AnálisisPC

Clash: Artifacts of Chaos – Análisis PC

Un mundo tribal con una sola ley

No recuerdo si fue por una demo de prueba o lo alquilé en un videoclub, pero tengo recuerdos borrosos de haber jugado Zeno Clash 2, un brawler en primera persona, muy obtuso y que tenía un diseño artístico de otro planeta. De describirlo, y si perdonáis mi francés, diría que es un juego raro de cojones. Los creadores de la saga, ACE Team, han sacado recientemente Clash: Artifacts of Chaos, una especie de spin-off que comparte universo (no continuidad) con los Zeno Clash. Tiene unas cuantas cosas diferentes, como que ahora es en tercera persona, pero por si quedaba dudas, mantiene el espíritu de querer ser un perro verde en el mercado de videojuegos.

Por hacer los primeros trazos, analizamos un brawler 3D en el que exploraremos y haremos múltiples combates de arena en mapeados estilo souls-like, en donde los atajos dan una sensación de interconexión y amplitud para lo que sería en realidad un juego más bien pasillero, aunque con diferentes opciones de ruta y dos modos de enfrentarse a los niveles.

Clash: Artifacts of Chaos cuenta el viaje predestinado de Pseudo, un sarcástico ermitaño entrenado en diversas artes marciales, y el Muchacho, un pequeño e indefenso mochuelo que adoptamos al instante. En Zenozoik, el mundo tribal que habitan, es tan hostil como único en sus especies, ya sean animales salvajes o criaturas humanoides. Lo único que separa a seres (más o menos) pensantes de la fauna es si son capaces de seguir el Ritual, justo antes de partirse los dientes. Y en cuanto a partir dientes, la líder de estas tierras, Géminis, quiere echarle el guante al Muchacho por poseer un extraño poder, capaz de curar y maldecir. Por suerte para la bola de plumas, Pseudo va a desafiar a ella y sus secuaces todas las veces necesarias.

Esta es de serie una premisa interesante en la que seguiremos a figuras de protector y protegido cuando todo el mundo es el enemigo. Seguro que se os viene a la mente más de un ejemplo de otros juegos, pero curiosamente no hay unos lazos tan claros de padre-hijo, sino más bien de hermandad o simplemente amistad. Coges cariño a Pseudo y el Muchacho en poco tiempo.

La residencia de Géminic, la primera puerta
Adelanto que las imágenes, comprimidas para que la entrada no tarde mil años en cargar, no hacen ni la mitad de justicia a la vista en movimiento del juego

Zenozoik tiene un diseño stonepunk, esto es, un lugar ficticio que equivaldría a la revolución de las herramientas hechas con minerales de la edad prehistórica. Los seres que habitan los lugares no suelen estar asentados en un sitio fijo y dada sus costumbres, parecen reflejar una cultura de tribus totalmente original. Y hablando de originales, estoy seguro de que a poco de haber visto el tráiler o una imagen, notarás el peculiar diseño del brawler.

La marca de la casa de ACE Team es aspirar a diseños artísticos que quiten el hipo. A parte del mencionado Zeno Clash, la serie Rock of Ages o el más reciente The Eternal Cylinder son ejemplos vivientes del ansia innovadora del equipo chileno. Y debo decir, sus obras no dejan indiferente a nadie. Clash: Artifacts of Chaos tiene unos gráficos potentísimos, un buen rendimiento general en PC y apenas me topé un par de bugs que se solventan fácilmente, pero lo que más llama es que se ha creado utilizando una técnica de dibujo/animación llamada hatching.

Los trazos dan un relieve que parece sacado de un cuadro

Usando Stylized Rendering de Unreal Engine, el juego añade varios trazos, finos y ligeros, tanto en paralelo como en perpendicular (en este caso se llama crosshatching) a sus modelos. De este modo, se consiguen escenarios y personajes que parecen sacados de un cómic, pero al estar ya en 3D, se acentúa todavía más las sombras y texturas del juego. Si a esto se suma un mundo bizarro, temas musicales entre ambientales y estrafalarios, y lo más importante, que no se da apenas contexto al inicio, Clash: Artifacts of Chaos posee un aura mística a su alrededor.

Como jugadores, además de luchar contra rivales, también tenemos que luchar con el propio videojuego para sacarle sentido al trasfondo de la historia y hasta a sus mecánicas. Que lo mejor de todo es que tienen mucha coherencia, pero eso, hay que echarle algo de empeño para situarse. Esto es muy importante porque la otra cosa que tendría Clash con un Darks Souls es que tarda unas horas en hacer clic contigo, y por aclarar este clic, me refiero al momento en el que como jugadores entendemos el idioma que habla el juego y extraemos qué quiere de nosotros/as.

Después de elegir uno de tres posibles estilos de pelea, sacamos en claro que el modo predilecto de comunicación de Clash: Artifacts of Chaos es a través de los puños. Como brawler, no tendremos una rama tan amplia de ataques como la de un Sifu, ni tampoco tan acumulativa, pues tenemos dos estilos de lucha que afectan al combo normal de ataques y hasta tres ranuras para ataques especiales. Aún así, tiene variedad suficiente para montar diferentes modos de combate, además que es una pasada ir reuniendo estas técnicas a base de explorar bien los lugares.

