Hablar de Dragon Quest (indistintamente de su número o edición) es hablar del JRPG en su estado natural, de aventuras increíbles y mundos colosales habitados por extrañas criaturas; de historias del bien contra el mal que nunca envejecen.
Lo cierto es que en la web contamos ya con no uno, sino con dos análisis de Dragon Quest XI: uno de la versión para PS4 que llegó en 2018 aquí, y una segunda edición colmada de contenido que vendría a ser la gemela de la que traemos hoy para Nintendo Switch aquí, de modo que aquí nos centraremos en resaltar el contenido y las novedades de esta nueva edición, pasando de puntillas por los aspectos comunes. Puede parecer redundante, pero las buenas historias nunca se hacen pesadas, y creednos cuando os decimos que Dragon Quest XI es una gran historia.
Toda historia tiene un Héroe
Nos situamos en la tierra de Erdrea, donde hace cientos de años un poderoso Mal que amenazaba con destruir todo rastro de vida fue derrotado por un valiente y poderoso héroe, el Luminario. Este héroe prometió que regresaría siempre que el mundo estuviese en peligro, y dónde va a reencarnarse si no en nuestro protagonista(!). Así, tras un comienzo intrigante pero prometedor nuestro personaje conocerá la verdad acerca de su pasado y su identidad, y deberá salir al mundo para descubrir qué nuevo mal amenaza al mundo. De ese modo iniciará nuestro periplo a través de grandes ciudades amuralladas, peligrosos valles escarpados y oscuras mazmorras (entre muchos otros escenarios) plagados de aventuras y personajes memorables, entre los que se encontrarán nuestros compañeros de viaje. Clásico guión de JRPG que, al igual que los redactores/as de esta web, se mantiene igual de bien que siempre pese al paso de los años.
Aunque esta edición incluya nuevo contenido para la trama respecto a la original, estos extras no se equiparan a los que podríamos ver, por poner un ejemplo de otro JRPG, entre Persona 5 y Persona 5 Royal. En Dragon Quest XI S podremos, por un lado, controlar temporalmente a nuestros compañeros en varios arcos personales que nos permitirán conocerlos mejor a ellos y sus motivaciones, aportándoles una mayor profundidad; y por otro lado tendremos a los cronolinos, que necesitarán de nuestra ayuda para restaurar las Grandes Historias del Pasado (ambientadas, cómo no, en anteriores entregas de Dragon Quest). Ambos complementos transcurren paralelos a la trama, enriqueciéndola sin desviarse del hilo principal y aportando variedad a las clásicas (y algo tediosas) misiones secundarias. Completar esta gran aventura se llevará fácilmente entre 80 y 100 horas de nuestras vidas, así que todo espacio para respirar se agradece.
Un sistema de combate revisado y actualizado
En lo que respecta a las mecánicas del título, apenas encontramos diferencia entre esta versión y la original, siendo el grosso del juego una recopilación de momentos de exploración, minijuegos y largas sesiones de farmeo/grindeo en combates formato RPG tradicional.
Todos los miembros de nuestro equipo cuentan con una tabla de habilidades desde la cual podremos ir especializándose en una dirección u otra y mejorando algunos rasgos generales, pero siempre enfocados de cara al combate. También podrán entrar en un estado alterado llamado Inspiración (que se obtiene bien por acumulación o inflicción de daño)

que les permitirá tanto ejecutar poderosos ataques en solitario como coreografiar combos con otros miembros del equipo que también se encuentren en ese estado. Por último, como elemento innovador respecto a otros JRPGs, DQXIS cuenta con las llamadas “Tácticas”, que nos permiten fijar patrones de acción para cada miembro de nuestro equipo, dejando que el combate transcurra en una especia de modo “Automático”, que apoyado con la novedad de subir la velocidad de las animaciones a x2 o x4, hará las delicias cuando queramos farmear.
Como buen JRPG, DQXIS cuenta con el combate como principal elemento para hacer avanzar la trama y la evolución de sus personajes, de modo que sus mecánicas (pese a ser poco inventivas) están muy desarrolladas y pulidas, convirtiendo cada combate en un reto desafiante pero aceptable.
