En el pasado mes de marzo Nintendo presentó el Nindies Showcase Spring, una retransmisión que cada vez reúne más visualizaciones y que se centra principalmente en los próximos títulos indies que irán llegando al catálogo de Nintendo Switch. Este último evento tuvo una gran aceptación por parte del público del mundo de los videojuegos gracias a nombres de títulos que crearon grandes expectaciones, como Katana Zero, PINE, Cadence of Hyrule – Crypt of the NecroDancer, entre otros más. Pero si hubo un juego que puso en pie a mucha gente fue Cuphead, abriendo la presentación del vídeo con un tráiler que muchos deseaban. Hacía que Xbox One perdiera la exclusividad del título por motivo de las buenas relaciones que están teniendo Microsoft y Nintendo, y para beneficios de muchos el juego llega a un público mayor para su disfrute.
Cuphead salió en el año 2017, después de tener un desarrollo largo y bastante complicado que llegó a poner en duda su lanzamiento final en varias ocasiones. El costoso trabajo de dibujar a mano y animar cada pequeño detalle de los personajes y el universo del título, más las complicaciones que existieron para llevarlo a la pantalla de nuestras consolas, hizo que los fundadores del estudio, Chad y Jared Moldenhauer, asumieran la arriesgada decisión de hipotecar sus casas y con ello sus vidas para poder financiar su proyecto. Un tema peliagudo que se debería hablar más y verse, ya que los desarrolladores de esta industria pasan por muy malos tragos con exigencias bastante altas para que luego se resuma en el resultado de lanzar una moneda al aire.
Afortunadamente, el equipo de Studio MDHR consiguió cumplir su sueño, Cuphead consiguió vencer a todas las adversidades y llegar al mercado, obteniendo grandes calificaciones por parte de la prensa de los videojuegos y de los jugadores. Ahora llega Nintendo Switch con la ambición de llevar su loca aventura a cualquier parte.
Más sabe el diablo por viejo que por diablo
La historia nos sitúa en la mágica Isla Inkwell, donde nuestros dos hermanos protagonistas, Cuphead y Mugman, viven divirtiéndose en armonía bajo el atento cuidado del Anciano Tetera. Un día, ambos hermanos deciden buscar otras formas de entretenerse y deciden visitar el Casino del Diablo, un lugar donde la lujuria domina todos los sentidos y controla a las personas a través del dinero. Un edificio donde pecar es obligatorio y del que el Anciano Tetera informó de su peligrosidad a ambos; pero a pesar de las advertencias, Cuphead y Mugman deciden visitar para echar un buen rato.
La noche no podía ir mejor para nuestros protagonistas. Entraron en una racha ganadora que nadie podía parar. Los reyes del mundo, con una fortuna que no paraba de aumentar y sintiendo la admiración de todas las personas que les rodeaban. Cuando de repente llega el Diablo, que era el dueño del casino, y entre sonrisas felicita a las dos tazas por ser tan buenos jugadores y les propone echar una última jugada más. Si ganaban toda la fortuna y poder que tenía el casino sería para ellos, pero si perdían… sus almas pasarían a ser propiedad del Diablo. Mientras que Mugman empezaba a sospechar y temer la situación en la que se habían metido, Cuphead, cegado por la avaricia y la fama, cogió los dados y los lanzó, pasando de los consejos de su hermano y buscando una victoria más para su lista de triunfos en el casino.

Pero esta vez los dados no le concederían la victoria a ellos, sino que los dejaría a la merced de su nuevo dueño: el Diablo. Rápidamente ambos hermanos se pusieron de rodillas entre lagrimas, pidiendo otra oportunidad desesperadamente. El Diablo, dándole vueltas al asunto, decide aceptar, y saca una lista de toda la gente deudora de su casino y les propone a Cuphead y Mugman que vayan a cobrarse las almas de estos morosos y, quizás así, les perdonara a ambos.
De este modo comienza la aventura de nuestras pintorescas tazas teniendo que jugar al servicio del temible Diablo para poder salir del peliagudo problema. Una historia con una introducción simple y directa que nos servirá para la trama de todo el juego, y nos deja de manera perfecta al control de la situación.
La vajilla buena
Una vez que se nos presente la introducción de título y sus mecánicas nos podremos desplazar por el pequeño mapamundi de Isla Inkwell desde una vista aérea -a diferencia de la salida inicial del título, ahora podremos decidir si queremos jugar con Cuphead o Mugman, sin tener que estar predeterminado a un personaje u otro según el número de jugador que seamos-, que se dividirá en tres diferentes zonas cargadas de fases, tiendas y NPC´s. Aunque Cuphead fue originalmente planteado como un boss rush, la evolución de su desarrollo hizo que se le acabara implementando unos niveles diferentes, llamados run’n’gun.
Estas fases se encuentran en el mapa de manera más ocasional y en ellos deberemos ir de manera lateral desde un punto A hasta un punto B sin que nos machaquen por el camino. Los niveles se desarrollan en escenarios más extensos y siguen con la misma dinámica que presenta el juego, pero con un cambio en su ritmo al insertar más zonas de plataformeo, monedas para poder comprar más habilidades y el enfrentamiento con una cantidad mayor de enemigos comunes.

