Bury me, my Love (o Entiérrame mi amor en castellano) es una experiencia que no podría haber sido comprendida hace, pongamos, diez años por dos factores fundamentales: su jugabilidad y la historia que nos cuenta. Este hecho es indicativo de que el medio está cambiando, de que hay sitio para esta clase de experiencias. Dudo que nadie se divierta con Bury me, my Love, pues no es su objetivo en absoluto: Florent Maurin (cogiendo más ingredientes de su formación periodística que de diseñador de videojuegos) busca informar, concienciar y enfrentarnos al drama de los refugiados, una realidad de nuestro tiempo tremendamente incómoda de escuchar.
Bury me, my Love fue concebida como una experiencia para títulos móviles en un principio no de forma casual, sino como un recurso fundamental para enriquecer el mensaje y las emociones que se nos quieren transmitir. Pero claro, como Nintendo Switch es el hogar de los indies este título no podía quedarse fuera, ¿verdad? Pues mucho me temo que este no es el lugar indicado para este juego. En su conversión a la híbrida de Nintendo Bury me, my Love ha perdido gran parte de la fuerza que caracterizaba a su versión original por una serie de decisiones de diseño que expondré más adelante y que la convierten en una versión irremediablemente peor que la original.
La mensajería instantánea es el motor de la experiencia
Bury me, my Love cuenta con dos protagonistas: Nour y Majd. Nour es una joven doctora, Majd es profesor y están felizmente casados, pero viven en Siria, una de las zonas más conflictivas de la actualidad, y cuyos conflictos bélicos han avocado a más de 10 millones de personas al exilio. En absoluto vengo a dar lecciones de historia o moralidad, pues antes de enfrentarme a esta obra sabría más o menos lo mismo de la situación de Siria que vosotros.

Si no lo sabías antes de jugar a Bury me, my Love, es uno de los primeros mensajes que sacarás de este título: esta gente no se va de su país por gusto, ni pasa todas las penurias que pasan en su camino hacia una oportunidad en Europa por gusto, sino por una simple cuestión de supervivencia. Es el primer ejercicio de empatía que tenemos que hacer con Nour y Majd si queremos entender la magnitud de lo que se nos está contando.
En Bury me, my Love «manejaremos» el teléfono móvil de Majd. Nuestro objetivo será acompañar mediante mensajes de móvil tipo Whastapp a Nour en su viaje desde Siria hasta Alemania. Con el equivalente a 2700 euros deberá recorrer esa peligrosa travesía y nosotros deberemos apoyarle y ayudarle a tomar las decisiones acertadas para que llegue al final de su viaje sana y salva. Sin embargo, con la poca información que nos puede transmitir Nour, ¿seremos capaces de asumir las consecuencias de nuestras decisiones? La jugabilidad del título se ve así limitada no a una conversación libre con Nour, sino a cada pocas frases que recibamos de ella, poder responder eligiendo entre dos opciones de diálogo diferente; en ocasiones también podremos recurrir a algún emoji o mandar una foto de Majd, pero esa es toda la jugabilidad del título. Entiérrame, mi amor cuenta con más de 110.000 palabras y 19 finales para relatarnos el viaje de Nou. Como podéis adivinar, la mayor parte de esos finales no acaban precisamente bien para nuestra protagonista.

