Han pasado muchos años, pero su influencia se conserva. Cuando empezamos a jugar un videojuego en el que nuestro protagonista es un joven inocente y de buen corazón con un planeta diminuto, se nos pasa por la cabeza, pero las referencias no están únicamente ahí. Dando unas cuantas vueltas a nuestro mundo, lo que viene a ser un paseíllo para estirar las piernas, encontramos multitud de detalles que nos siguen recordando a El Principito. Pero no etiquetemos a este trabajo de un modo tan simple. ¿Qué es todo lo que hace especial a este título? Tras realizar el análisis de Deiland: Pocket Planet Edition en Nintendo Switch, nos hemos quedado con muchos detalles de los que hablar.
Este título fue creado y distribuido por Chibig Studio, desarrolladora autora de otros títulos exitosos como Summer in Mara. En él controlaremos a Arco, un niño que vive en el diminuto planeta Deiland. Viviendo en este pequeño lugar, podremos cosechar vegetales y recoger frutos de los arbustos y árboles para comer. Conforme vayamos avanzando, iremos recibiendo más tipos de semillas, podremos talar árboles, crear construcciones, pescar, y defenderemos Deiland de los enemigos.

Una versión con novedades para la misma historia
Tendremos parterres en los que cultivar vegetales, que crecerán con el paso de los minutos
Tal y como hemos comentado en otras ocasiones, Deiland fue un título que originalmente salió en 2018. Lo lograron gracias a la generosa contribución de mecenas de Kickstarter, igual que la versión Pocket Planet Edition para Nintendo Switch. Sin embargo, no se trata de un simple port. Esta nueva edición cuenta con rediseños de personajes y escenarios, y una mecánica estacional que hace cambiar mucho el juego respecto a su original. Según la estación en la que esté nuestro planeta, cultivaremos unos vegetales u otros, ciertos árboles darán frutos, y Deiland cambiará de aspecto.
Se trata de cambios sustanciales bajo una misma historia. Artísticamente son muy apreciables los cambios, pero la aventura que vivimos en este título no cambia respecto a la primera edición de Deiland. Volveremos a ser Arco, tendremos que completar las mismas misiones, nos relacionaremos con los mismos personajes y nos enfrentaremos a los mismos enemigos. Tampoco ha cambiado el sistema de progreso de Arco, con salud, hambre, cansancio y subida de niveles. Que no cunda el pánico, porque explicaremos a continuación de qué trata todo eso.

Cosecha, corta, pica, pesca, fabrica, decora…
Que no quepa la menor duda. La mecánica más importante de Deiland: Pocket Planet Edition es la de gestión de granjas, y lo hemos disfrutado muchísimo haciendo el análisis para Nintendo Switch. Tendremos parterres en los que cultivar vegetales, que crecerán con el paso de los minutos. Una vez hayan crecido por completo, podremos cosechar nuestros cultivos. También podremos plantar diversos árboles, desde pinos y encinas hasta árboles frutales, pasando por arbustos con sus bayas propias. Si necesitamos madera, también podremos talarlos.
Es destacable la necesidad de gestionar estos recursos de manera sostenible. En este título, el fruto puede consumirse como tal, pero también hace las veces de semilla. Por ejemplo, si talamos todas las encinas para obtener madera, nos quedaremos sin encinas como no tengamos bellotas. Si eso pasa, con suerte, algún visitante tendrá bellotas con las que comerciar, no las perderíamos para siempre. De igual manera, si gastamos todo nuestro trigo en paja para nuestras ovejas, nos quedamos sin trigo para cultivar y las ovejas no nos podrán dar leche. Ese es el factor que más nos ha gustado y que nos obliga a realizar una explotación sostenible de recursos.
Sin embargo, es algo mejorable el equilibrio para obtener ciertas cosas. Es facilísimo conseguir piedra hasta el límite de 999 unidades, mientras que hallamos casi imposible conseguir metal para avanzar antes de conseguir la mina. Hay momentos en los que hay que dedicarse exclusivamente a picar piedra y talar árboles (de manera sostenible) para progresar en la historia.
Por otro lado, fabricar objetos será crucial. Pozos para regar y poder crear árboles a su alrededor, corral para ovejas, un panal para obtener miel (aunque nuestro panal, por algún bug, no nos quería proporcionar miel), y objetos de taller para mejorar la productividad de nuestros cultivos. Picaremos piedra para obtener roca y metales, pescaremos para conseguir peces para las recetas de cocina, y podremos decorar Deiland con todo lo que vayamos desbloqueando según avancemos en nuestra aventura.

