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Diablo IV – Análisis PC

Un oscuro y sangriento descenso a los infiernos a través de Santuario

Ha llovido ya bastante desde que se estrenase Diablo III allá por 2012. Por aquel entonces, nunca había jugado un juego de este estilo en mi vida, pero fue ver el tráiler de la Cazadora de Demonios, y me enamoré de la franquicia. Jugué muchas horas a ese juego, tanto en solitario como con amigos. A pesar de todo lo que sabemos de Blizzard a día de hoy, y que ya apenas toque ninguno de sus juegos, desde que vi a Lilith en el primer tráiler en 2019 sabía que necesitaba probar este juego.

Diablo IV es un juegazo, no tengo otra manera de definirlo mejor. Sabemos que las cinemáticas siempre se le han dado muy bien a esta empresa, pero hay pocas cosas malas que decir de él ahora mismo. Activision Blizzard se ha encargado, además, de traer el título traducido al español, tanto las voces como los textos, y eso es una cosa que se aprecia mucho en este tipo de lanzamientos.

Diablo IV centra la historia en Lilith, Hija del Odio; la absoluta e indiscutible reina de esta historia. Desde el primer momento, se come la pantalla en todas y cada una de las cinemáticas donde aparece. Sin embargo, el juego equilibra muy bien a Lilith con otros personajes, y tenemos un montón de personajes secundarios (como Lorath o Neyrelle) y subtramas que tienen su impacto en la historia principal. En esta entrega contamos con ese toque MMO, que se ve reflejado en un mapa gigantesco y lleno de cosas que hacer.

Un mundo tan grande necesita de una fiel montura

En esta ocasión, han decidido dividir el inicio de la campaña principal de Diablo IV en tres actos repartidos por el mapa, por lo que puedes elegir el orden en el que quieres jugarlos. Aunque parezca raro, se complementan a la perfección, y aunque no los juegues en orden las piezas encajan de la misma forma, lo cual me ha agradado bastante. Esto, sumado al enorme mapa, se traduce en horas y horas de juego, lo cual puede tanto gustar como repeler a según qué jugadores. El mapeado se va dividiendo por regiones, y cada una de ellas tiene sus propios objetivos a cumplir, como los puntos de teletransporte que puedes desbloquear, las misiones secundarias o la infinidad de mazmorras de las que disponemos.

¿Ángel o demonio?

Quieras o no, vas a verte atrapado e inmerso en el mundo de Santuario

Diablo IV respira por todos sus costados esa estética gótica y oscura, con toques sangrientos y una ambientación tétrica, una mezcla ideal para llevarnos a este mundo oscuro donde tanto ángeles como demonios han quedado atrapados en el Conflicto Eterno, con los humanos de por medio.

Si bien no he jugado Diablo I y II, tengo entendido que la fórmula original se ha mantenido. Perspectiva isómetrica, mazmorras plagadas de enemigos, un combate justo pero exigente… Y es algo que funciona muy bien. En este sentido, me recuerda al saga Monster Hunter, son juegos que pueden pecar de repetitivos, pero cada combate tiene sus diferencias, y si no estás atento podrías morir.

En Diablo IV han apostado por no modificar esto, pero han expandido su alcance, mejorando el sistema multijugador. Gracias al MMO, el juego tiene eventos en tiempo real por todas las zonas, y algunos de ellos requieren a muchos jugadores colaborando para conseguir todas las recompensas, lo que favorece el elemento social. Además, el hecho de que las mazmorras y las todas las zonas se adapten al nivel de cada jugador es una gran decisión, ya que da igual el nivel que tenga tu personaje, siempre podrás jugar con tus amigos. Diablo IV también introduce un modo JcJ (Jugador contra Jugador) que te permite enfrentarte en duelo a tus amigos.

En los eventos cuantos más, mejor, para así conseguir las recompensas extra

Los jefes siguen gozando de unas mecánicas únicas, y unos patrones de ataque que deberemos memorizar para evitar morir. En mi caso, aquellos que tiraban más hacia los golpes físicos son con los que más he sufrido, mientras que los que utilizaban magia, tiraban áreas o proyectiles los que más he disfrutado.

La única queja que tengo ahora mismo con el juego, y es que solo puedes juntarte con tus amigos si vais a hacer cosas secundarias. En el momento que montemos un grupo con una persona, nos teletransportaremos al mundo del líder, y la campaña se sincronizará con su avance. Me parece una decisión un poco rara, ya que podrían haber utilizado el típico phasing que existe en los MMO, y no obligarte a tener que salirte del grupo cada vez que queráis avanzar la campaña, pero es una nimiedad.

Diablo IV ha introducido un sistema de talentos enorme y flexible, que nos permite hacer todas las combinaciones que queramos. En mi caso, que decidí probar el druida, he pasado por jugar con las transformaciones de oso y lobo, probar diferentes habilidades definitivas, hasta prescindir de las transformaciones y jugar solo con magias elementales. Las posibilidades son infinitas, lo cual permite una gran personalización de tu clase.

El mundo posee un ciclo día-noche, que hace que las zonas cambien bastante según en que momento las visitemos

La banda sonora, aunque está muy bien, a mí no me ha terminado de rematar. No recuerdo ningún tema que sobresalga sobre otro, pero acompañan durante toda la aventura de forma correcta. Por otro lado, y como ya he comentado, las cinemáticas son brutales, la historia que vamos descubriendo según avanzamos en la trama y los personajes que se nos presentan me ha encantado. El final, aunque chulísimo, se plantea de una manera que cierra una historia y abre la puerta a la siguiente, como profetizando de qué va a ir el siguiente DLC (cosa que yo no recuerdo que pasase con el Diablo III). Es una pena, porque te queda esa sensación de que quizá podrías haberte enterado de más cosas, pero te va a tocar esperar y pagar por ellas (aunque bueno, ya sabemos como es Blizzard).

Los diseños de Lilith y Elias son increíbles

El doblaje creo que también merece su minuto de gloria, el trabajo de los actores y actrices de voz ha sido increíble (mención especial a Lorath, que es un vozarrón y era súper relajante oírle hablar). Parece una obviedad, pero hacía mucho tiempo que no jugaba a un título traducido de forma entera al español y con esta calidad, y son cosas que al final se echan de menos cuando no las tienes.

Diablo IV es un Diablo III mejorado, con una nueva historia y nuevos alicientes, todo lo que un fan podría querer. Es un juego tremendamente divertido, la narrativa de la historia te atrapa desde el principio, unas cinemáticas impresionantes y te ofrece muchas horas de contenido. Como era de esperar en un Diablo, también tendrás el usual contenido endgame, enfocado a los jugadores más dedicados, donde podremos subir la dificultad del mundo para conseguir mejores objetos.

Quizá alguien habría esperado que la fórmula cambiase, o tenían otras expectativas. Yo, que ni siquiera jugué a la beta porque quería llegar al juego sin saber nada, no tengo apenas quejas con el juego, es lo que esperaba y mucho más, por lo que creo que se merece con creces su nota.

Diablo IV

Puntuación Final - 10

10

Obra maestra

Diablo IV es la continuación de la saga de Blizzard, que mantiene su esencia pero añade innovaciones como el elemento MMO, un mapa gigantesco con eventos en tiempo real que requiere de cooperación entre jugadores y un árbol de talentos de clase con muchísima personalización.

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Lucía Sáez Mariscal

Graduada en Periodismo, apasionada de los videojuegos, la lectura y ver series o anime. Si no estoy procrastinando con alguna de estas cosas es porque estoy escribiendo o dándole mimos a mi perra.
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