Puede que algo tarde, pero aquí está el análisis de un juego que ha significado mucho para mí, no solo ahora con su salida sino desde hace 3 años. Un juego que lo he tenido en mi imaginación, haciendo teorías, pensando de que podía ir y en definitiva, devanándome los sesos. Durante 3 años y hasta el propio final del juego, Hideo Kojima ha jugado con nuestra mente, nuestras expectativas, nuestros sentimientos; para al final darnos una obra maestra con una premisa aparentemente sencilla: caminar por la montaña mientras vivimos y meditamos sobre la gran pregunta de todas las preguntas, quienes somos y a donde vamos.
Evidentemente estoy hablando de Death Stranding, un juego increíble y especial, que me ha gustado a niveles que muy pocos videojuegos pueden, transmitiéndome una emoción y una implicación que no sentía desde hace muchos años, porque por muy buenos juegos que tengamos desde hace unos años a esta parte, prácticamente ninguno ha podido con una apuesta tan arriesgada, ser para mi mucho más que simplemente jugar, ha sido una lección de lo que es la vida, una reflexión sobre el ser humano y en parte, una nota de optimismo en una realidad donde parece que por muy comunicados que estemos cada vez estamos más desunidos. Porque si algo he aprendido es que no hay nada más sagrado y que nos lleve a la humanidad tan lejos como los lazos que nos unen.

La lluvia borrará tus pasos
Puede que parezca un concepto aburrido, pero los que hemos hecho senderismo por la montaña o alpinismo, tenemos una pasión por andar que es difícil de explicar. Es como «El Camino de Santiago», si le preguntas a alguien como es hacerlo, puede contarte cosas, pero lo más seguro es que llegue a la conclusión de que debes hacerlo tú para comprenderlo. La magia, las sensaciones, lo que te provoca en la mente a nivel de pensamientos y reflexiones, además de las vistas es algo completamente inefable. Por ello, si no habéis jugado a Death Stranding y solo habéis visto vídeos, no os hacéis ni de cerca una idea de lo que implican sus mecánicas y de lo que te hacen sentir mientras juegas.
Andar en este juego es increíblemente hipnótico, atrapante, te mete realmente en su mundo. Es increíble como cada piedra, cada cuesta y cada bache, son un enemigo a derrotar, paso a paso todo es un reto, incluso si presionas L2, R2 para sujetar mejor tu carga y estar más seguro, tienes que tener cuidado por donde pisas, sobre todo si vas muy cargado. En este sentido la preparación determinará casi completamente como será tu viaje, si decides hacer varios encargos y llevar mucho peso, si eliges una ruta u otra, harán que tu experiencia sea ligeramente distinta que la de otros, de tal forma que poco a poco sumarás unas vivencias propias y únicas. Porque Death Stranding consigue con su gameplay que tú decidas como jugar, y cuanto te va durar el juego, como en la vida al caminar tú marcas tu camino, haciendo que, aunque vayas de forma paralela a los demás, tengas vivencias y sensaciones únicas y propias.

Pero andar en soledad y reflexionar es solo una parte de lo que este juego nos propone, al final lo importante a nivel de objetivo será proteger tu carga y hacer tu trabajo de la mejor manera posible. Porque Death Stranding no solo te absorbe, también consigue de alguna manera sorprendente que lo tomes en serio. Lo más normal es que nazca de ti mismo, ser lo más efectivo posible y conseguir mejores resultados, lo cual se traducirá en Likes que te harán subir de nivel, con sus consecuentes mejoras. Pero lo mejor de todo es que esos Likes que te suben de nivel no te importarán por eso, sino por lo que supone saber que con tu trabajo desinteresado estas ayudando a otras personas y creando vínculos. Algo que podrás experimentar de forma muy intensa con la faceta online de este juego, en la que podremos construir cosas o dejar señales que otros jugadores podrán ver y utilizar, siendo a su vez nosotros mismos usuarios de lo que ellos nos dejen. Te sorprenderás descubriéndote a ti mismo, parándote para dar Likes a alguien que ha construido un puente que te viene de maravilla, o incluso perdiendo ingentes horas de tu tiempo en construir carreteras, para que otros jugadores y tú mismo, podáis cumplir con más comodidad objetivos más complejos. Sentirás una gran alegría cuando encuentres una especie de estructura en forma de paraguas que te protegerá de la terrible TimeFall, la lluvia que acelera las cosas y las destruye. Una lluvia que jugará en contra de todos los jugadores consumiendo vuestras cargas, estructuras y caminos que hayas seguido, borrando literalmente vuestro paso por este juego.
