Análisis de Crime Boss Rockay City para PS5

Una de las pocas ventanas al sórdido mundo criminal que tenemos disponibles desde el confort de nuestra casa es sin duda el cine y los videojuegos; desde títulos que toman inspiración de múltiples obras del género como la omnipotente saga de Rockstar, Grand Theft Auto hasta la parodia más gamberra con Saints Row y todos aquellos juegos que han intentado capitalizar ese submundo peligroso de drogas, robos y asesinatos.

¿Qué pasaría entonces si un juego intentara combinar el cine con su propio medio haciendo gala de las caras más conocidas dentro del mundillo? Eso es lo que plantea Crime Boss Rockay City, título que ya vio la luz en marzo de este mismo año con críticas rozando el suspenso, pero que ha vuelto con nuevo contenido en forma de DLC de pago, además de múltiples actualizaciones que intentan arreglar un potencial que definitivamente está ahí.

¿Ha conseguido Ingame Studios arreglar el desaguisado que fue el lanzamiento original del juego? Veamos cómo se defiende en la jungla de cristal que es Rockay City.

 De vuelta a la ciudad

Para hablar de su DLC, debemos hablar del juego base, ya que realmente lo que añade este contenido nuevo, llamado La Copa de Oro del Dragón, es un nuevo hilo argumental a la campaña roguelite de Crime Boss.

Porque sí, Crime Boss es en realidad un roguelite al más puro estilo PayDay, es decir, tendremos que gestionar nuestra banda criminal y planear nuestros golpes a puro mapa aleatorio y eventos que pueden ayudarnos o perjudicarnos dependiendo de la suerte que tengamos ese día. Mentiría si dijera que no es un concepto interesante: un simulador de banda criminal con añadidos aleatorios para hacer la experiencia más dinámica; mientras que el juego es lo suficientemente adictivo para justificar terminar una campaña por completo, creo que su planteamiento como roguelite se desinfla a poco que hayamos avanzado más o menos por la mitad de la partida.

El jefe de la banda, un tipo duro llamado Baker (interpretado por Michael Madsen) es el enlace que tenemos con este género que ha proliferado durante la última década. Si Baker muere, tendremos que empezar la partida desde cero. Esto no supondría un problema si las campañas fueran realmente largas y un pequeño error, ya sea del propio juego o nuestro, puede estropear completamente nuestros planes.

Si el jefe muere, acaba la partida

En ese aspecto, el desafío que propone Crime Boss es digno de admirar, pero al mismo tiempo, creo que es un error en sí mismo poner la zancadilla a un modo que, con un par de variaciones o formas de avanzar nuestro progreso, una vez perdida la partida lo arreglarían bastante. Sin embargo, esto no significa que no contemos con mejoras permanentes entre juego y juego; cada vez que subamos de nivel a nuestro jefe podemos elegir una de tres cartas que otorgarán una ventaja única y permanente, tanto a nuestro personaje principal como a los secuaces que tenemos a nuestro alcance, todos ellos interpretados por estrellas de los 90 como Kim Basinger, Mickey Rooker, Danny Glover o, en el papel de antagonista principal, el ya eternamente memeficado Chuck Norris en un papel un tanto extraño como sheriff (que da la sensación de que el pobre hombre no sabía ni lo que estaba leyendo).

A lo que voy, parece que todo lo que rodea a Crime Boss es una versión inferior de PayDay, y considerando que PayDay 3 está al caer, eso es un logro en sí mismo. Dado ese lapso, se puede entender por qué suena como una gran idea tener un reemplazo para PayDay: los juegos cooperativos PvE están teniendo un gran resurgimiento, y PayDay tiene objetivos claros (robar cosas), pero también situaciones emergentes en un mapa compacto. Teóricamente esto debería funcionar, y en el caso de Crime Boss, realmente lo hace, al menos al principio. Si has jugado a PayDay o incluso has visto una partida, reconocerás muchas de las cosas que suceden aquí.

