Vivimos en una época curiosa. Aún recuerdo cuando Capcom brillaba con luz propia, cómo a mis 8 años vi aquella introducción del primer Devil May Cry donde se derrochaba carisma, chulería y estilo. Era algo que no había visto antes, ese estilo frenético que mezclaba la fantasía gótica con el filo de la espada y el compás de las balas, que cogía el concepto de cielo y el infierno y lo convertía en algo tan chabacano y urbano que resultaba cómico e incluso ridículo. Sabía reírse de sí mismo, pero a la vez también se tomaba en serio cuando lo necesitaba.
De aquello hace 18 años. Capcom desde entonces ha dado coletazos de ciego, aunque Devil May Cry siempre fue una saga que se mantuvo fuerte, con entregas sobresalientes como su tercera parte o polémicas inmerecidas como DmC, el reboot que sufrió demasiados palos a pesar de ser uno de los mejores títulos de la saga, nos guste o no.
Pero desde entonces, Capcom ha reflexionado, y lo que una vez fue una compañía que suscitaba desconfianza por sus políticas ahora es un ejemplo de cómo se ha de resurgir de las cenizas, y no solo eso, si no de cómo deben crecer las cotas de calidad con excelencias como Monster Hunter: World, el remake de Resident Evil 2, o el que hoy nos ocupa, Devil May Cry 5.
2019 está siendo un año de reencuentro, de conclusiones o de revisiones y nada me complace más que encontrarme con un fragmento de mi pasado y comprobar que, a pesar de los años, no solo se mantiene inquebrantable, si no que ha crecido. Pero quizás me estoy enrollando y quieres que te cuente otra historia…
¿Has oído hablar de la leyenda de Sparda?
Caminos entrelazados
Una de las cosas que más me llamaron la atención al llegar al menú principal era la posibilidad de revisionar la historia de la saga Devil May Cry, que siempre se había asegurado de crear un telón de fondo de los hechos, pero uno podía jugar a todas las entregas de la franquicia y no necesitar en gran medida información de los títulos anteriores.
Como fan de la saga, esto es algo que tuve que aceptar rápido, aunque con la esperanza de algún día ver el pasado de Dante, o simplemente que todos aquellos juegos que había jugado tuviesen un peso en él, y no solo una leve mención para contentar al fan. Y entonces, cuando comencé la aventura, entendí por qué esa opción estaba presente en el menú antes de comenzar su historia: Devil May Cry 5 ha tomado consciencia de su propio legado.

Han sido 18 años desde que la primera entrega llegó a nuestras pantallas, y no solo son cinco juegos, si no un anime e incluso novelas. Toda esa información estaba ahí, pero Capcom siempre miró hacia delante hasta este mismo instante, algo que parece ser un paralelismo de una empresa que parece haber sido consciente de su propia historia para volver a brillar como entonces.
Es por eso que sorprende ver en pantalla nombres como Nell Goldstein, quien construyó Ibony e Ivory para Dante cuando se hacía llamar Tony Redgrave, o que el propio protagonista nombre incidentes como la Isla Mallet; hasta Lady parece recordar con tristeza el parricidio que tuvo que cometer en Devil May Cry 3. Pueden parecer detalles sin importancia, pero esto dota a los personajes de un pasado y profundidad que antes se negaban a darles. Esto no hace a Dante menos bravucón ni a Nero menos impetuoso y chulesco, solo le acercan más a nosotros, porque uno siente que ahora forma parte de los recuerdos del elenco.
Devil May Cry 5 es una carta de amor al legado de Hideki Kamiya con la firma de Hideaki Itsuno, superando con creces a su sobresaliente tercera parte con un título aún más personal, épico y mejor escrito. Tampoco voy a deciros que esta quinta entrega alcance unas cotas de guión excepcionales y sea una sorpresa, porque os mentiría, pero el juego no muestra ningún interés en intentar cogernos desprevenidos porque es muy consciente de cuáles son sus puntos fuertes. Pero se agradece el esfuerzo y le sienta terriblemente bien.

