Traída de la mano de una de las distribuidoras de juegos indies más influyentes del mundo y con una campaña publicitaria llena de memes, no es de extrañar que Cult of the Lamb sea uno de los juegos más anticipados del año. Me acuerdo cuando vi el primer tráiler del juego, con un estilo artístico adorable y lleno de animalitos súper cucos que acababa con el sacrificio de uno de ellos. Durante los próximos días me obsesioné con el juego, y desde entonces he esperado ansiosamente a su salida. Y por fin ha llegado el día de heredar la corona roja.
Aquel que Espera
Empezamos el juego fuerte. Somos un cordero que un grupo de adoradores de los dioses antiguos han capturado y nos están llevando a nuestra ejecución. Después de que el hacha del verdugo nos rebane el pescuezo, nos vemos transportados al lado de una extraña entidad. Proclama ser Aquel que Espera, el dios original que sus hermanos sellaron para librarse de él y después exterminaron a todos los corderos que, según una antigua leyenda, eran capaces de traerle de vuelta.
Ahora que te tiene entre sus brazos, te entrega el poder de la corona roja, capaz de subyugar hasta a los mismísimos dioses. Ahora nuestro deber es crear un culto que adore a la corona roja y utilizar su fuerza para cobrar venganza a los dioses antiguos.
En nuestras cruzadas (que así se llaman las runs de este juego) nos encontraremos a todo tipo de excéntricos personajes que nos ayudarán. Como Clauneck, que lee tu destino en las cartas del tarot, Ratau, que fue el anterior portador de la corona roja y es un supuesto mentor, o a algún animalito extraviado que podemos rescatar para el culto.
Monta una secta para brindarte de nuevos poderes, dictamina doctrinas para que darle la forma que quieras a tu comunidad e imparte cruzadas para llegar hasta el fondo de cada zona y reclamar la cabeza de tus enemigos.
Simulador de granja (de sacrificios)
Una cosa que quiero que tengáis claro antes de que empecéis a jugar a Cult of the Lamb es que el foco principal es la parte del culto, no la del roguelike. La mayor parte del contenido viene en forma de gestión de recursos, construcción de edificios y mantener a tus seguidores vivos. Si bien es cierto que ambos sistemas se retroalimentan entre sí, siendo necesario avanzar en uno para desbloquear nuevo contenido en el otro, la mayor parte del tiempo la vas a pasar entre tus creyentes.
La parte buena es que es un vicio. La gestión del culto está montada de tal forma que siempre tienes algo que hacer. Ya sea construir nuevos edificios para conseguir nuevos recursos, inspirar a tus seguidores para mantener su fe alta, pensar en cuál será tu siguiente sacrificio para obtener esa lamparita tan cuca… En ese sentido, se le asemeja mucho a juegos como Animal Crossing en el que no hay un objetivo claro, sino que simplemente son tus ganas de seguir interactuando con este mundo.
Cuando nos encontremos a un nuevo seguidor en alguna de nuestras cruzadas, aparecerá en nuestro culto listo para ser adoctrinado. Deberemos mejorar nuestra secta y construir camas para dar alojamiento a más y más devotos para agrandar la comunidad. Podemos interactuar con ellos, dándole regalos y realizando rituales como el matrimonio para aumentar su lealtad y que generen más devoción. Incluso podemos personalizarlos transformándolos en diferentes animales y cambiándoles el color, dándole al juego una capa de coleccionismo para conseguir todas estas skins.
Pero mucho cuidado, pues estos adorables sacrificios seguidores, a diferencia de nosotros, son meros mortales. Si no tenemos cuidado, pueden morir a causa de hambre o de alguna enfermedad. Incluso pueden convertirse en herejes e irse del culto si no mantenemos la fe alta. Y aunque los cuidemos como es debido, todo tiene su fin. Eventualmente morirán de vejez, y tendrás que lidiar con sus muertes.
Dependiendo de las doctrinas que instaures en tu secta, podrás lidiar con todas estas situaciones de formas diferentes. Puedes crear una comunidad ecológica, que deja que todo siga su ciclo natural y que utilice los cadáveres para fertilizar sus tierras o convertir a tus seguidores en caníbales que aprovechen la carne de aquellos que ya no son útiles. Esto es lo que más incita a rejugar el juego, para empezar una secta desde cero y llevarla por otras enseñanzas.
Y para aquellos que estén más interesados en la parte de la acción, aún podréis sacarle provecho a estos insignificantes, quiero decir, simpáticos animalitos. A cada seguidor puedes encomendarle un trabajo, ya sea trabajar en las minas o cuidar de tus cultivos. Pero también puedes darles sermones para aumentar su devoción. Podremos gastar estos recursos para mejorar a nuestro personaje y así conseguir que aparezcan nuevas armas y magias en nuestras cruzadas.