 Levantando un imperio criminal

Lo que principalmente haces en el juego es cometer crímenes, entregados en pequeñas instancias independientes. Robar un banco, robar un camión blindado, robar una joyería, robar un almacén lleno de drogas, lo típico que podéis esperar de este tipo de juegos, vaya. Lo haces en equipos de cuatro personas, y cada personaje tiene habilidades diferentes. El objetivo es escapar con la mayor cantidad de botín posible, con un mínimo necesario para ganar el nivel. En el transcurso de esto, tendrás la oportunidad de actuar con sigilo, atar civiles con bridas, abrir cajas fuertes con un taladro que lleva mucho tiempo y enfrentarte en largos tiroteos con escuadrones de policía cada vez más resistentes.

Estos crímenes se presentan en tres contextos diferentes. El primero es Crime Time, que es un modo de juego rápido cuando quieres sumergirte y hacer algunos atracos solo o en cooperativo con algunos amigos. Hay un mapa de Rockay City donde los robos y los atracos aparecen cada pocos segundos, pero también puedes aceptar un contrato, que cuesta dinero, pero tiene mayores ganancias. Algunos de los contratos más complejos deben desbloquearse en la campaña principal, y si quieres compañeros de equipo mejores que los genéricos de baja calidad, se desbloquean en Urban Legends.

Urban Legends es la excusa perfecta para jugar con amigos

Urban Legends es una serie de mini-campañas, en las que tienes que jugar tres niveles seguidos conectados por una historia suelta. Una de las primeras es atacar a la banda de Vanilla Ice, robarle drogas y luego ser traicionado ante la policía. Si fallas un nivel en Urban Legends, debes comenzar desde el principio. Este modo probablemente es el más divertido porque tiene un mayor sentido de propósito y apuestas más altas de inmediato, además de ser completamente cooperativo y es una de las pocas excusas para jugar lo que se acerca a una campaña real con un compañero de armas.

Roguelite o la campaña de Baker es el modo para un solo jugador en el que juegas como Baker tratando de tomar el control de la ciudad titular de Florida, algo así como Los Santos en el universo GTA para California.

Esto implica estudiar un mapa de la ciudad dividido en territorios y tomar acciones diarias para ganar dinero, que será uno de tus niveles de atraco, o tomar territorio de un líder de una pandilla rival, lo que será un enfrentamiento instanciado que puede o no culminar en un jefe final para dominar el territorio. Entre estas acciones, verás escenas cortas donde los actores titulares harán un poco sus cosas para intentar venderte que realmente estás protagonizando una película de los 90 sobre el crimen organizado.

 Buenas ideas, mala ejecución

Todo este sistema de banda criminal tiene buenas ideas. Por ejemplo, terminas con diferentes cosas en un alijo, que puedes vender cuando el mercado esté alto para obtener una inyección de efectivo. Además de contratar nuevos matones, mejorar el ejército de la banda (aunque me hubiera gustado alguna opción de personalización en este aspecto) e incluso mejorar el despacho de Baker haciéndolo más presentable, o llegar a comprar un edificio entero para tener vistas a toda la ciudad, algo digno de un rey.

La principal ventaja de jugar en cooperativo es que al menos no perderás específicamente debido a la inteligencia artificial. Tomar rehenes no parece hacer nada en realidad en caso de que aparezca la policía, e incluso el daño que nuestros compañeros robots hacen a los enemigos es irrisorio, pero si estás jugando con bots, es probable que esos malditos ni siquiera recojan el botín, y tienes que arrojarles bolsas como si estuvieras cargando a una mula. Estos pequeños errores durante las partidas hacen que sea mucho más fácil cargar una misión con un único personaje y hacer todo el trabajo sucio tú mismo, ya que la reacción ante las cosas que ocurren por parte de la IA es prácticamente nula, aunque a veces parecen funcionar con rapidez. Es una lotería, sinceramente.

 Conclusiones

En definitiva, Crime Boss Rockay City es un juego con ideas muy frescas y que podrían crear su propio género, pero por desgracia, su propia ambición a la hora de atraer jugadores usando caras conocidas en décadas pasadas han dejado al juego un tanto abandonado donde deberían importar los esfuerzos. En realidad, no culpo a los desarrolladores por nada de esto, porque uno podría imaginar que una parte no despreciable del presupuesto de Crime Boss se gastó, por alguien en un nivel jerárquico superior, en contratar a actores envejecidos que solo entienden vagamente lo que se supone que deben hacer. Llegando a ser, con diferencia, lo peor de Crime Boss. Excepto Danny Trejo, que siempre lo da todo en cada una de las escenas en las que aparece.