El fallido y olvidado Devil May Cry 2 ya dio sus primeros coletazos en cuanto a narrar la historia desde el punto de vista de varios personajes, aunque no fue hasta Devil May Cry 4 cuando se ganó un mayor peso con Nero, que tomó el papel protagonista y que vuelve en Devil May Cry 5, donde comparte el peso con Dante y un nuevo personaje, V.
Durante las 20 misiones que nos llevará completarlas unas 15 horas, aproximadamente, tomaremos el control de todos los miembros del grupo en diferentes momentos, entrelazando sus caminos hacia las profundidades del Qliphoth, donde Urizen, el rey demonio, busca un fruto que lo convertirá en un ser inigualable en cuanto a poder se refiere. En el camino de cada uno de los héroes descubriremos sus motivaciones, siendo el más enigmático V, un chico frágil y melodramático que esconde demasiados secretos que se irán revelando poco a poco.
Devil May Cry 5 es una carta de amor al legado de Hideki Kamiya.
De hecho, la historia resulta tan terriblemente atractiva por sus personajes, que siguen brillando con luz propia, incluso el misterioso V, que en lo personal he encontrado muy interesante y que añade ese contrapunto más serio a un dúo tan socarrón como el que forman Dante y Nero, con quienes viviremos los momentos más divertidos.
Quizás la mayor decepción del elenco viene dada del grupo femenino, donde solo podría destacar a la genial Nico Goldstein que se come la pantalla en cada aparición, y el derroche de carisma y locura que envuelve al personaje y su capacidad para aparecer en cualquier lugar tras una llamada de teléfono. Y recalco lo de que aparece en CUALQUIER lugar. Mientras tanto, Lady y Trish se ven apartadas a un lugar terciario, con apenas un par de apariciones fanservice que no aportan nada, y es triste, ya que ambas son también parte del grupo de cazadores y en esta ocasión su ausencia ni siquiera se habría notado.
Smokin’ Sexy Style!!
Devil May Cry 5 es el título más ambicioso de la franquicia, no solo en cuanto a narrativa se refiere, si no a su gameplay. Hideaki Itsuno ha apostado con fuerza por una expansión de todo lo que conocemos y a romper el costumbrismo que pudimos desarrollar con Dante o Nero, rediseñando sus controles para añadir aún más posibilidades; y con la aparición de V, que es diametralmente opuesto a los dos cazadores.
Los movimientos de todos los personajes irán ampliándose a medida que invirtamos gemas rojas en desbloquear nuevos combos o habilidades, siendo una lista bastante amplia y difícil de dominar, algo que Capcom ha tenido en cuenta al añadir el modo «El vacío», un espacio onírico donde podremos practicar nuestros movesets, algo esencial si queréis dominar el medidor de estilo de cada uno de los personajes mediante sus mecánicas.
Nero ha perdido su brazo demoníaco, por lo que tendrá que hacer uso de los brazos prostéticos de Nico. Esto hace que tengamos que reaprender a manejar a Nero desde Devil May Cry 4, con nuevas funciones como la de ralentizar el tiempo en una pequeña zona, una imitación del Devil Buster para realizar agarres, o unas cuchillas unidas a unas cadenas para realizar ataques en área. Es aquí donde radica la mayor diferencia, ya que Nero sigue contando con su revolver Blue Rose, su espada motorizada Red Queen y un gancho que atraerá a sus enemigos.

Podremos equiparnos una serie de brazos, cuyos slots podremos ampliar con gemas rojas, al principio de cada misión y además iremos encontrando algunos más por el camino. Es esencial que elijamos adecuadamente para complementar nuestra forma de jugar y, por supuesto, que tengamos en cuenta que son bastante frágiles, ya que si los usamos y recibimos daño durante el uso se romperán. Además, podremos autodestruirlos nosotros para usar el siguiente de la lista, una maniobra muy aconsejable para librarnos de ciertos ataques o ampliar nuestros combos.
