De vez en cuando tengo recuerdos de jugar con mi grupo de amigos en un salón, gritándonos por robarnos estrellas en Mario Party o diciendo que no vale quedarse volando en el aire con Kirby en Super Smash Bros. Ultimate. Los party games siempre han sido un género que me encanta, porque me permite implementar mi hobby favorito a las reuniones sociales. Incluso gente que apenas ha jugado a nada se lo puede pasar genial bailando al ritmo de la noche en Just Dance. Y aunque hoy en día este género ha sido posiblemente el más afectado por la crisis del COVID, aún sigue llegando nuevas propuestas. En este caso, me refiero a Cake Bash.
Cake Bash es un frenético party game que mezcla un diseño encantador, unos minijuegos intuitivos y divertidos y un sistema de puntuación simple. A primera vista podría parecer que tiene todos los factores necesarios para ser un título sólido pero, ¿cómo aguanta en un contexto donde no se le puede sacar su mayor potencial?
El pastel más apetitoso del mundo
¿Quién no ha tenido el impulso mientras estaba en el sofá mirando una serie y tomando un café de bajarse a la bollería de la esquina a comprarse algo para rematar la mañana? Ahora bien, no quieres cualquier pastel, quieres ese que te cause un flechazo a primera vista. Aquí entra el “argumento” de Cake Bash. Nosotros somos un pastel, y nuestro objetivo es conseguir los toppings adecuados para ser el pastelito más irresistible posible y que nos elijan para ser devorados.
Para ello, nos enfrentaremos hasta a otros 3 pasteles en diversos minijuegos, que van desde romper galletas de la fortuna, a recoger bolas de helado o incluso hacer malvaviscos en una hoguera. Cuanto mejor lo hagamos, más monedas conseguiremos, que nos servirán para comprar los decorados que permitirán que ganemos la partida.
A la hora de como se desarrolla una partida, se resume de forma muy sencilla: primero se elige el minijuego a votación, luego vienen los golpes e insultos, y por último pasamos a la tienda a comprar. Después de hacerlo en numerosas ocasiones, la partida terminará y ganará el pastel más apetecible del lugar. Esto provoca que las partidas de Cake Bash sean mucho más cortas de lo que estamos acostumbrados en otros títulos del género, y que por consiguiente sean más amenas y dinámicas.

Aunque es verdad que esta simpleza le da una de sus mayores cualidades, también es un pequeño punto en contra. Solo podremos jugar a este modo “historia” o a minijuegos de forma individual. No hay ningún otro modo de juego para disfrutar, por lo que las partidas puedes llegar a cansar rápidamente si se juega de una manera intensiva. En este sentido, se echa en falta modos de juegos alternativos, aunque usarán los propios minijuegos como mecánica.
La hora de las tortas
Obviamente si hablamos de un juego que basa toda su experiencia en torno a unos minijuegos, hay que hablar de como funcionan estos. Y la verdad es que lo hacen de maravilla. Dentro de Cake Bash podemos encontrar una gran cantidad de minijuegos que son simple y llanamente divertidos. En casi todos ellos compartimos el mismo esquema de controles: nos podemos mover, pegar tortas, cargar un golpe y coger objetos para lanzar o golpear al rival.
Lo que suele dar variedad a este sistema es el objetivo de los minijuegos: desde recoger la mayor cantidad de virutas, a esquivar peligrosos obstáculos hasta ser el último en pie, todos ellos tienen algo diferente. Además, gracias a que cada escenario cuenta con una mecánica diferente (la cocina tiene un hornillo que se enciende, la playa tiene cangrejos ermitaños que podemos lanzar al resto, etc…), esta sensación se potencia.
Aún así, Cake Bash también arroja a estos minijuegos otros donde cambia completamente el sistema de control, ofreciendo una variedad que le viene muy bien para compensar la falta de sus modos de juego. Esto junto con el sistema de votaciones para elegir entre dos opciones diferentes ayuda mucho a que el jugador no sienta que esta jugando constantemente al mismo minijuego con una pequeña variación.
En definitiva, Cake Bash ofrece una experiencia divertida y amena que funciona muy bien como party game, dando la mayor variedad posible a sus minijuegos mientras que mantiene los esquemas de control sencillos.
El contexto es un factor más
Quizás este tema es un poco más controvertido, pero el contexto en el que ha llegado Cake Bash posiblemente haya sido de los peores posibles. Aunque nos gustaría que la crisis que ahora mismo sufre todo el mundo no afectara a nuestro hobby favorito, lo hace, y esta es una de las ocasiones.
Cake Bash es un frenético party game que mezcla un diseño encantador, unos minijuegos intuitivos y divertidos y un sistema de puntuación simple
El propio género de los party games esta diseñado para disfrutarlo junto con tus amistades en un sofá. Todos ellos suelen perder bastante gracia cuando pasamos al aspecto del single-player, y por desgracia Cake Bash entra en esta categoría. La inteligencia artificial del juego está bastante bien construida y es todo un desafío, por lo que sirve tanto para enfrentarse a ella como para que rellene los huecos que faltan cuando juguemos con alguien.
Ahora bien, jugar contra la CPU hará que la mayoría de la esencia del juego se pierda. Y aunque en teoría el título cuenta con un modo online para compensar este hecho, termina siendo una función casi inservible. Lo que quiero decir con esto es que, ya sea debido al propio juego o a los servidores de Nintendo, jugar a este título en multijugador puede ser una pesadilla. Caídas constantes, algunos segundos de lag, imposibilidad de reconectarse a una partida… Todos estos factores juntos hacen que la alternativa de jugar con tus amigos, o incluso desconocidos, a través de Internet sea una experiencia casi peor que el modo un jugador contra la máquina.

Y aunque este hecho es uno que en un futuro, con suerte cercano, dejará de existir, actualmente es el principal punto negativo de Cake Bash, y que provoca si realmente merece la pena en el contexto actual.
Conclusión
Para que quede claro, me ha gustado mucho Cake Bash. Sus minijuegos son divertidos, sus partidas dinámicas, su arte adorable y en general es una gran experiencia. Pero por desgracia, incluso con todo estos factores sigue siendo un título que es casi imposible de recomendar tal y como nos toca vivir hoy en día.
Si vives con la suficiente gente para que este juego merezca la pena, no puedo hacer otra cosa si no que animarte a que lo pruebes y pases un gran rato mientras tu apetito se agranda. Pero si no, quizás sería mejor que recordarás que este juego existe hasta que podamos volver a una vida más o menos normal y disfrutarlo en sus mejores condiciones. Al final, Cake Bash termina siendo un gran producto lanzado en el peor momento posible.
Cake Bash
Puntuación Final - 7.5
7.5
Recomendado
Un divertido party game con unas reglas sencillas para que todo el mundo lo disfrute rápidamente. Por desgracia, su experiencia termina siendo vacía por culpa de las circunstancias.