ve al protagonista enfrentándose a un dragón
Las cinemáticas son increíbles. Todas ellas son de una calidad excelente

La historia de Fire Emblem: Engage empieza como una épica aventura del elegido, y de hecho sigue al pie de la letra el viaje del héroe. Pero cuanto más avanzamos en esta narrativa, más vemos cómo algo que era simplemente la típica historia del héroe contra el villano evoluciona con unos matices más profundos.

Obviamente los emblemas son la mecánica jugable que más llama la atención, ya que permiten muchas opciones de las que hablaré en el siguiente apartado, pero también tienen un fuerte apartado narrativo.

Captura del emblema de Sigurd
Captura del emblema de Cerica
Captura del emblema de Roy
Captura del emblema de Lyn

Para qué mentir, cuando se anunció Fire Emblem: Engage tenía muchas sospechas sobre la inclusión de los emblemas. Aunque el fan service siempre puede ser divertido, también puede quemar muy rápido y provocar que una obra pierda su sentido original. Por suerte Intelligent Systems ha sabido llevarlo, bajo mi punto de vista, muy bien.

Estos personajes intervienen lo justo y necesario. Marth es el emblema con más diálogo con diferencia, debido a que funciona como un mentor para nuestro protagonista. El resto, fuera de su momento de aparición y conversaciones de enlace, poco más intervendrán como personajes. La cosa esta en que los emblemas en sí tienen una fuerte influencia en la narrativa, al ser el objetivo tanto del grupo protagonista como del rival. Casi todo momento importante de la historia viene dado por los emblemas, pero sin robar en ningún momento el desarrollo de nuestro protagonista y sus acompañantes.

Captura de diálogo con el emblema de Marth
Marth: mentor, amigo y previsor de movidas

En definitiva, Fire Emblem: Engage tiene una historia que, aunque al principio se hace demasiado predecible, va cogiendo forma a lo largo de sus capítulos. Los emblemas, que se sienten como artefactos poderosos tanto en la narrativa como en la jugabilidad, al final sirven a la historia para que siga adelante, pero sin opacar los temas principales del juego.

Aunque la historia de Fire Emblem: Engage este bien, tampoco es una obra maestra. Pero donde brilla es en sus niveles.

La saga Fire Emblem se ha ido casualizando durante los últimos años. Es algo que la saga necesitaba, sobre todo si quería salir de su faceta de nicho y acercarse a un público más amplio. El problema es que, para los fans del género, los últimos títulos quizás han sido demasiados simples (aunque la inclusión de la dificultad maddering, por ejemplo, han ayudado a mantener este desafío).

Captura del tutorial donde se explica el triángulo de armas
El triángulo de armas regresa en Fire Emblem: Engage. Si golpeamos a alguien con un arma favorable, podremos prevenir un contrataque

Por suerte Fire Emblem: Engage vuelve a unos mapas más desafiantes y con un diseño muy bien pensado. Casi todos los niveles cuentan con una gimmick, una mecánica que nos lo pondrá más difícil y nos hace adaptarnos sobre la marcha. Aún así, el modo de dificultad fácil y normal permiten que quienes quieran disfrutar de la historia y diálogos no tengan que sufrir reiniciando mapas de forma constante.

Quitando los mapas a oscuras, que me siguen pareciendo uno de los mayores pecados del género, la variedad de misiones hacen que cada una sea un encuentro memorable. Si bien es verdad que los objetivos son en el 99% de los casos “derrota al jefe”, los obstáculos, enemigos y mecánicas de cada mapa hacen que se sientan diferentes y siempre nos hagan pensar en como enfocar la situación.

Captura de un mapa de FIre Emblem: Engage lleno de Miasma, que sube la defensa del rival y baja la de los aliados
Una de cada dos casillas implica la muerte. Suerte

Los jefes se sienten desafiantes, las unidades rasas del ejercito enemigo pueden perjudicarnos si no formamos una buena estrategia y las gimmicks de cada mapa nos sorprenderán constantemente ¿Qué más se le puede pedir a Fire Emblem: Engage?

Si tu respuesta a la anterior pregunta era “Un sistema de socialización como en Fire Emblem: Three Houses” siento decirte que aquí es donde vemos una reversión de lo visto en la anterior entrega de la franquicia.