Un deleite audiovisual
Pero donde DQ XI logra realmente destacar es en el mundo del propio juego y en su apartado audiovisual, donde sí que encontramos considerables mejoras en esta edición respecto a la original. Para empezar, nos encontramos con un basto y colorido mundo, poblado por extrañas criaturas y fascinantes secretos, que podremos recorrer con total libertad. Desde la más deshabitada llanura hasta la más poblada ciudad, cada escenario está plagado de elementos con los que poder interactuar y explorar.
Una de las novedades más llamativas de esta edición es que podremos llevar a cabo nuestra exploración bien en el modo 3D original, o bien en un modo 2D que nos retrotraerá a los primeros títulos de la saga. Esto última opción nos permitirá recorrer el mundo de DQXIS de una forma mucho más veloz, sí, pero también hará que los enemigos nos aborden sin posibilidad de esquivarlos o de elegir cuál nos interesa más (para farmear objetos o EXP) al contrario que en el modo original. Esta característica es sin duda uno de los elementos que más refuerza la sensación de estar realmente en un mundo de fantasía. Con todo, este aparente mundo abierto acaba siendo bastante “pasillero” una vez te acostumbras a él, al igual que sucede con las mazmorras, sin haber más interrupciones que los enemigos situados entre el punto A y el punto B.
Pero indistintamente de esto último y de que prefiráis jugar en 2D o en 3D (podréis ir alternando, si queréis, en cada iglesia que os paréis), el juego es un deleite visual. El estilo de Akira Toriyama rebosa de una punta a la otra del juego, y la variedad de escenarios, personajes y enemigos ha sido con diferencia uno de los aspectos que más se quedará con vosotros cuando recordéis DQXIS. La principal queja que encontraréis por nuestra parte respecto a esta edición es que haya sido un trasvase total de lo que vimos en la versión de Nintendo Switch el año pasado, arrastrando consigo los mismos problemas que encontramos en ella (como el popping de los enemigos o el tiempo de carga de las texturas), a causa de que no se han parado a revisar el juego para un procesador distinto al de Nintendo Switch. A nosotros no nos ha entorpecido para nada la experiencia, pero es cierto que es un aspecto negativo a tener en cuenta.
Por último, la banda sonora de esta edición ha sido revisada y orquestada en su totalidad por la Orquesta Sinfónica Metropolitana de Tokio, confiriendo un acabado de magnus opera a Dragon Quest XI, y sin desmerecer el resto de piezas y sonidos que acompañarán nuestro recorrido por las tierras de Erdrea (cada hechizo, cada choque de espadas… Todo se ha tenido en cuenta). Y ya por último, esta edición cuenta con un excelente doblaje al japonés como novedad respecto a la edición original (que solo llegó en inglés debido a los plazos de lanzamiento y a la práctica universalidad del idioma) y un excelente trabajo de traducción al castellano en los subtítulos. Como detalle al que estar atentos, las distintas regiones que recorreremos tendrán ciertos matices y “dejes” en el habla para diferenciarse unas de otras, que de nuevo muestra el mimo con que se ha hecho todo en esta entrega.
Conclusiones
Como ya nos pasó en nuestros anteriores análisis, esta revisión de Dragon Quest XI no ha hecho sino reafirmar que se trata de uno de los mejores y más grandes JRPGs de los últimos años. Con lo que podríamos llamar un toque por mantener presente el gran éxito pasado de la saga (con el modo 2D, los viajes a las primeras entregas, la música beat, etc.), Dragon Quest XI encara el futuro del género y el suyo propio con una ambición que ya quisiéramos ver en muchos otros juegos. Además todo está hecho con tanto mimo que, aunque tengáis que dejar aparcado temporalmente el juego debido a su duración, a poco que volváis os daréis cuenta de que ya no se hacen historias como las de Dragon Quest.
Dragon Quest XI S: Ecos de un pasado perdido
Puntuación Final - 9
9
Imprescindible
Dragon Quest XI tiene todos los elementos para ser considerado un clásico y un referente del JRPG. Su historia peca de ser algo clásica, pero el desarrollo de la trama y sus protagonistas consiguen colocarlo en un status muy elevado a la media. Audiovisualmente espectacular.