Pero Death Stranding va de unión, de conexiones, y es por eso que todo se centra en ayudar a los demás mientras completamos la historia, pudiendo recuperar estructuras de otros jugadores que la lluvia haya comenzado a consumir. Y es por ello que este juego deja un poco de lado la acción, aunque existe; deberemos enfrentaros a enemigos llamados «Mulas» que intentaran quitarnos nuestra carga, o a los temidos «E.V.», espíritus invisibles que nos provocarán verdadero terror y angustia. Aunque según avance el juego tendremos armamento para defendernos y enemigos más poderosos, al final nos propone más que usemos el sigilo, y sobre todo que, en el caso de los enemigos humanos, no matemos, debido a las consecuencias que ello conlleva. Ya que Sam Porter Bridges es un buen hombre, aunque algo tosco, y sabe de las consecuencias de sus actos para los demás, pero ante todo es un simple repartidor, no es ningún héroe de acción, aunque igualmente se juega la vida por ayudar a las otras personas. Y todo esto se refleja en el propio gameplay del juego, no propiciando en exceso la violencia y premiando la reflexión y el buen juicio. Pese a esto, tenemos Jefes a los que enfrentarnos como en la mayoría de los juegos, a veces por la narrativa de la historia y a veces porque los «E:V» nos pillarán, y aunque no son tan brillantes a nivel de dinámicas como en anteriores juegos de Kojima, cumplen más una función argumental y circunstancial, que busca crear un paréntesis en nuestros largos viajes, añadiendo además, detalles al argumento que debemos saber interpretar.

Según avancemos a nivel de jugabilidad tendremos unos cuantos gadchets y vehículos que nos facilitaran más la faena, además de las ya mencionadas armas. Death Stranding no deja de lanzarte mecánicas nuevas cada dos por tres, consiguiendo que cuando creas que vas a aburrirte, descubras algo nuevo que cambiará por completo tu forma de viajar o más bien las decisiones que tomes respecto a esto. Aquí escaleras y cuerdas serán básicas, pero a partir de ahí, mucho más que merece la pena descubrir y probar.
Lo que nos une
Argumentalmente estamos ante un juego que es simplemente excepcional, con una narrativa que centra la carga argumental en el principio y al final del juego, muy al estilo de como ya lo hizo Kojima en Metal Gear Solid V pero sin duda con un resultado muchísimo mejor.
Los personajes son interesantes y van evolucionando, sobre todo de cara a que los conozcamos y comprendamos mejor. Cada uno tiene una historia y un pasado, un misterio y un drama, un trasfondo que sin duda nos llegara al corazón. Por qué los personajes de Death Stranding son redondos, no son perfectos, ni santos, ni villanos del todo, ni héroes, son seres humanos. Cada uno con sus anhelos y esperanzas, sus sueños y pesadillas. Con toda esta carga argumental y emocional, Kojima ha hecho un juego que te atrapa y compromete, y sobre todo que juega contigo, tus expectativas, tus sentimientos e incluso lo que comprendes y no hasta el propio final del mismo. No quiero hacer nada de spoiler, pero me ha hecho derramar verdaderas lágrimas y me ha llegado como ningún juego lo hacía desde hace años.
Los actores son simplemente brillantes, tanto Norman Reedus como Mads Mikkelsen, aportan una carga dramática y emocional a sus personajes que destacan sobre el resto. Norman por su parte aporta una contención y una seriedad que sirven para aumentar el dramatismo cuando se expresa abiertamente y Mads por su lado es una rareza digna de estudio, al ser capaz de crear verdadera inquietud, intensidad y un gran número de emociones con apenas gestos. Estos dos titanes de la actuación están acompañados de un reparto a la altura; además de todos los cameos, tenemos la participación estelar de Guillermo del Toro y Nicolas Winding Refn, dos directores que al igual que Kojima tienen una gran personalidad propia y por que no decirlo, una fantástica vis actoral, cómica y emotiva. Sin duda un descubrimiento para mí ha sido Tommie Earl Jenkins, más conocido como Die-Hardman en el juego, un pedazo de actor que sabe realmente como llegar al corazón cuando es el momento. Una cara muy conocida o más bien una voz es la de Troy Baker, quien ya interpretara a Revolver Ocelot en MGSV; aquí nos ofrece un personaje llamado Higgs, haciendo gala un de carisma impresionante. Por último, pero no menos importante, tenemos a las grandes Margaret Qualley, Léa Seydoux y Lindsay Wagner, las cuales interpretan a Mama, Fragile y Amelie/Bridget respectivamente, unos personajes impresionantes, con una carga dramática y narrativa, que recordaré durante muchos años.