Con esto no quiero decir que Fire Emblem: Engage abandone esta faceta. Las conversaciones de apoyo siguen existiendo (aunque haya personajes incompatibles), se pueden regalar objetos o comer juntos para aumentar la afinidad (aunque la comida no incluye ningún minijuego ni diálogo especial) y nuestro avatar puede seguir manteniendo una afinidad de rango S con un personaje (a modo de relación romántica, platónica y similares).

Captura de diálogo entre dos personajes del juego
Las conversaciones de afinidad contienen mucho humor, aunque a veces de forma involuntaria

Pero poco más encontramos además de esto. Los personajes secundarios tienen muy poca personalidad comparado con los carismáticos estudiantes de Three Houses. El limitar que personajes tienen afinidad entre si nos hace preguntarnos como hubieran congeniado varios personajes, y nos pueden limitar a la hora de formar nuestro ejercito. Apenas existen reclutamientos opcionales, debido a que gran parte de las misiones secundarias sirven para fortalecer el vínculo con un emblema.

Es posible que Fire Emblem: Engage sea el título de la franquicia con mayor optimización para las unidades. No solo deja de existir un “límite de nivel” pudiendo hacer que una unidad nivel 20 pase a nivel 1 sin perder ningún stat, y así pudiendo lograr llegar al máximo de la estadística de cada clase, si no que los emblemas otorgan también una dimensión mucho más amplia.

Cada emblema tiene una serie de habilidades, normalmente solo accesible para el luchador que este enlazado con el mismo. Pero gracias a la mecánica de la herencia de habilidades, podemos hacer que cualquier unidad pueda aprender cualquier habilidad de un emblema. Esto va desde la maestría de un arma, a el uso de habilidades activas (como el enroque), o mejoras pasivas como aumentar una característica o la cantidad de experiencia que consigue esa unidad.

Captura de las habilidades equipadas y disponibles del protagonista
Las habilidades que tienen nuestros personajes da mucha profundidad al juego

También se pueden mejorar las armas, transformarlas en otras diferentes o enlazarlas con un sello correspondiente a un emblema para cambiar sus estadísticas. Incluso a través del uso de mapas de desafío (disponibles tanto en cooperativo como en individual) podemos mejorar las armas a las que accedemos cuando se realiza una fusión con un emblema.

FIre Emblem: Engage tiene una gran cantidad de sistemas secundarios, alejados de la trama principal, que permiten a todo jugador exigente fortalecerse al máximo a través de tiempo, organización y planificación. Algo que, tanto fans más exigentes como aquellos que buscan un pequeño empujón en sus unidades, encontrarán realmente de utilidad.

Captura del ascenso de clase del protagonista
El cambio de clase sigue siendo tan fundamental como siempre

Es cierto que Fire Emblem: Engage no supera a la anterior entrega de la saga en todos sus aspectos. El aspecto social y de relaciones es bastante más pobre, lo cual quizás eche para atrás a los fans que entraron en la franquicia por Fire Emblem: Three Houses. Pero a cambio de esto, posiblemente estemos ante el Fire Emblem con mayor profundidad estratégica, tanto en sus combates como fuera de ellos.

Creo que, pese a sus defectos, esto es un paso en la dirección adecuada. Fire Emblem: Engage gustará a casi todo el mundo que le de una oportunidad, tanto veteranos como los fans más recientes. No importa si no reconoces los emblemas que aparecen a lo largo del juego, porque su función en la historia y jugabilidad va más allá de quienes son.

Con una jugabilidad que considero casi perfecta, solo me queda pedir que el próximo título de la saga junte las mecánicas de Fire Emblem: Engage con el carisma y la profundidad de diálogos que encontrábamos en Fire Emblem: Three Houses. Pero de momento, tenemos dos juegos excelentes, cada uno especializado en un apartado que ha hecho tan popular a la saga como conjunto.

Fire Emblem: Engage

Puntuación Final - 9

9

Imprescindible

Fire Emblem: Engage es, pese a sus faltas en el apartado social, uno de los mejores RPG tácticos que existen actualmente, con una gran profundidad y accesibilidad a la vez

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Regas

Educador infantil, redactor de videojuegos, estudiante de pedagogía, speedrunner amateur y Dungeon Master vocacional. Luego me pregunto por qué apenas duermo.
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