Cuando acaba la aventura para Nour el juego nos da la opción de volver a intentarlo escogiendo otras opciones, ya que es un título con una alta rejugabilidad… aunque hubiera sido de agradecer una opción para retomar en un punto concreto del viaje, pues siempre que acaba la aventura solo tendremos la opción de empezarla desde el principio, pudiendo ser algo tedioso repetir la parte inicial. Una de las posibilidades más interesantes del juego es la de acceder a un mapa que nos indica la posición de Nour en cada momento. Este mapa sirve no solo para hacernos partícipes de la mastodóntica tarea que supone huir de Siria, sino también para incluir información interesante sobre todas las ciudades, poblados y campamentos que visita Nour, aportando un valor didáctico que valoro enormemente en propuestas de este tipo.
La personalidad de los protagonistas, las bromas cómplices que comparten, la excesiva normalidad con la que viven hechos terribles para alguien que vive ajeno a esa clase de conflictos… los diálogos de Bury me, my Love, así como su representación de las dificultades que tienen que pasar los refugiados en su lucha por sobrevivir, quedan perfectamente representados gracias al buen hacer periodístico de su creador (y cabeza visible de The Pixel Hunt, el estudio que lo ha desarrollado), Florent Maurin. La historia de Bury me, my Love no es puramente biográfica ya que, como explicaba el propio Maurin, si contara la historia de un solo individuo, ¿qué margen le quedaba al jugador para elegir?
Lo que ha hecho es entrevistar a un gran número de personas que han pasado por esta situación, además de con la principal fuente de inspiración para el argumento del juego: Lucie Soullier, la reportera del diario francés Le Monde, que recogió en sus páginas la historia de Dana, una refugiada Siria que actualmente vive en Francia. La propia Dana se encargaba de supervisar que las situaciones planteadas en el juego se acercaran lo más posible a la experiencia real de estas personas.
La importancia de entender la esencia del producto a portar
Una vez expuesta la base jugable del título, analicemos cómo desarrolla esta premisa la versión de móviles para después poder compararla con el port que nos ocupa: bajo esta premisa nuestro propio teléfono móvil se convertía en una ventana de WhatsApp con la que comunicarnos con Nour. Si Nour nos dice que no puede hablar en ese momento porque está oyendo disparos, no recibiremos más mensajes suyos hasta pasadas unas horas incluso. Bury me, my Love en su versión para móviles cuenta con un reloj interno que permite hacer avanzar la historia en tiempo real (y a otras diferentes velocidades), haciendo que podamos llegar a esperar horas antes de volver a saber de Nour; convierte la espera por saber qué ha sido de nuestra esposa en parte de la jugabilidad.
La herida mortal a este port es la eliminación de esos tiempos de espera entre conversación y conversación.
El juego en esta versión permitía cambiar la velocidad a la que pasaba el tiempo para adaptarlo a nuestras necesidades: podía transcurrir en tiempo real o más rápido a través de un selector. Es un elemento con un valor incalculable para la implicación con la que experimentamos la obra. «Quizás no debería haber animado a Nour a cruzar por aquella zona. ¿Le habrá pasado algo por mi culpa?» o «¿Por qué ha hecho eso? Si hubiera estado con ella esto no hubiera pasado» son algunos de los pensamientos que cruzarán por nuestra mente, y que se potenciarán mientras esperamos a que Nour nos diga que está bien.
Una premisa jugable que, aunque evidentemente limitada, casa perfectamente con la temática y con el argumento del título. Veamos ahora que se ha hecho en este port para Nintendo Switch: para empezar, la interfaz de la conversación de WhatsApp con Nour en ningún momento ocupará toda la pantalla, habiendo siempre de fondo alguna de las fotos que hayamos recibido de Nour y restando realismo a la situación. Pero sin duda la herida mortal a este port es la eliminación de esos tiempos de espera entre conversación y conversación. Ahora el juego no transcurre en tiempo real, sino que se suceden las conversaciones una seguida de la otra.

Si Nour nos emplaza a esperar unas horas antes de que pueda volver a ponerse en contacto con nosotros, ahora el título avanza de forma instantánea hasta el día siguiente o cuando toque para «disfrutar» de la experiencia todo seguido. Esta simple decisión convierte a Bury me, my Love para Nintendo Switch en una visual novel con un mensaje potente, pero con una ejecución pobre.
Bury me, my Love, como podéis suponer, no es un título que busque impresionar a nivel técnico. Su apartado gráfico recrea muy bien la interfaz de una app de mensajería instantánea y los dibujos que recrean los selfies de los protagonistas tienen un estilo muy característico; a nivel sonoro lo que mayor veces escucharemos será la campanita al recibir mensajes, habiendo muy pocas partes con una melodía como tal. Cabe destacar el buen doblaje al castellano presente en los audios que en ocasiones recibiremos de Nour.
Conclusiones
No creo que pueda aportar más de lo que Florent Maurin, Lucie Sopullier y Dana han hecho acerca de la crudeza de este conflicto, pero sí que debo agradecerles haber creado esta obra para que todo aquel que quiera ver esta cara del mundo pueda hacerlo de la forma más accesible posible. Una experiencia que consigue que empaticemos como ninguna otra con la situación que experimentan estas personas… en su versión para móviles.
La versión de Nintendo Switch, por desgracia, carece de la fuerza que transmite el teléfono móvil, dispositivo que sirve como enlace emocional con la desgarradora historia que vivimos; nos conecta no solo por la interfaz, sino también por lo familiar que nos resulta esta forma de comunicación actualmente con las personas de nuestro alrededor. Bury me, my Love es una experiencia a la que no se le puede poner ninguna pega a nivel técnico o argumental, pero sí a nivel del recorte en la implantación de las mecánicas jugables con respecto a la versión para móviles. Si te atreves a escuchar la historia de Majd y Nour, hazlo a través de tu teléfono móvil si puedes.
Bury me, my Love
Puntuación Final - 6.5
6.5
Interesante
El cambio de plataforma no favorece a Bury me, my Love que, sin desmerecer el potente mensaje y loable intención de su propuesta original, en Nintendo Switch pierde ciertas características que afectan mucho a la inmersión que busca la experiencia.