Hay géneros que nunca morirán. Juegos con un estilo tan clásico y querido que siempre seguirán viviendo, aunque sean en otras IPs de estudios más pequeños. Los DOOM clásicos, los Castlevania en 2D o los Monkey Island (aunque justo acabe de volver y por todo lo alto) son algunos de las franquicias que siguen viviendo hoy en día a través de sucesores espirituales creados por otros estudios.
Creo que el mayor caso de este suceso ocurre con los Zelda 2D. Una rama de la saga bastante abandonada ya por Nintendo, pero que sigue con una fuerza muy grande en el mercado indie. Los mapas abiertos llenos de detalles que descubrir, las mazmorras complejas con acertijos, las herramientas que permiten interactuar con el escenario para avanzar, todos estos elementos funcionan tan bien que hoy en día se siguen aplicando. Es el caso de Airoheart, el nuevo juego de Pixel Heart Studio de 16 bits que toma de inspiración el clásico The Legend of Zelda: A Link to the Past.
Una guerra entre dos pueblos
En definitiva las mazmorras son la mejor parte de Airoheart
Cuando pensamos en un Zelda-like solemos saltar directamente a la historia del héroe contra el villano. Un elegido contra una amenaza. Pero en Airoheart, además de adoptar esta idea, se implementa una capa más de contexto que da mucha vida a su historia: Una guerra real.
El mundo de Airoheart se caracteriza por dos pueblos: Los elmerios y los britones. Nuestro protagonista, Airoheart, es un joven hijo de estas dos regiones, encontrándose en medio del conflicto que se forma, ya que una guerra está cerca de llegar. Además el propio hermano de Airoheart, al que le consumió el camino de la venganza y el odio, está buscando las Piedras de Draoidh esparcidas por el mundo para poder someter al mundo. Nuestro objetivo, obviamente, es parar esto haciéndonos antes con estas piedras.
Todo esto sigue una estructura narrativa muy clásica del género pero con algunos puntos interesantes: El concepto de la guerra y el miedo al conflicto, las repercusiones de la guerra, las relaciones personales entre el protagonista y antagonista. Incluso vemos como Airoheart es tentado por el antiguo mago Draoidh, encerrado en las piedras que llevan su nombre, para obtener también un poder casi ilimitado.

En general Airoheart trata un montón de temas, y aunque su profundidad no sea la más profunda ni invente nada nuevo, es refrescante ver estos conceptos en un género que se suele centrar simplemente en el bien contra el mal.
De mazmorra en mazmorra y tiro porque me toca
Nos encontramos con un título que toma de referencia los elementos más clásicos del género y los pone bajo la perspectiva de un diseño más moderno, en especial con mejoras para la calidad de vida del usuario
Como cualquier otro Zelda-like, en Airoheart avanzamos en la historia a través de completar diferentes mazmorras que encontraremos por el mundo. Éstas deberán llevar un orden, ya que para poder acceder a ellas necesitaremos diferentes artefactos o instrumentos que desbloquearemos en la anterior.
Estas mazmorras están divididas en varios pisos y secciones. Normalmente deberemos buscar diferentes llaves para avanzar por las salas llenas de enemigos y pequeños puzles. todo con el fin de lograr la llave maestra para abrir la puerta que nos lleva al jefe de la mazmorra. Estos jefes suelen tener un punto débil relacionado con la herramienta que hemos desbloqueado en la misma (siempre es buena idea esconder tu kryptonita en la sala de estar de tu guarida). Aún a malas, casi siempre podremos usar la espada para lidiar con cualquier enemigo.
Pero lo importante de una mazmorra al final del día es su diseño. En esto Airoheart ha puesto bastante cuidado. Nos encontramos con que casi todas las salas tienen un desafío o una función. El uso de la herramienta en la mazmorra tiene relevancia pero no gira todo en torno a ella, sino también a pelear o saber esquivar trampas.

En definitiva las mazmorras son la mejor parte de Airoheart. Son entretenidas, con el punto necesario de desafío y con unas batallas contra jefes que les define una gimmick particular.
Explorando el mundo
La otra parte de la jugabilidad de Airoheart cae en su mundo fuera de estas dungeons. Nos encontramos ante un mundo semi-abierto. Tendremos caminos bloqueados, bien por la historia o bien por la falta de algunas de las herramientas que podremos desbloquear más adelante. Durante nuestros viajes podremos hablar con personajes, conseguir coleccionables o aceptar misione secundarias.
Así es como conseguiremos runas para nuestro bastón mágico, desde la capacidad de lanzar bolas de fuego a poder ralentizar el tiempo. Aunque claro, tendremos usos limitados según nuestra barra de mana.
Parece que Airoheart quiere premiar mucho la exploración de su mundo, pero lo pone algo difícil. Igual que en el minimapa se indican las mazmorras y un número que categoriza su orden, las indicaciones de las misiones secundarias dejan mucho más que desear. Tenemos un seguimiento en nuestro diario, pero como no tengamos claro a qué lugar del mapa hay que ir y recordar como llegar, al final seguramente termine abandonada.

La gran cantidad de personajes que encontramos compensa un poco este sistema de misiones. Cada NPC suele tener varias líneas de diálogos que ofrecernos y que nos deja saber un poco más sobre ellos, la ciudad o el mundo en general.
Conclusiones
Airoheart es un Zelda-like bastante completo. Nos encontramos con un título que toma de referencia los elementos más clásicos del género y los pone bajo la perspectiva de un diseño más moderno, en especial con mejoras para la calidad de vida del usuario.
Aunque tiene algunas cosas que hacen que su ritmo en ocasiones se ralentice, como la confusión en ocasiones de que hacer a continuación en el mundo exterior (fuera de completar mazmorras), en general es una experiencia muy fluida que nos llevará de vuelta a las épocas más clásicas del portador de la trifuerza del valor.
Airoheart
Puntuación Final - 7.5
7.5
Recomendado
Airoheart bebe tanto de las aventuras clásicas en 2D que es imposible no recomendarlo a los fans del género. Aún con alguna aspereza, sigue siendo una experiencia muy entretenida.