Parece que en España tenemos una debilidad por los metroidvania. En los últimos años han aparecido representantes tanto en el mercado indie como en el AAA, como son el caso de Blasphemous y Metroid Prime respectivamente. Parece ser que esta corriente tampoco va a terminar dentro de poco, porque proyectos como Curse of the Sea Rats, al que pudimos asistir a su evento de presentación hace unas semanas, sigue apostando con mucha fuerza en el metroidvania español.
Petoons Studio es un estudio español que no es nuevo haciendo videojuegos. Petoons Party, o los recientes juegos de Peppa Pig, son algunos de sus otros proyectos. Pero con Curse of the Sea Rats han abandonado este ambiente de juegos infantiles para apostar por un título mucho más ambicioso: un metroidvania dibujado a mano, con modo cooperativo e incluso un doblaje completo.
The Curse of the Sea Rats
La historia de Curse of the Sea Rats comienza, como toda buena historia de piratas, con un naufragio. Nuestros cuatro protagonistas, que se encuentran presos de un velero inglés debido a diferentes “crímenes”, son presas de una maldición de la bruja que afecta a todo el barco. Su objetivo es hacerse con el medallón y el ojo de la serpiente para alcanzar un poder inimaginable. Por suerte, solo ha conseguido llevar el ojo, aunque también como medida de precaución ha secuestrado al hijo del capitán. Nuestro objetivo es simple: derrotar a la bruja, impidiendo que se haga con el control de la otra parte del amuleto, y rescatar al niño del capitán.
Todo esto ocurre a través de un clásico metroidvania. Tendremos un amplio mapa que explorar, con diferentes secciones. Según derrotemos a algunos jefes, de los cuales hay un total de 15, adquiriremos una herramienta más de movilidad o un objeto para completar alguna misión. Aquí Curse of the Sea Rats apuesta por lo clásico: doble salto, dash, salto cargado, etc…

La historia en sí no revoluciona nada. Los pocos giros de guión se ven venir, aunque sí es destacable como el juego cuenta con dos finales con consecuencias bastante diferentes.
Un metroidvania lleno de carisma
Solo hace falta ver unos segundos de Curse of the Sea Rats para ver que artísticamente es un juego muy mimado. Las cinemáticas parecen sacadas de una película de animación y dentro del juego en sí podemos ver unas animaciones muy pulidas.
El diseño de los personajes de Curse of the Sea Rats creo que es el apartado que más destaca. Desde los cuatro protagonistas a los villanos, sin olvidar los personajes secundarios, todos están llenos de carisma. La tripulación de Flora no solo está compuesta de unos miembros a los que se reconoce al instante, sino que además tienen divertidas interacciones que parecen sacadas de una partida de Dungeons and Dragons. Estos villanos, que siempre sacan una risa cada vez que aparecen, son uno de los principales motivos por lo que quieres continuar avanzando en esta historia.

Los protagonistas, aunque tengan un diseño visual llamativo y que se puedan identificar su personalidad de un vistazo, quizás se me han quedado más cortos. Los diálogos cambian según quien hable con el NPC de turno, pero debido a la naturaleza del juego no vemos básicamente ninguna conversación entre los cuatro, lo cual creo que es un potencial realmente desperdiciado, haciendo que al final cojamos más cariño a los villanos de Curse of the Sea Rats que a sus héroes.
Entre el plataformeo y el combate
Por otro lado en el aspecto jugable, Petoons Studio ha enfocado el cooperativo como una oportunidad para aquellos que tienen más dificultades completando el juego
Normalmente los metroidvania suelen combinar la parte de plataformas y la de combate, teniendo un mayor énfasis en una de las dos. Curse of the Sea Rats definitivamente apuesta algo más por el combate, aunque implementa la parte de las plataformas en este aspecto.
Las plataformas por su parte están bien. No hay muchas opciones debido a la limitación de opciones de movimiento (se echa de menos que se nos pida usar más el dash quizás para sortear obstáculos, abusando de los frames de invencibilidad que da), pero sí que encontramos secciones donde un paso en falso nos matará y tendremos que medir muy bien sus saltos.
El combate dentro de Curse of the Sea Rats sí que ofrece varias opciones: tenemos el ataque, el bloqueo (que funciona a modo de parry), el botón de magia, ataque aéreo… e incluso podremos desbloquear otros ataques según avancemos por el árbol de habilidades. Aunque por desgracia, incluso con estas opciones de más, el combate se limita bastante a, contra la mayoría de enemigos, golpear cuanto antes para cortar sus ataques y machacar el botón hasta que mueran.