Dante, por su parte, es el derroche de estilo y el personaje más interesante y profundo de todos. Vuelven los estilos conocidos, su devil trigger y el armamento variado y versátil para reventar el medidor de estilo. Con él todo luce espectacular, pero dominar sus técnicas también requiere de mayor habilidad para el jugador donde cambiar de arma, estilo y añadir alguna chulería es algo de obligado cumplimiento en combate. Además, Dante tiene en su armamento una moto que actúa como motosierra y… es difícil competir con eso.

También es el que menos sorprende, ya que su control, aunque expandido, se mantiene bastante clásico a lo visto en Devil May Cry 4. Pero la variedad de sus armas es fantástica, comenzando con nuestra fiel espada y Balrog, un arma que en lo personal me ha encantado por su mezcla de puñetazos al más puro estilo boxeo y patadas al estilo capoeira, cambiando de modo tan solo con una combinación de botones para que jamás dejemos de golpear.
Su armamento se irá ampliando a medida que venzamos al basto elenco de jefazos que enfrentaremos con todos los personajes, aunque solo será el mítico cazademonios quien obtenga nuevos juguetitos.
El último de la lista es V, que rompe con todo lo establecido y nos trae un combate más frío e impersonal, ya que con él solo podremos dar el golpe de gracia a los demonios que estén debilitados. El misterioso personaje es excesivamente frágil e incapaz de plantar cara a cualquier bestia, es por ello que sus compañeros, el pájaro de rayo Griffon, la silenciosa pantera Shadow y la mole Nightmare, se ocuparán de sus contrincantes.
Si bien no he encontrado el combate con V tan satisfactorio como me gustaría, no podría decir que no lo he disfrutado. Es diferente, demasiado quizás, siendo un shock para el jugador el tener que estar pendiente de sus bestias, las cuales tienen sus propias barras de vitalidad y pueden caer en combate, y lo que le suceda a V. A veces es difícil compaginar sus movimientos ya que no estamos metidos en la acción, observamos desde lejos, pero no por ello dejamos de estar indefensos.

Cada criatura es controlada por un botón concreto, funcionando de forma similar a los esquemas de otros personajes, aunque V no estará físicamente combatiendo. Shadow, la pantera, será la encargada de llevar los golpes cuerpo a cuerpo mientras que Griffon será quien se encargue de los ataques a distancia, quedando Nightmare como devil trigger, el cual podremos invocar para causar un enorme daño e incluso montarlo para participar activamente en el combate. La única vez que V tomará partido será para dar el golpe de gracia.
Devil May Cry 5 es el título más ambicioso de la franquicia, no solo en cuanto a narrativa se refiere, si no a su gameplay.
El uso de cada personaje estará marcado principalmente por la narrativa, estando todos muy equilibrados en cuanto a protagonismo para que sintamos afinidad con los tres. En ciertos momentos podremos elegir qué personaje usar, lo que añade una gran rejugabilidad que se complementa con las misiones secretas, las mecánicas que se van incluyendo incluso tras terminar el juego y, por supuesto, la diversión que supone ponernos a prueba una y otra vez en dificultades más exigentes.
Su accesibilidad y sinfín de posibilidades han hecho que la dificultad principal se antoje algo más ligera que lo acostumbrado, hasta incluso provocando que hasta los últimos niveles no nos encontremos con un reto que exija toda nuestra atención. Tampoco hay que llevarse las manos a la cabeza, pues Devil May Cry 5, como todo juego de la saga, gana con las dificultades más altas, donde se explota por completo su sobresaliente jugabilidad que alcanza su punto más álgido en esta quinta entrega.
Bang Bang Bang – Pull my Devil Trigger!