Santas Cruzadas
Voy a ser directo. El combate de Cult of the Lamb es increíble. Tanto el movimiento de tu personaje como acertar tus ataques cuerpo a cuerpo y mágicos son muy satisfactorios. Tienen un refinamiento y cuidado puesto en el sistema de combate que te incita a seguir yéndote de cruzadas, aunque no lo necesites en ese momento.
Para avanzar en la historia principal, deberemos llegar hasta el fondo de las mazmorras que nos aguardan nada más salir del culto. Se nos pedirá un cierto número de seguidores para desbloquear nuevas mazmorras y poder continuar. Cada una de ellas deberemos completarla tres veces antes de poder plantar cara al dios antiguo de la zona. Una vez hayamos liberado la zona de su influencia, podremos volver a entrar para enfrentarnos a enemigos más fuertes.
Las runs o cruzadas tienen un funcionamiento algo peculiar. Nada más entrar, tendremos que pasar por lo que en otros juegos roguelike llamarían pisos, con salas generadas aleatoriamente llenas de enemigos y recompensas para mejorar a tu personaje. Una vez completemos esta primera fase se nos abrirá un mapa muy al estilo de juegos como Slay the Spire en el que seleccionaremos qué ruta vamos a tomar. Dependiendo de dónde acabemos, podemos enfrentarnos a otros pisos, recolectar recursos o incluso sufrir maldiciones.
Al final del mapa nos espera un jefe. Siendo sincero, este apartado flojea un poco. Los jefes secundarios son muy similares entre sí, con ataques casi idénticos y un diseño bastante genérico. Lo bueno es que la primera vez que derrotas a cada uno de ellos podrán ser reclutados para nuestra secta. Con respecto a los dioses antiguos, las peleas se asemejan a juegos como Enter the Gungeon, en los que en ciertos puntos se convierten en verdaderos bullet hell. En estas peleas son donde radican mayormente la dificultad, siendo verdaderamente complicadas si no estás cómodo con tu set de habilidades.
Aún no está listo para la cosecha
Desafortunadamente, no puedo seguir hablando de lo bueno y ahora hay que enfrentarse a la realidad. Cult of the Lamb se siente muy verde.
Para empezar, se siente bastante falto de contenido. Una vez completas una mazmorra, se te abre la posibilidad de hacer una run más tradicional en la que después de derrotar a un jefe puedes continuar. Sin embargo, lo que estás haciendo en realidad es repetir lo mismo que has hecho antes una vez más. Incluso el jefe es el mismo, lo cual se siente angustiosamente pobre. Lo cual, para un juego roguelike, aunque no sea su foco principal, pinta mal.
Cuando obtienes todas las mejoras del culto, tampoco hay mucho más que puedas hacer con él. Justo cuando empiezas a tener una comunidad más eficiente y automática, se acaba. Y además, la retroalimentación entre el culto y las cruzadas de la que hablaba antes se corta bruscamente. Por un lado dejas de conseguir mejoras para el combate y por el otro la búsqueda de recursos se vuelve innecesaria.
Y para terminar, el juego está plagado de bugs. Por lo que he visto por las redes, personalmente he sufrido una experiencia bastante peor que la media en este sentido llegando a colgarse el juego en medio de rituales o incluso de runs. Pero hay otros tantos que son consistentes, como por ejemplo, que los suelos decorativos que elimines desde el modo de construcción se sobreponen con los que tienes. Todo esto arruina una experiencia que de otra forma sería impecable.
Un aciago destino
La desarrolladora Massive Monster está trabajando duramente para corregir estos errores. Además, ya confirmaron que iban a expandir el contenido post game en futuras actualizaciones. Pero creedme cuando os digo que esta situación me duele profundamente. Ojalá poder aplazar este análisis hasta dentro de unos meses, cuando todo esto haya sido solucionado y haya quedado como una anécdota. Pero no, tengo que daros mi opinión del juego tal y cómo está, y ahora mismo… No está tan bien como me gustaría.
No me malinterpretéis, me lo he pasado en grande jugando a Cult of the Lamb y estoy seguro de que cualquiera que lo empiece ahora disfrutará tanto como yo. De hecho, probablemente esté siendo demasiado blando con él al ponerle la nota. Sin embargo, con todo mi pesar, os recomiendo darle unos meses al juego antes de comprarlo para así poder disfrutar de él todo lo que se merece. Pero mientras tanto, tenemos uno de los juegos mejor cuidados y refinados de este año, con unas ideas increíbles que peca gravemente de abundancia de bugs y falta de contenido.
Cult of the Lamb
Puntuación final - 8.5
8.5
Recomendado
Cult of the Lamb podría haber sido el mejor juego del año con solamente dos sistemas increíblemente satisfactorios y entretenidos, pero por desgracia ha sucumbido a los bugs y a la falta de contenido.