La historia se centra en Sam Porter Birdges, un repartidor independiente que se ve arrastrado por su pasado y la situación del mundo a un viaje titánico, con su determinación como arma principal y un extraño don que le permite volver a la vida pase lo que pase, gracias a los «Dooms», un extraño poder que se desató tras el Death Stranding, todo con la intención de reconstruir los maltrechos trozos de lo que queda de América. Porque en un mundo donde hasta la muerte ha sido puesta del revés, con lluvias que lo destruyen todo y muertos que atormentan a los vivos, al final la unión es lo único que nos puede llevar a un futuro mejor. Es un mensaje que el juego está continuamente enseñándonos, ya que la mayor parte del tiempo estaremos completamente solos, y con un contacto humano casi mínimo, salvo las ya mencionadas construcciones y los mensajes de otros jugadores.

De todas formas, Death Stranding es mucho más que cinemáticas espectaculares y una historia sesuda con grandes giros de guion, también es un espacio para gran cantidad de emociones y reflexión. Es difícil de explicar, pero la soledad de andar por la montaña sólo, el maravillarse con sus escenarios, los momentos de tensión ante los «E.V.», todo ello, son momentos que crean una narrativa emergente que de alguna forma será parte de nuestra experiencia de juego, como si alguna mano guiara nuestros pasos para vivir una experiencia personal que como ya he comentado antes no será igual que la de los demás. Porque lo que te ocurre a ti aunque puede pasarles a otros jugadores, no tiene por qué pasar de la misma manera, y aunque son detalles tontos como caerse o que te pillen las mulas, el resultado puede ser inesperado, no de cara a no vencer, el juego en dificultad normal es relativamente desafiante, pero si en cuanto a cómo llegues a tu destino, el daño de la carga, o el tiempo que tardes, si te roban un paquete y tienes que ir a buscarlo, y un gran número de situaciones que simplemente ocurrirán por una serie de causas fortuitas, como estar en el sitio equivocado en el momento menos oportuno.
En cuanto al tema del juego este podría aparentar ser la muerte, ya que el propio nombre la obra la menciona, pero Kojima es mucho más sutil. Con esa excusa argumental tendremos también diferentes ideas y críticas que el juego nos mostrará, pero sin el ánimo de adoctrinarnos. Death Stranding no nos toma por tontos, quiere que saquemos nuestras propias conclusiones, como por ejemplo sobre el tema de los Likes y las redes sociales, las cuales son presentadas como algo positivo y negativo al mismo tiempo, siendo consciente de que la vida suele tener más tonos grises y lo malo de cierta forma y con ciertas condiciones puede ser incluso provechoso. Porque la clave de este juego es que es complejo y extenso, no solo en gameplay sino en trasfondo. La gran cantidad de mensajes que recibiremos y de dosieres que leer, nos aportaran también mucha información, a veces importante a veces trivial. Todo esto al final confecciona un tapiz de tal profundidad, que nos mantendrá meditando incluso días después de finalizar el juego.
Lágrimas en la lluvia
Todos los aspectos de Death Stranding son sobresalientes, por lo tanto, todo lo referente al aspecto visual y sonoro no podía serlo menos, algo lógico cuando tenemos al maestro Yoji Shinkawa a cargo del diseño. Ya solo si nos centramos en los entornos, encontraremos espacios tremendamente amplios que, si bien aparentan estar vacíos, tienen algo que muy pocos juegos tienen, y es que el propio terreno y los elementos que hay en él son parte de tu experiencia. Las rutas a escoger son tan variadas como tu pericia y tus herramientas te permitan, y avanzar en ellas será un auténtico gusto y todo un despliegue visual en cada viaje que hagas. En esto tengo mucho que aportar ya que tras años de estar en el ejército y subir montañas, he podido observar gran cantidad de horizontes preciosos, algo que posiblemente me ha dado una perspectiva especial en este juego, ya que me ha aportado sensaciones si no similares, muy evocadoras de todo lo que yo he vivido, haciendo que mi conexión con la obra de Kojima sea mayor aun si cabe.