Contra los jefes se repite un poco esta filosofía. Existen 15 diferentes, cada uno con sus propias mecánicas y ataques. Aunque ofrecen un reto en el papel, y algunos de ellos me costaron varios intentos, en general posicionarse detrás suya mientras les golpeas sin parar suele ser un método demasiado eficaz. Esto quita bastante parte de la gracia y profundidad de unas peleas que se notan que no están diseñadas para superarse así.
Gran cantidad de contenido secundario
Curse of the Sea Rats no solo se define por su estilo artístico, si no por la gran cantidad de contenido y referencias que encontramos dentro. Como es clásico de cualquier metroidvania, encontramos varias salas secretas, jefes opcionales y misiones secundarias. Todo esto tiene un doble propósito: por un lado las recompensas nos ayudaran a avanzar y hacer frente a las secciones más difíciles del juego, por otro lado también sirven como punto cómico, ya que encontramos un gran humor en estos diálogos y muchas referencias a otros íconos de la cultura pop.

Esto incentiva la exploración por parte del jugador, y nos hará buscar por todos los rincones. Por fortuna o desgracia, Curse of the Sea Rats es bastante poco lineal y no nos dice en qué orden hacer las cosas, lo cual nos dará una razón para recorrer el mapa por completo e ir encontrando todos estos secretos y pequeñas historias que tiene por ofrecernos este mundo.
El único punto malo de esta sección en Curse of the Sea Rats es que las recompensas de las misiones se sienten algo desequilibradas. Algunas nos darán consumibles únicos, u objetos muy poderosos, mientras que otras misiones solo nos darán cosas que podríamos comprar incluso en la tienda.
Todo es mejor en compañía
Normalmente vemos el metroidvania como un género individual. Todos los títulos destacables, tanto de la época moderna como la clásica, suelen ser para un solo jugador. Esto tiene sentido, debido a que puede interferir en la narrativa además de que balancearlo puede ser un verdadero rompecabezas.
Curse of the Sea Rats en cambio ha trabajado en torno a estos dos obstáculos e incluye un modo cooperativo de hasta cuatro jugadores. Como ya he comentado, la historia cuenta con cuatro protagonistas, cada uno con su backstory, lo cual hace que no entorpezca la narrativa (además, al llevar la mayor parte del peso narrativo los antagonistas, el protagonista que llevamos no influye tanto). Por otro lado en el aspecto jugable, Petoons Studio ha enfocado el cooperativo como una oportunidad para aquellos que tienen más dificultades completando el juego. Así, si una parte se nos atraganta demasiado, podemos llamar a nuestras amistades para que nos ayuden durante ese momento.

Esta función del modo cooperativo ya está pensada en las propias mecánicas de Curse of the Sea Rats. Si alguien se une, será a nuestro mismo nivel, aunque podrá personalizar su árbol de habilidades. Así, nadie se sentirá demasiado débil o dejado de lado aunque se una más tarde.
Conclusiones
Curse of the Sea Rats tiene algunas flaquezas. Los protagonistas piden tener más tiempo para exponer su historia, y a su combate le vendría bien algo más de feedback. Aún así, la obra de Petoons Studio se siente como un metroidvania refrescante, sobre todo gracias a su increíble apartado artístico.
En general, nos encontramos ante una divertida y colorida aventura, con una duración lo suficientemente larga para disfrutarlo sin sentir que se ha alargado de manera artificial, y con suficiente contenido secundario para que queramos explorar su complejo mapa, pese a sus aristas.
Tengo mucha curiosidad de por donde irán los futuros juegos de esta desarrolladora española, porque si Curse of the Sea Rats ha sido su primer intento dentro de este complejo y exigente género, estoy seguro que nos encontramos ante un equipo que puede sorprendernos con sus futuros lanzamientos.
Curse of the Sea Rats
Puntuación Final - 7
7
Interesante
Curse of the Sea Rats es un precioso metroidvania que cojea un poco en su aspecto jugable, pero que destaca por su apartado artístico y su opción de jugar en cooperativo