Los juegos de ritmo tienen algo especial para que gusten tanto, incluso a personas que, como un servidor, se nos dan terriblemente mal. Sin embargo, no es fácil dar con la tecla adecuada a la hora de enganchar con una propuesta de este tipo; no solo necesitas un buen catálogo de canciones, sino también un entorno virtual que sea satisfactorio manejar e intentar dominar. Si además viene acompañado de un agradecido espíritu arcade, ese que te anime a batir tus puntuaciones y consigue convertirte en tu más fiero rival, tienes el éxito asegurado. El estudio español Garage51 nos trae Drums Rock, una obra que, salvo en un repertorio musical que pide a gritos más temas conocidos, acierta de pleno en todas las teclas imprescindibles para ser un auténtico éxito.
Tras lanzarse en otros dispositivos de realidad virtual, llega como parte del catálogo inicial de lanzamiento de PS VR2, convirtiéndose, junto a juegos como Beat Saber o Synth Riders, en uno de los imprescindibles de la plataforma si disfrutas con este tipo de propuestas.
Un cambio de perspectiva
La premisa de Drums Rock nos coloca en la piel de un rockero que se adentra en el infierno para derrotar a sus huestes haciendo lo que mejor sabe hacer: tocar la batería como los dioses. Con nuestra habilidad a las baquetas, tendremos que derrotar a todos los demonios que se abalancen sobre nosotros. ¿Cómo conseguiremos esto? Muy sencillo: con un simple cambio de perspectiva en la disposición habitual de las notas en este tipo de propuestas. En vez de notas, tendremos demonios de diferentes colores, asociados a una sección concreta de la batería. En vez de caer en vertical, los raíles se sitúan casi de frente a nosotros.
De esta forma, se consigue que parezcan que las notas, o en este caso los demonios, vengan de frente hacia nosotros. una línea al final de su recorrido determina el punto donde debemos tocar la batería para derrotarlos; si fallamos, nos dañarán, pudiendo hacer que repitamos el nivel si cometemos muchos errores y vacían nuestra vida. Como buen juego arcade, tendremos tablas de puntuaciones, multiplicadores y marcadores de racha para así conseguir picarnos.
Con esta jugabilidad, no solo encontramos los retos habituales en el género, sino que se introducen algunos nuevos gracias a la presencia de los enemigos: tendremos oleadas de ellos que tendremos que trasladar a las baquetas, algunos de ellos juntos, e incluso jefes finales o rivales que aguantan varios golpes. Habrá algunas secciones en las que usemos algo más que baquetas, pero no quiero arruinaros la sorpresa… Drums Rock es un juego divertidísimo, no solo en su núcleo puro, sino en todos los pequeños detalles que le rodean, algo que vemos desde el propio menú inicial o su estética cómic.
Gracias a las maravillosas sensaciones a los mandos y a su atractiva puesta en escena, se convertirá en un juego que querremos dominar
El apartado artístico cartoon se extiende a todos los elementos, incluidos los enemigos y escenarios, que cuentan con una gran variedad de detalles y ayudan mucho a la inmersión. En general, la estética escogida para acompañar Drums Rock me parece un acierto total; es tremendamente fácil inundarse del espíritu rockero del juego; a los pocos minutos estaremos dándolo todo con la batería, e incluso intentando trucos como el de tirar las baquetas y cogerlas al vuelo; agradezco infinitamente a Garage51 el haber incluido una feature que te permite fliparte tantísimo, y que además lleva asociado tanto un beneficio como un riesgo en la propia jugabilidad.
I Love Rock ‘n Roll!
Drums Rock cuenta con un estupendo modo campaña de varias horas de duración en el que iremos aprendiendo a desenvolvernos cada vez mejor con una batería que, por otro lado, no podría responder mejor. Es increíblemente satisfactorio tocar la batería en Drums Rock, gracias en gran parte a lo bien que responden las PS VR2. Drums Rock aprovecha muy bien las bondades de PS VR2, gracias sobre todo a la vibración del casco y háptica de los mandos, pero incluso añadiendo mecánicas para la detección ocular. Además, incluye bastantes opciones de accesibilidad y configuración de la experiencia para jugar de la forma más cómoda posible.
Jugando al modo campaña iremos desbloqueando nuevos retos en el modo desafío. Jugando a ambos, obtendremos puntos para canjear por elementos estéticos, como tatuajes o diseños para las baquetas, y nuevas canciones. Por si sois de los que disfrutan superando puntuaciones, también hay un ranking online mundial donde poner a prueba nuestras habilidades, algo fundamental en los temas más complicados (contaremos con tres niveles de dificultad); mi nivel no es suficiente para exprimir todo el reto que ofrece, pero creo que a este respecto cualquier tipo de jugador puede quedar satisfecho con el nivel de reto que puede llegar a plantear el título. Gracias a las maravillosas sensaciones a los mandos y a su atractiva puesta en escena, sin duda se convertirá en un juego que querremos dominar. Lástima que no cuente con modos multijugador.
La mayor pega que encuentro a Drums Rock es que se echa en falta una mayor cantidad de temas conocidos, algo que habla muy a favor del título. realmente cuenta con una calidad tal que cuadraría perfectamente que en el futuro pudieran acceder a un mayor número de licencias. El juego incluye una gran cantidad de (estupendos) temas originales, pero difícilmente pueden competir con clásicos como Blackbetty o Bring Me To Life; mi yo adolescente (y el actual) estaba chillando tocando esa canción. Por fortuna, el título contará con actualizaciones de contenido futuras, por lo que esperemos que sea un éxito para que pueda acceder al catálogo de temas que merece.
Conclusiones
Drums Rock es un juego imprescindible para los amantes de los juegos de ritmo. Una más que agradecida vuelta de tuerca al género, con una recreación maravillosa de la batería, y a la que estoy seguro de que no tardarán en salirle imitadores. Con una mejor y más amplia selección de temas, sería un juego perfecto.
Drums Rock
Puntuación Final - 9
9
Imprescindible
Drums Rock es un juego imprescindible para los amantes de los juegos de ritmo, así como una de las propuestas más recomendables el catálogo de PS VR2.