Candle: The Power of The Flame – Análisis PS4

Me gustan los retos especialmente difíciles, supongo que por una especie de fijación masoquista que anda muy bien insertada en mí o algo por el estilo. ¿A qué viene esta declaración tan extraña sobre mis gustos? Porque el juego que voy a analizar es un juego de puzles de lo más mono… y desafiante. Candle: The Power of the Flame es un juego que me ha hecho sudar la gota gorda (de manera mental) con algunos de sus puzles, y no voy a mentir, lo he disfrutado.

Así que sin más demora, coged la mano de nuestro protagonista Teku (la mano que tiene normal, no la que es una vela) y vamos a sumergirnos en este título español con una apuesta artística de lo más curiosa.

El cuento de Teku

La historia que empezará narrándonos el gran Pepe Mediavilla (que en paz descanse) nos recordará a cómo comienzan algunos cuentos o historias más orientadas para niños, sumergiéndonos en un pintoresco y mágico mundo con seres muy cucos y únicos.

Tras narrarnos la historia del mundo en general y de cómo se ha llegado a la guerra entras las tribus del mundo, comenzaremos la historia de nuestro protagonista Teku, el cual despertará con su aldea en llamas y descubrirá que esta ha sido atacada por la tribu enemiga que además ha secuestrado al chamán de su aldea. Siendo nuestro cuco personaje una luz guía, su deber es estar al lado del chamán, por lo que comenzará un viaje en busca de este para rescatarlo de manos enemigas (o garras en este caso).

Durante dicho viaje la voz dorada de Pepe Mediavilla nos irá guiando por la historia, traduciéndonos lo que algunos personajes nos digan en su idioma inventado, señalando lo que Teku ve e incluso dándonos pistas cuando nos quedemos atrancados durante demasiado rato.

Preparaos para un viaje difícil pero lleno de encanto y belleza.

La clave está en la llama

Esta frase que parece sacada de otro juego de corte más oscuro se ajusta a la perfección al título de Teku Studios. Una de las mecánicas principales será buscar una llama con la que prender la vela de una de nuestras manos, con la cual podremos hacer una gran cantidad de cosas, desde resolver algunos de los puzles hasta ahuyentar a las criaturas salvajes (las cuales te habrán comido un par de veces antes). Por lo que podemos decir que la llama es nuestra mejor baza a la hora de afrontar el cuco y hostil mundo que se nos presenta en el juego.

Pero dejemos el tema vela y llama y vayamos al otro punto jugable, los puzles. Dejemos claro una cosa, Candle es un título con retos realmente complicados, alcanzando una dificultad que llega a ser frustrante y la cual puedes tomar como un desafío para superarte o como la maquinación malvada de los creadores del juego para reírse de ti. Las horas desaparecerán mientras intentamos resolver estos puzles, así que si eres fácil de frustrar quizás deberías buscar otro título.

Además tenemos unos controles muy sencillos y que por lo tanto son intuitivos y nos permiten centrarnos en la resolución de los obstáculos más que en tener que hacer virguerías con los controles. Podemos correr, saltar e interaccionar con objetos y usar los que tenemos en nuestro inventario. Todo esto después servirá para esa resolución de puzles que llevo mencionando desde el principio, como por ejemplo, usando una jarra para recolectar un material que necesitamos o saltando sobre una tabla de madera para hundirla y que cierto objeto caiga.

Una vez os hagáis a los controles, que al principio resultan un poco toscos, tendréis que acostumbraros al nivel de detalle tan absurdo que hay en este título. Y cuando digo absurdo me refiero a que muchas veces necesitaréis un elemento concreto del escenario que no sabréis identificar entre tanta cosa.

Y ojo con los enemigos, estos no se andarán con chiquitas al vernos y acabarán con nosotros en cuanto aparezcamos delante de sus ojos. Para evitarlos tendremos que hallar rutas alternativas o pasar de puntillas a su lado mientras duermen (el mejor sistema de sigilo de la historia). Y recordad, todo es susceptible de asesinaros en este juego, no os fiéis de sus aspectos monos y adorables.

La belleza de la acuarela

Uno de los puntos que más hace destacar a este Candle es sin duda alguna su cuidadísimo apartado artístico, regalándonos uno de los juegos más bonitos a los que he podido jugar últimamente. Cada elemento, cada capa de lo que estamos viendo, desde el fondo hasta los personajes, han sido dibujados a mano por separado y escaneado posteriormente para dejarlo en digital y convertirlo en lo que vemos en pantalla. Y el resultado no podría ser mejor, logrando una estética de dibujo hecho con acuarela Candle nos deleitará con sus hermosos escenarios, sus entrañables personajes y su diseño de niveles.

Por desgracia este apartado visual tan sobresaliente no está acompañado por una banda sonora igual de memorable. No estoy diciendo que sea mala, es solo que tras este despliegue artístico que entra por nuestros ojos el hecho de que algo de ese mismo nivel no entre por nuestros oídos deja que desear. Aunque debo señalar que han logrado dotar de cierta personalidad a cada canción, al asignarla a un tipo de personaje concreto o a una zona en la que estamos en ese momento. Y creedme que al final algunas de esas canciones quedarán grabadas en vuestra cabeza porque vais a pasar horas escuchándolas mientras intentáis descifrar el último acertijo que este título os haya lanzado.

El poder de Candle

Teku Studios ha puesto una cantidad enorme de tiempo y esfuerzo en este juego y hay que agradecérselo, ya no solo por darnos una experiencia tan preciosa como esta, si no que además han sabido acompañar la hermosura general del título con una serie de retos que te hacían pararte y pensar durante largos ratos, e incluso dejar la consola para despejarte y volver con las pilas cargadas dispuesto a resolverlo todo. Una experiencia recomendable a los amantes de los puzles que encontrarán horas de entrenamiento con las aventuras de Teku en busca de su chamán.