Tiene elementos ligeros de ARPG

Por lo general los combates requieren de cierta habilidad, y dependiendo de los enemigos he visto como no hay un plan mejor que ir probando estrategias hasta encontrar una con la que estés a gusto. Recuerdo que estuve avanzando mucho por una ruta hasta que me topé contra un guardián claramente mucho más fuerte. Estuve empeñado en que debía derrotarlo, hasta que di media vuelta y descubrí que tenía más opciones por las que avanzar y hacerme más fuerte. No solo subiendo niveles, sino experimentando con otros enemigos más parejos a mis habilidades como jugador.

Por este nuevo camino también pude hacerme con más dados, artefactos y utensilios para facilitar mi victoria en el Ritual. Se trata de un minijuego preambular basado en dados. Quien consiga la mejor tirada usando todo sus utensilios a mano, podrá darle un penalti al rival (o a veces una mejora al ganador). Tiene un poco de factor suerte y bastante planificación, pero sobre todo, da un toque folclórico muy especial que encaja con el mundo de Zenozoik. También es un punto central de la historia, porque Géminis tiene el artefacto más roto del lugar, y sumada a su peligrosa arma, por eso es la mandamás.

Elige el artefacto, juego tus dados y dale la vuelta al tablero

Dentro y fuera del combate, Clash: Artifacts of Chaos se las apaña para que las zonas nunca se sientan repetitivas y haya algo nuevo, sea explorar para encontrar objetos, algunas peleas extra o descubrir que ciertos combates importantes tienen fases diferentes según ciertas acciones que hagamos. Son estos los detalles que hacen que el mundo se sienta tan vibrante e incite a que miremos cada rincón sin muchos problemas. Es una ayuda para un juego que hace una gran labor para tapar su repetitividad.

No tardaremos en ver que los enemigos se repiten, pero es parte del encanto porque van combinando sus apariciones con las de otros en combates de uno contra dos, tres, cuatro, etc., y en ocasiones sumando algunos combos extra a su repertorio de ataques. Esta suele ser la forma que tiene Clash: Artifacts of Chaos de darle candela a las peleas. Además, en ocasiones podremos espiarles para escuchar qué deseos tienen y por qué cada uno quiere pelear, sea por una vendetta personal o porque quieren la recompensa de atrapar al Muchacho.

El bicho azul es el que más se me suele atragantar

Y no solo esto, sino que podemos hacer cada zona dos veces gracias al sistema de día y noche, en la que esta última sirve de fase extra. Hay algo que me guardé decir hasta ahora, pero Pseudo es en realidad una marioneta de madera, e incluso podemos encontrar piezas intercambiables para su cabeza, torso, brazos y piernas con diferentes estadísticas y estilos visuales. Durante las noches no tenemos al Muchacho y la marioneta no habla. De hecho, nadie habla. Hay un cambio brutal en las horas nocturnas, donde los niveles se cobran un cariz bastante siniestro, y también es la única manera de atravesar zarzas, una barreras para el cuerpo de carne de Pseudo, y que limitan rutas principales, pero sobre todo están para salvaguardar tesoros opcionales.

Los cuerpos de madera son más frágiles, pero también más duros, haciendo que los combates por la noche sean incluso más tensos de que de buena mañana

Ha surgido un magnífico brawler 3D gracias al trabajo de ACE Team y Nacon. Es curioso que este tipo de juegos, cuando normalmente vierten su peso a nivel mecánico, haya recibido tanto mimo en su estética y construcción de mundo. Me he quedado prendado de su diseño de niveles y del estilo artístico tan peculiar.

No quiero que suene a crítica con inquina, pero el sistema de combate me resulta demasiado firme, quiero decir, que no tiene la flexibilidad de otros títulos para dar momentos estelares que se te queden grabados. Esto causa que las peleas no sean tan dinámicas. Pero igualmente, un buen rango de rivales y jefes que son duros de pelar, dejan un listón bien alto.

Si rellenamos una barra lo suficiente, pasamos a un combate en primera persona reminiscente de los Zeno Clash. ¡Golpea duro y sacarás un remate animado bien chulo!

Aunque en las tres primeras horas algo pasillero, después de visitar la ciudad que sirve de punto de interconexión, Clash: Artifacts of Chaos saca pecho dando una buena variedad de rutas y atajos. Los escenarios no son especialmente grandes, pero el equipo logra dar una sensación de profundidad excelente, en buena parte al estilo artístico de renderizado (hatching).

Este título también reparte escenas entre Pseudo y el Muchacho muy bonitas en contraposición a un mundo salvaje que el fuerte prevalece ante el débil. El cast de voces es una auténtica maravilla, dando aún más personalidad a los personajes.

Clash: Artifacts of Chaos

Puntuación Final - 8.5

8.5

Recomendado

Un gran juego que camufla su acción tradicional y mapeado souls-like con capas únicas de diseño artístico que no pueden pertenecer a este planeta. Si la única interacción es a través de la violencia, que sea una experiencia memorable como en este spin-off de los Zeno Clash con derroche de estilo.

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Daniel "Fullbull" Rubio

No me pidas mucho para los textos, que solo hice el bachiller de ciencias. En esta vida me gustan tres cosas: cerebro, videojuegos y carlinos.
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