Además de la tierra, el fango, el agua y la brea, hay más elementos que admirar en este juego. El propio diseño de los personajes y los objetos son de otro mundo, además de que a nivel gráfico estamos casi en la siguiente generación. No es de extrañar, ya que el Decima Engine es un motor gráfico que demostró mucho hace unos pocos años con Horizon Zero Down. Pero además es que Kojima le ha dado una vuelta de tuerca mejorando todo lo que este motor podía hacer, con unas físicas que hacen del andar, algo sorprendentemente impresionante como ya comenté antes. Volviendo al tema visual, todo en este juego está estudiado y tiene un significado. Nada es porque sí, cuesta a veces creer que se presentara hace solo 3 años, al mismo tiempo da la sensación de que llevamos toda una vida esperándolo.
Los detalles siempre son el sello de Kojima, o lo que podríamos llamar Kojimadas. Los guiños o las interacciones de Sam con nosotros en su habitación son una muestra de ello. Cada vez que vuelves a ella, apetece probar cosas, o incluso duchar a nuestro protagonista, ya que, aunque parezca raro, nos darán con ello «cosas» por así decirlo. Cierto es que tenemos algunos toques excesivamente excéntricos o comerciales, como son las latas de Monster además de otras cosas, que prefiero no comentar, porque es divertido descubrirlas por uno mismo. Las menciones a películas y canciones también estarán presentes en muchos momentos del juego, ya que Kojima siempre gusta de deleitarnos con todo lo que sabe, aunque sea casi más un gag cómico o una curiosidad. Otro tema que de normal suele criticarse dentro de las obras de Kojima es su trato a las mujeres, el cual no siempre es de buen gusto, pero en esta obra suya 100% hemos podido ver que el trato es exquisito, dándoles una profundidad y un poder que muy pocos personajes tienen en el mundo de los videojuegos. Por lo tanto, creo que sería lógico pensar que, si en el pasado esto no ha sido del todo así, posiblemente ha sido por presiones de Konami y la estúpida doctrina de vender utilizando la sexualización de los personajes femeninos. O también es posible que en el pasado Kojima tuviera algún sentido crítico de cara al jugador para que reflexione sobre ello, aunque esto no pertenece al análisis de esta obra.

La banda sonora es algo de otro mundo, Death Stranding está plagado de temas musicales estupendos, puestos en momentos cruciales del viaje, que nos harán sin duda darle una intencionalidad, lo cual hará mucho más de cara a nuestra propia reflexión. Pero no solo tenemos la maravilla de grupos como Low Roar, también tenemos las propias canciones del juego, una suerte de temas fantásticos que aumentan la implicación emocional del jugador con lo que ocurre al 200%.
La muerte de Death Stranding
El temido momento ha llegado, mi viaje en este juego acabó y mis últimas líneas son escritas en este texto. Un viaje de tres años que ha sido para mí mucho más que solo jugar a un videojuego, ha formado parte de mí, y de mi camino, de los sitios en los que he estado, de las cosas que he aprendido, y las personas que he perdido. Esto es sin duda algo muy personal, pero así es Death Stranding, un reflejo de nosotros mismos y nuestro pensamiento, una historia oscura con algo de luz, que apela no solo a nuestras mentes si no a nuestros corazones. Una historia que llegó a su fin.
O al menos eso es lo que suele pasar con esos juegos que nos marcan para siempre, e incluso en eso Death Stranding es especial. No siento ningún vacío después de haberlo completado, me siento mejor, me siento feliz de haber sido parte de todo esto. Valoro mucho más no solo facetas de mi vida, sino incluso los detalles de otros videojuegos. Esta obra me ha enseñado a no correr, a pararme a mirar, a disfrutar de pequeños detalles, tanto en mi vida, como en el resto de videojuegos, creo que es tan genial que hace al resto de juegos mejores, porque nos ayuda a comprender como estos son el alma de las personas que han trabajado en ellos. Y aunque está claro que ciertos juegos son más personales que otros, en todos ellos hay personas que han puesto años de su vida, años para que tú disfrutes y de alguna manera conectar contigo. Yo creía que al acabar Death Stranding este iba a morir, pero ha resultado que la muerte no es el final, después hay una nueva vida, en tu memoria.
Death Stranding
Puntuación Final - 10
10
Obra Maestra
La cúspide de un creador, la obra más personal de Kojima y un juego impresionante.