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Blasphemous – Análisis PC

Un Metroidvania con un universo único en base al folclore español

Todas las palabras que se escriban sobre este juego sobran, con simplemente decir «increíble» bastaría. 

Desarrollado por el estudio español The Game Kitchen, Blasphemous crea un universo único en base al folclore español, con una estética medieval basada en la iconografía cristiana que te atrapa desde el minuto uno. Un metroidvania de acción y plataformas en 2D donde perderse rodeado de milagros, penitencias y muerte.

Muchos han apodado a Blasphemous como el Dark Souls de los metroidvania. Un nombre apropiado si nos referimos a su historia, y quizás no tanto en cuanto a dificultad y exigencia, pero este último punto lo trataremos más adelante.

De la mano de El penitente, último superviviente de una orden que deambulará por los escabrosos parajes de Orthodoxia cargando un gran casco y cumpliendo voto de silencio a modo de su propia penitencia por un mundo marcado por la religión y la adoración excesiva a lo que llaman «El Milagro». Así sus gentes se corromperán cayendo en la blasfemia y viéndose obligados a vivir en un estado de desesperación y penitencia que todos aceptarán como justo. Transformados ya en bestias por sus pecados, plantarán cara a El penitente, mientras éste busca librarse del mal que le aflige.

Blasphemous casco de el penitente

Con esta premisa, Blasphemous cogerá todo los elementos visuales de la España de la Inquisición para contar su historia, por lo que encontraremos un mundo lleno de gore donde sus creadores no se han cortado un pelo al mostrar sangre, miembros amputados y la crueldad de los dioses.

Blasphemous contará su historia con sutiles pinceladas en los escenarios, en las pequeñas conversaciones y en las leyendas de los diferentes objetos que encontraremos. Un sistema narrativo similar al de la saga Souls, que cuenta más de lo que parece siempre de forma indirecta.

Toma de los Dark Souls solo algunos elementos como la narrativa, las conexiones entre zonas de las que hablaremos más tarde y la forma en la que recogemos nuestra alma tras morir.

A todo este mundo oscuro y tétrico se une un pixel art clásico con unas animaciones fantásticas y muy pulidas propias de un proyecto triple A, que da vida a todos estos elementos religiosos. Para completar el diseño de niveles y la estética tenemos una gran banda sonora compuesta por Carlos Viola. Esta banda sonora original aúna los silencios con la música religiosa y con tintes rock al final que destaca en los momentos precisos para aumentar la sensación de épica que ya inspira la estética  y que irá aumentando su presencia conforme nos acerquemos al final del título, dejándonos con una pieza final fantástica justo al final de nuestra sangrienta aventura.

Apoyándose en solo cuatro puntos, el ataque, el esquive, el salto y el bloqueo, Blasphemous es mecánicamente bastante simple. Cuenta con controles sencillos y básicos y con un árbol de mejora bastante escueto pero que se complementa muy bien con la dificultad del título, permitiendo al jugador experimentar y buscar la forma de luchar que mejor se adecúe a sus gustos. 

Este sistema no abusa del «prueba y error» o del «aporrear botones» y se basa más en aprender los movimientos del rival y actuar en consecuencia, esquivando y atacando solo cuando toca, castigando cada fallo. Aunque requiere concentración y buenos reflejos, no es un juego especialmente exigente y permite disfrutar de peleas duras pero asequibles que rara vez son frustrantes.

Pero que no cunda el pánico, que el sistema de combate sea sencillo no le quita velocidad y agilidad al movimiento. Nuestro penitente es habilidoso como el que más y podremos saltar, hacer dashes y colgarnos de salientes al más puro estilo Dead Cells.

Durante nuestro peregrinaje encontraremos altares como puntos de guardado y salas donde mejorar nuestra espada, nuestra salud y estamina o maná, así como zonas de teletransporte para movernos por el mapa rápidamente. Además podremos encontrar zonas con personajes, siempre inspirados en seres bíblicos como un hombre que encontraremos clavado con flechas a un olivo, haciendo clara alusión a San Sebastián, que nos pedirán que les traigamos objetos y así nos contarán más sobre el mal que les aflige.

Blasphemous altar de mejora de la espada

El territorio a recorrer cuenta con numerosos atajos, zonas de conexión y trampas que dejan entrever el gran diseño de niveles con el que cuenta este metroidvania. Por ello, nos incita a la exploración y al backtracking no solo para encontrar estas conexiones sino por todas las habitaciones llenas de historias que completan el mundo y los coleccionables que son un gran incentivo para los que nos gusta completarlo todo. Cada zona está muy bien trabajada en este mapa, que aunque no es de los más extensos, es justo lo que el título necesita para contar su historia y por donde podremos movernos libremente entre plataformas y monstruos disfrutando de todo el lore a nuestro ritmo y forma.

En general, es el sistema básico que podemos encontrar en los metroidvania: controles sencillos, puntos de guardado y teletransportes, que por tanto podríamos decir que bebe de los más clásicos del género, los ya por todos conocidos Castlevania.

Además podremos equipar a nuestro penitente con numerosos objetos, todos implementados en un menú magníficamente diseñado tanto a nivel jugable como si hablamos a nivel estético, como el rosario donde añadir objetos que le darán diferentes habilidades a nuestro penitente y al que tendremos que aumentar el número de cuentas si queremos seguir avanzando. También podemos equipar a nuestra espada, el corazón de mea culpa, con objetos que aumentarán alguna habilidad pero puede ser que también tengan algún efecto secundario.

Dentro de este menú encontramos también las reliquias y los rezos. Con los rezos podremos realizar ataques especiales que consumen estamina y tienen un gran valor estratégico ya que hacen bastante daño, pero la animación para realizarla es bastante lenta y nos deja expuestos a ataques igual que pasa con las curas, botellas llenas de sangre que nos regeneran vida, pero con una animación igualmente lenta.

Blasphemous jefe la piedad

Los enemigos comunes son extremadamente interesantes pero sin duda los jefes, y sobre todo el enemigo final, se llevan la palma. Todos los bosses son diferentes y están inspirados en grandes obras renacentistas como La Piedad. Cada jefe es un desafío único y un paso más hacia el perdón que busca nuestro penitente y hacia la verdad que rodea a El Milagro.

Estamos ante uno de los mejores metroidvania que he podido jugar. Un título completo que basa su universo en una mitología que rara vez vemos, con una estética y diseños únicos que tranquilamente puedes quedarte admirando durante horas, durante muchas horas, ya que es un juego bastante largo.

Jugablemente, tiene las mecánicas clásicas de los metroidvania: unos controles sencillos que se complementan a la perfección con unos enemigos exigentes pero asequibles, con enemigos y sobre todo jefes finales únicos que quedarán para el recuerdo. Un juego indispensable para cualquier jugador, donde exploraremos un mundo único en el que deleitarse con los escenarios y tratando de hilar la historia poco a poco.

Por lo que, en conclusión y para terminar, tenemos un título magnífico, que aunque tiene algunos bugs y se echan cosas en falta, como más armas o un minimapa en pantalla, es un título increíble donde el verdadero pecado es no jugarlo.

Blasphemous

Puntuación Final - 9.5

9.5

Imprescindible

Blasphemous es todo lo que busco en un metroidvania: adictivo, con un gran diseño y un combate disfrutable. Si además a todo esto le añades una estética y un folclore único con una historia de penitencia y radicalismo religioso tenemos un juego donde perdernos durante horas.

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Ángela Tajuelo

Soy una maestra Pokémon destinada a salvar Hyrule, que ahoga sus penas en videojuegos y anime.
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