Visitantes que nos harán la vida más fácil
El juego engancha y nos incentiva a llegar al final de la historia
Cuando empezamos a jugar como Arco, no tenemos demasiado margen de acción. Nos limitamos a alimentarnos de los frutos de los arbustos hasta que llega Mún, una patrullera galáctica que nos empieza a dar las primeras semillas y herramientas con las que hacer nuestra vida. Generalmente, tanto Mún como el resto de visitantes pasarán un minuto de tiempo real en nuestro planeta, aunque antes de eso tenemos que decirles dónde aterrizar o se marcharán sin descender a la superficie.
Un cocinero reputado en la galaxia, un pirata del espacio, un mago experto en pociones, una polizón que nos roba comida si nos despistamos… existen multitud de visitantes que no detallaremos más para conservar el factor sorpresa, pero todos ellos nos darán misiones y objetivos que cumplir. Si vamos superando todas las misiones y objetivos que nos proponen, avanzaremos en la historia de Arco.
La facilidad para superar estas misiones está muy condicionada por la aleatoriedad de las visitas. Podríamos acotar que la historia tiene una duración aproximada de unas 15 horas, aunque eso siempre depende de cada persona. Por un lado está muy bien saber que cada jugador que juegue recibe un orden distinto de visitas, pero importa poco cuando el progreso de la historia es lineal. En la recta final, sobre todo, toca esperar muchas veces la visita de personajes concretos para avanzar.

Podríamos considerar apropiado el tiempo de juego, ya que no se hace ni muy corto ni muy largo, pero cuando nos lo pasamos al 100%, el único aliciente para seguir jugando es el de decorar Deiland a nuestro gusto. Para amantes de la decoración, no será un problema, pero para quien disfrute de las misiones, puede que le aburra su postgame.
Un peligro latente que se aproxima
El combate también existe en Deiland: Pocket Planet Edition para Switch, y no podía faltar en nuestro análisis. Eventualmente, algunas criaturas aparecen en nuestro planeta, y nos podemos enfrentar a ellas con nuestras herramientas o nuestro báculo mágico. Conforme vayamos subiendo de nivel, y escogiendo qué cualidades de Arco mejoramos, los enemigos también se irán volviendo más fuertes.
De todos modos, el gran salto de dificultad en los combates lo encontramos cuando abandonamos por primera vez Deiland para hacer excursiones por otros lugares. En estos sitios, los enemigos son siempre los mismos, y si algunos de ellos son duros en la recta final del juego, cuando vamos allí por primera vez pueden vencernos de apenas tres golpes. El combate se reduce únicamente a pulsar A para hacer daño a quien tengamos delante, así que si es más fuerte que nosotros nos derrotará y despertaremos de nuevo en nuestro planeta.
Prácticamente desde el principio, el juego nos prepara para la lucha final a través de una historia llena de amistad, personajes grises y una amenaza oscura. Cada personaje tendrá sus particulares problemas, y saber ayudarlos permite a Arco ser mejor persona y no cometer los mismos errores que algunos de sus visitantes cometen en sus vidas. Deiland: Pocket Planet Edition es una historia de crecimiento personal, donde nos muestra sutilmente los problemas de los prejuicios, los actos éticamente cuestionables, o el saber perdonar a alguien que queremos.

Conclusiones
Realizar el análisis para Nintendo Switch de Deiland: Pocket Planet Edition nos ha dejado una cosa clara. Este videojuego es ideal para introducir en los videojuegos a los más pequeños a través de una historia agradable, la gestión de recursos de nuestro planeta y los ligeros toques de acción de cuando nos toca combatir. También es un juego para personas de todas las edades que disfruten con los títulos de granja, un subgénero en auge en estos últimos años.
Tiene puntos fuertes en la variedad de sus personajes, su renovado aspecto artístico, y el dinámico ciclo de las estaciones. Su paso día-noche sí se hace un poco acelerado, pero ayuda a conseguir recursos en un tiempo razonable. Por otro lado, a veces el ritmo de avance se vuelve desigual, yendo a muy buen ritmo en ciertas ocasiones, pero demasiado lento en otras. Los combates no están mal, pero son toscos. Sin embargo, el juego engancha y nos incentiva a llegar al final de la historia para descubrir el destino de Arco y su pequeño planeta. Desde luego, las mejoras de esta versión “Pocket Planet” mejoran lo que había en Deiland.
Deiland: Pocket Planet Edition
Puntuación Final - 7.5
7.5
Recomendado
Esta nueva versión de Deiland mejora lo que ya había. Como gestor de granjas, este título español es atractivo y muy adictivo. Una historia de amistad y valores de un príncipe y su diminuto planeta.