En cuanto a lo artístico, Devil May Cry 5 es una auténtica bestialidad, dejando patente una vez más la grandeza del RE Engine, un motor que nació para Resident Evil 7 y aún sigue demostrando la enorme calidad de sus texturas, efectos de luz y rendimiento. No solo estamos ante una auténtica bestia gráfica, si no que el diseño artístico sigue brillando con reminiscencias al reboot de DmC, mezclando el estilo gótico que siempre ha caracterizado a la saga con toques más urbanos.

La cantidad de partículas en pantalla con cada combate es digna de ver con nuestros propios ojos, sin hacer justicia en cualquier imagen que podamos mostraros con unos 60 fps que aguantan el tirón, aunque flaquean levemente cuando se desata el caos en pantalla, pero nada digno siquiera de mención.
Los escenarios siguen manteniendo es linealidad característica de la saga, aunque a veces podremos desviarnos del camino para conseguir alguna que otra recompensa entre las ruinas de Red Grave City o en las ramas del Qliphoth, donde el estilo urbano queda a un lado para volver a encontrarnos con ese entorno demoníaco y gótico más común en la saga, al igual que nuestros enemigos, volviendo algunos viejos amigos de anteriores entregas y nuevos y numerosos jefazos que destacan no solo por sus increíbles combates, si no por sus diseños.
https://youtu.be/fHk3cM58cMA
En cuanto a nivel sonoro, Devil May Cry 5 es una auténtica obra maestra. No solo por su banda sonora, compuesta por Casey Edwards que mezcla el rock electrónico, algo de thrash metal e incluso melodías eclesiásticas, un elemento que ha estado presente en toda la saga. La verdadera importancia de su banda sonora radica en cómo es usada.
La música de Devil May Cry 5 es dinámica y se amolda al estilo del jugador: cuanto mejor es el jugador, la música sube en volumen y emoción para acompañar la batalla y que la adrenalina se dispare a chorros mientras quemamos los botones, dejando el estribillo para los rangos S, SS o SSS mientras un espectro de sonido rodea la marca de estilo para indicarnos que la música está en su punto álgido.
Cada personaje tiene su propio estilo musical, siendo el más equilibrado el de Nero con voces femeninas y masculinas a la vez que melódico, el de V algo más «lento» que el resto, o el de Dante, donde el cantante decide volverse tan loco como hostias puedes dar. Lo que se traduce con un impacto visual y sonoro que llevan a otro nivel el hack and slash, motivando a que el jugador nunca se detenga.
JACKPOT
Capcom no solo ha resurgido de sus cenizas, si no que ha vuelto con las fuerzas renovadas y un objetivo muy claro en mente. Con Monster Hunter: World se hizo con el título a mejor RPG, merecido o no, con Resident Evil 2 ha vuelto a traer el survival terror más clásico, y con Devil May Cry 5 vuelve a sentarse en el trono del hack and slash con el título más ambicioso y satisfactorio del género.
Devil May Cry 5 es una obra maestra del género a la que pocos fallos se le pueden sacar, que los tiene, pero son tan minúsculos que apartar la vista del espectáculo que supone es, prácticamente, una ofensa a un título que se corona como el mejor de una saga con mucho camino recorrido y que, en lo personal, presenta una firme candidatura a mi juego del año. Pero aún es pronto para vaticinar nada y Bayonetta 3 está en las sombras esperando, aunque algo tengo muy claro, el título de Hideaki Itsuno ha dejado el listón tremendamente alto.
Devil May Cry 5
Puntuación Final - 9.5
9.5
Imprescindible
Nero, Dante y V nos traen un título sobresaliente que se corona como uno de los mejores del género y el más destacable de la saga Devil May Cry. Su jugabilidad, banda sonora y diseño artístico alcanzan la excelencia, con una historia más personal y épica de lo que nos tiene acostumbrados. Un juego que ningún amante de los hack and slash debería perderse.