Ahora nos toca tratar la parte cañera del título: sus jefes. Son el objetivo principal para avanzar en nuestra aventura y, siendo conscientes de ello, no nos lo podrán nada fácil. Cada uno de ellos desprende una personalidad propia que, juntos a sus ataques, viven en armonía con los escenarios que habitan. Una vez dentro del nivel debemos de concienciarnos de que serán entre dos o tres minutos de duros desafíos, donde la tensión estará por las nubes. Cada jefe tendrá la importancia de un examen de fin de curso que no llevamos preparado, pero a diferencia de la vida real, donde nos iríamos llorando a septiembre, en Cuphead tenemos la oportunidad de presentarnos una y otra vez al mismo examen, aprendiendo de nuestros errores y poquito a poco ir respondiendo las preguntas correctamente hasta aprobar.
Toda la aventura se puede disfrutar de principio a fin tanto de manera individual como cooperativa -aumentando las estadísticas de salud de los enemigos cuando estemos dos jugadores-, y se adapta muy bien a los servicios que ofrece Nintendo Switch, pudiendo jugar con un joy-con cada uno.
Azúcar turbinado
Cuando entremos en los niveles Cuphead se convertirá en un juego de acción y plataformas 2D que nos presenta una jugabilidad que luce por su simpleza y por ser tan directa, donde empieza con una luz tenue que solo nos permite disparar y saltar, y va ganando intensidad con cada desafío superado, con las pequeñas variaciones que nos brindan las habilidades del personaje, haciendo que finalmente brillemos de forma intensidad. Recibiendo esa sensación tan satisfactoria cuando vemos cual ha sido nuestro recorrido y cómo hemos evolucionado con el mando en nuestras manos.
Los controles responden a la perfección de manera fluida y se nos permite, al igual que en PC, la opción de modificarlos según nuestros gustos, ofreciéndonos un gameplay más cómodo y adaptado a nosotros. A nivel personal recomiendo jugar al título con el mando Pro de Nintendo Switch, ya que a medida que vaya aumentando la intensidad de la batalla puede que los botones de los joy-cons se nos queden muy pequeños.

Un apartado que nos ha hecho sufrir mucho y del que debemos de hablar es su dificultad. Cuphead viaja al pasado para traernos exactamente ese mismo elemento clave que existía en tantos títulos de los años 70-80, donde hacían uso -a veces abusivo- de ese aumento de la dificultad para tapar otro tipo de limitaciones o para alargar artificialmente el tiempo de vida del videojuego. Aunque en general esta sensación de desafío es la que hace tan atractiva al juego a la hora de coger los mandos.
Es un arma de doble filo para según qué tipo de jugador seas, porque el que venga a jugar a Cuphead por lo bonito que se ve puede salir corriendo porque se vaya calentito después de recibir más de diez palizas en la primera fase. Pero que los más experimentados del mundillo no se sientan a salvo, porque también sufrirán bastante; aunque ellos pueden sentir una sensación de frustración extra cuando vean que partes concretas de la batalla están en manos del azar y que la curva de dificultad del título sufre de bastantes altibajos, siempre con puntos elevados.
Dibujos de ayer y hoy
Todo lo que vemos en Cuphead ha sido dibujado a mano, desde los pequeños guantes de nuestros protagonistas hasta las grandes envergaduras de los temibles jefes, dejando como resultado más de 60.000 dibujos únicos para utilizarlos como fotogramas del videojuego. Ese estilo que tanto caracteriza al juego y muchos simplificamos como «se ve viejo» se llama Rubber House Animation, y se basa en ese dibujo simple que abusa los círculos como base del personaje y les brinda esa forma de vida tan flexible con cada movimiento.
Este estilo facilitaba bastante las cosas con todas las limitaciones que existían en la época a la hora de crear los dibujos animados, por eso fue tan común y popular en los inicios de la animación, sirviendo de inspiración para la evolución que presentó Walt Disney con Mickey y compañía. Todo esto construye un apartado artístico que vende al juego por sí mismo, dejando a la vista la excelente calidad que tiene. Cuphead tiene todo un mundo de belleza en su creación, y si tenéis ganas de perderos en él os dejamos una charla sobre su desarrollo y un vídeo sobre su proceso de animación.

Nintendo Switch recibe uno de los mejores port hasta la fecha, con un título que no tiene que agachar la cabeza respecto a sus versiones de Xbox One y PC, llegando a los 1080p en el dock y 720p en modo portatil y en ambas formas mantiene los 60fps. La banda sonora le sigue el pulso firmemente a su apartado visual, presentando unas melodías que beben del jazz y su época dorada, haciendo que tengamos que adaptar nuestra forma de luchar al ritmo de las trompetas. Los efectos sonoros con ese toque tan retro dan de manera perfecta vida a cada disparo, salto o explosión. Por último, Cuphead llega con una actualización donde se traduce el título en 12 idiomas diferentes, incluido el castellano, para más disfrute de los usuarios.
Conclusión
Microsoft, junto a Studio MDHR, brinda la oportunidad a Nintendo Switch de recibir un título que va pisando muy fuerte. Cuphead vuelve con un port que no tiene nada que envidiarle a las versiones de PC y Xbox One donde una vez más se muestra lo pulida que está su jugabilidad y lo bien que se desenvuelve en sus exigentes desafíos; todo ello bañado por un apartado audiovisual que desborda personalidad. Si aún así seguís con algunas dudas o no disponéis una Nintendo Switch, nuestro compañero Enrique Gil ofrece su punto de vista con el análisis de Cuphead para su versión de Xbox One.
Cuphead
Puntuación Final - 9.5
9.5
Imprescindible
Nintendo Switch recibe en su catálogo uno de los mejores títulos de esta generación. Cuphead es un duro desafío animado que ahora te puede acompañar a dónde quieras.