Astalon: Tears of the Earth – Análisis Switch

Un factor que muchas veces queda ensombrecido en los videojuegos es su diseño. Aunque pueda parecer que muchas veces se incide en ello, en la mayoría de casos queda oculto tras capas de epicidad y potencia gráfica, además de otros elementos. De hecho, el propio sistema de combate o el manejo de los personajes muchas veces nos hace pensar que un juego es mejor de lo que parece a simple vista.

En este caso Astalon: Tears of the Earth nos propone un juego de aspecto bastante sencillo y retro, que con unas mecánicas simples en apariencia, basa su calidad en el puro diseño, para atraparnos de manera bastante efectiva.

 El veneno en la tierra

En un futuro del año 21XX la tierra ha quedado arrasada por la guerra, para dominar los recursos que quedaban, los gobiernos del mundo lucharon por lo poco que quedaba, convirtiendo el planeta en un erial. Algún tiempo después la humanidad empieza a levantar cabeza, pero la alegría dura poco, ya que el río empieza a bajar envenenado, enfermando a gran cantidad de gente y poniendo en peligro la subsistencia de lo que queda de la Humanidad. En este contexto, tres héroes decidirán emprender una aventura que los llevará a una torre, donde se enfrentarán a un poder mucho más temible y complejo de lo que podrían imaginar.

La trama de Astalon: Tears of the Earth aunque sencilla y clásica, nos deja atisbar ciertos elementos en su presentación que, de manera bastante velada, nos adelantan una historia que es mucho más de lo que aparenta. No solo estamos hablando de salvar la pequeña aldea de los protagonistas, sino de tratos con dioses oscuros, la muerte, viajes en el tiempo y mucho más.

El elemento diferenciador de Astalon: Tears of the Earth es como nos propone a tres personajes distintos para superar sus desafíos

En este caso estamos ante la típica narrativa fragmentada de los metroidvania, que se va desarrollando en algunas fases según avanzamos. Sazonada de momentos opcionales en los descansos en la hoguera, donde a través de conversaciones podremos aprender más sobre los personajes y elementos adyacentes de la trama. Una forma de contar la historia muy interesante y bastante bien administrada, que sumada a unas conversaciones muy bien hiladas, siempre nos irán dejando con el gusto de saber un poco más de lo que está pasando.

 Tres héroes, tres opciones

En esencia el gameplay se basa en dos pilares extremadamente básicos de la industria del videojuego: atacar y saltar. Partiendo de esta base, nos encontramos ante una propuesta sencilla, como ya he comentado antes, que nos va poniendo diferentes fases con desafíos que pondrán a prueba nuestra habilidad. Además, como es típico en los metroidvania, tendremos que explorar en muchas ocasiones buscando la llave correcta para avanzar, algo que parecerá sencillo al principio, pero que según avancemos se complicará de manera notable.

El elemento diferenciador de Astalon: Tears of the Earth es como nos propone a tres personajes distintos para superarlo. Por un lado tenemos a Arias, el clásico guerrero con espada y escudo, cuya capacidad es ser efectivo en combate y abrir ciertos caminos, con bastante daño de base y mucha defensa. A este le compaña Kyuli, la clásica arquera que, aunque tiene menos defensa, nos otorga la distancia como ventaja para combatir, teniendo además un salto especial con el cual podemos llegar a sitios más altos. Y por último, pero no menos importante, tenemos a Algus, mago y guía de los otros dos, que nos permite una capacidad de ataque bastante grande al poder hacer muchos ataques seguidos (aunque por contra es más débil en principio).

El uso de estos personajes según nos convenga hace que las dinámicas de juego sean mucho más divertidas, teniendo siempre que interpretar las diferentes fases para intentar descifrar cuál será el personaje que más convenga.

Como ya han hecho algunos juegos del género, la muerte se ha convertido una mecánica más, relacionada con el avance. Por razones que no puedo contar aquí, podremos mejorar nuestros atributos cada vez que morimos, utilizando unos orbes que recogeremos al derrotar enemigos. Además, el avance conseguido se guardará, pero teniendo que empezar desde la fase de inicio, con lo que podríamos considerar esta una pequeña penalización, que nos obliga a ir con algo de ojo a la hora de gestionar nuestro HP. Junto con la mejora de nuestras características, también podremos conseguir objetos que nos otorguen ventaja o poderes, los cuales nos ayudarán en nuestra aventura; será muy importante para el éxito de nuestra partida que sepamos muy bien qué objetos elegir cada vez que morimos. No obstante, otros objetos se conseguirán durante la propia partida, dando mucha más profundidad a todo lo relacionado con los objetos y la manera de conseguirlos, incluyendo a esto tener que encontrar habitaciones secretas y mucho más.

 Básico pero bonito

La potencia grafica o la definición son elementos que normalmente hacen destacar un juego, incluso si es uno estilo pixel. En este caso, estamos ante algo bastante humilde en apariencia, con una paleta de colores muy básica y un estilo simplista, pero que a la hora de la verdad no es así ni de lejos. Astalon: Tears of the Earth hace un uso de sus recursos gráficos de una manera espectacular, dando ejemplo de lo que es sin lugar a dudas un trabajo no solo bien hecho, sino con gusto.

La banda sonora es muy variada aunque no lo parezca al principio, además de bastante coherente con el conjunto. Nunca cansa ni se hace repetitiva, sobre todo porque nos regala unos temas bastante buenos y muy del estilo de los grandes títulos de la época a la cual trata de emular.

En general Astalon: Tears of the Earth es un juego que no nos entrará por los ojos en el primer golpe de vista, una impresión errónea, ya que al poco de empezar podremos apreciar lo que de verdad vale.

 Mucho más de lo que parece

Astalon: Tears of the Earth es un juego con apariencia de tener pocas pretensiones pero que, a través de mucho trabajo y un diseño de niveles concienzudo, nos regala mucho más de lo que podríamos esperar. Hay pequeños secretos, como por ejemplo un pergamino con el que ver nuestras estadísticas de juego; regalos que continuamente nos hace el juego si somos curiosos e investigamos con ganas.

Al final nunca tienes claro si juegas por el misterio, la trama o el sistema, pero sin duda estamos ante una obra que nos atrapa de principio a fin, con pequeños toques de genialidad en su diseño y un conocimiento del género más que patente.